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A finales de este mes se estrenará la Ópera Prima de Ventura Durall, titulada Las dos vidas de Andrés Rabadán, basada en el asesino de la ballesta, tras hacer un documental sobre él llamado “El perdón”, y que cuenta en su reparto con Àlex Brendemühl, Mar Ulldemolins, Andrés Herrera, Clara Segura, Emilio Mencheta y Cristina García.
El guión es obra del propio director con la colaboración de Enric Álvarez y el propio asesino Andrés Rabadán.
La sipnosis oficial de la película Las dos vidas de Andrés Rabadán es la siguiente:
El 6 de febrero de 1994 Marcial Rabadán y su hijo Andrés discuten tras la comida. Andrés va a su habitación, coge la ballesta que se ha regalado por Reyes, la carga y dispara sobre su padre. La primera flecha, en la cabeza y dos más “para que no sufriera”. Tras abrazar el cadáver se dirige a la comisaría y se entrega. Había nacido para las páginas de sucesos “el loco de la ballesta” ; para la opinión pública, el horror inexplicable; para los expertos, un caso de brote psicótico de manual. Para la justicia: 20 años a cumplir en módulos psiquiátricos. Andrés Rabadán sigue en prisión, ha realizado exposiciones con sus dibujos y escrito dos libros; se ha casado, olvidado “las voces” y ya no sueña con el cadáver de su padre. Ventura Durall, que ya había realizado un documental sobre él (El perdón) lleva la historia al cine con guión del propio Rabadán.
Particularmente, no me gustan las películas basadas en asesinos porque lo único que se consigue es que tengan su momento de gloria, que tantos buscan a través de cualquier medio. Este tipo de casos no deberían de ocupar más de 5 líneas en todos los diarios y, de estas líneas, el 99% deberían tratar sobre cómo se pudre el asesino en la cárcel.