“EL CINE ESPAÑOL SE RESPETA MÁS EN EL EXTRANJERO QUE EN NUESTRO PROPIO PAÍS”, BELÉN RUEDA

El diario ABC ha publicado hoy una entrevista de Belén Rueda con motivo del inminente estreno de su última película “El Cuerpo”, que se estrenará el próximo 21 de diciembre, y de ella os dejo con los puntos que más me han interesado, y que sirven para reiterar lo que muchos pensamos: el cine español se aprecia fuera de nuestras fronteras y se humilla dentro de ellas:

-¿Se está haciendo ahora buen cine en España?

-Sí, muy buen cine. Tenemos buenos directores, guionistas, técnicos… Cuando sales fuera para hacer promoción, te das cuenta del respeto que hay hacia el cine español; más incluso que el que nos tenemos nosotros mismos.

-¿Seguimos teniendo complejo de inferioridad?
-Eso ha cambiado un poco. Quizás quede algún resquicio, pero no es como hace algunos años. Hemos encontrado nuestra propia identidad, con respecto a aquello que los demás piensan de nosotros. Y voy a decir algo que puede sonar a barbaridad: sucede como en el fútbol, siempre se ha pensado que éramos muy buenos, pero ahora, además de pensar que somos muy buenos, hay unión. Y eso era lo que nos faltaba en el cine. Antes, si funcionaba una película nuestra en el extranjero, parecía un hecho aislado, algo individual. Ahora creo que la sensación que hay fuera es que existe un conjunto de grandes creadores.

Vía: Diario ABC

16 thoughts on ““EL CINE ESPAÑOL SE RESPETA MÁS EN EL EXTRANJERO QUE EN NUESTRO PROPIO PAÍS”, BELÉN RUEDA”

  1. Partiendo de la base que el cine español es críticable como cualquier otra cosa… dicho esto digo que:

    -La mayoría de veces las críticas son generalizaciones de una película, que muchas veces ni tan siquiera ha sido vista, por ejemplo el año de Pa Negre tuve que escuchar que iba sobre “los rojos son muy buenos y los fachas muy malos” como todas las de la G.C; cuando cualquiera que haya visto la película sabe que iba de todo menos sobre eso.

    – Se hace una película del género de comedia, respuesta: El cine español solo sabe hacer comedias” , lo mismo si es un drama, salen tetas o culos, la ya citada Guerra Civil…

    -Luego están los actores, los directores y los temas políticos, cuando en España comparando con otros países como Francia o EE.UU es de lo más “suave”.

    -El tema de las subvenciones, y más ahora con la crisis; pues eso que parece que es la única industria que recibe subvenciones cuando muchas empresas las reciben, incluídos los medios de comunicación que reciben muchas más subvenciones que el cine.

    Y para finalizar el punto más importante:

    -La mayoría de veces las criticas son de gente que ni las ve ni nada pero como ocurre en muchos ámbitos en España todo lo que vuela, el conocido y tiene reconocmiento hay que ir a por él.

  2. totalmente de acuerdo con Azul, parecce además que sea una norma no escrita el que haya que criticar el cine español porque sí, por el simple hecho de serlo…

  3. Con el tema de las subvenciones yo añadiría incluso que todos los gobiernos ayudan a financiar de un modo u otro su cine, incluído el de EEUU, que es el que te suelen poner como paradigma de industriaque funciona con capital 100% privado.

  4. Tenéis razón en lo que decís, pero vamos a centrarnos en lo que dice Belén Rueda: es lo que suelen decir todos, que en el extranjero el cine español sí tiene prestigio, pero lo importante para que haya una industria no es sólo el prestigio sino que obtenga beneficios. Y ahí está el quid de la cuestión, ¿funcionan bien las películas españolas en el extrajero en cuanto a beneficios o no?

  5. Se me olvidó decir una cosa, está claro que en el extranjero tiene mejor imagen por 2 motivos principales:

    1) Llegan solo las “mejores” películas.

    2) Solo valoran lo cinematográfico, porque como decía en mi primer mensaje aquí se critica sobre todo la imagen, un ejemplo claro es Pedro Almodóvar, desde que si se lo tiene muy creído, hasta que si solo hace pelis de travestis y todo eso…

  6. Elena Nito, España debe de ser de los países que consigue que más películas suyas se estrenen en el extranjero. Pero eso no da grandes beneficios porque, normalmente, en cada país casi toda la tarta se la come EEUU y el país local. Hay poco margen de taquilla para el resto de estrenos.

    Por eso, a diferencia de otros sectores que ahora viven más de la exportación, el cine español sigue necesitando ser fuerte en su país, incluso aunque las ventas internacionales hayan crecido muchísimo en los últimos tiempos.

  7. Gracias por la aclaración, Rincewind. Es que siempre estoy leyendo eso de que en el extranjero se les valora más que aquí y luego, cuando se dan los datos de recaudación, resulta que en el extranjero sólo recaudan unos pocos millones más que aquí. Difícil panorama.

  8. El cine español tiene un problema “de marca” en su propio mercado que se alimenta de muchos factores. Aunque el factor político no es menor, especialmente en los tiempos que corren, donde se ha llegado a la politización extrema de todo (y así nos luce el pelo).

    Pero al hablar de política no me refiero a las subvenciones (sí o no, inversión o pesebre). Me refiero a que, desde hace ya bastante tiempo, los profesionales del cine que utilizan su notoriedad para opinar sobre los asuntos públicos que a todos nos atañen, lo hacen (salvo que alguno se me esté olvidando,) desde un punto de vista “de izquierdas”. Pero estamos en España, claro, así que esas opiniones no pueden limitarse a ser un punto de vista, sino la verdad revelada y -de paso- descalificadora de los otros. En este caso, de los que son “de derechas”, que además de ser de derechas podrían ser espectadores dispuestos a ver cine español, hasta en plan patriotero.

    Naturalmente, quienes utilizan esa tribuna rara vez hacen este tipo de declaraciones a título personal, lo que se traduce en una extensión automática de sus opiniones al resto del colectivo de profesionales del cine, por parte de los que les tienen ganitas. Y así, ojo por ojo, acabamos todos ciegos.

    No me importa mucho quien empezó, la verdad, si primero fue la derecha criticando la subvención y la izquierda se puso a la defensiva contraatacando, o si primero la izquierda se las dio de única intelectualmente válida y la derecha les criticó la subvención después, en plan no te cagues en mí con mi dinero. El resultado es el mismo. Y la mitad de los espectadores potenciales del cine español en España tiende a abstenerse de verlo, salvo que se trate de títulos de probadísimo atractivo o de esas que “no parecen españolas”.

    Cuando llegó la ya muy manoseada Transición y se pudieron contar historias sin pasarlas por el rodillo franquista (al que de todos modos ya se le habían colado infinidad de goles), se produjo una lógica y hasta saludable explosión de películas que contaban lo que no se había podido contar. Se hizo con más o menos talento y unos emplearon pincel y otros brocha gorda, pero no pasó nada, no se desató una irritación “cavernaria” plasmada en la taquilla. Los espectadores en general no se pusieron de uñas con el cine español, que yo recuerde, por la adscripción política de tal o cual cineasta. Tigres de papel, Asignatura pendiente, Elisa vida mía, La escopeta nacional, Solos en la madrugada, Opera prima, Los santos inocentes, La colmena, La vaquilla,… fueron éxitos arrolladores aquí y además las vieron y disfrutaron españoles de todos los colores.

    Pero con los años, la cosa ha ido jodiéndose, como el consenso. Y ahora –qué paradoja- es mucho más frecuente mirarle el carnet al director o al protagonista antes de comprar la entrada. Es fácil de apreciar en la recaudación de las películas de Almodóvar de la última década. A medida que él ha ido subrayando su posición política en público (o más que su posición política, que a nadie pilla de nuevas, su animadversión hacia la de los otros), ha ido perdiendo espectadores en España.

    Mi opinión, que no pretende ser de derechas ni de izquierdas, es que parece un mal modo de sacar cualquier producto al mercado hacerlo desde la confrontación ideológica con una parte significativa de sus posibles consumidores. Sobre todo cuando el producto no siempre alcanza una calidad que lo salvaguarde.

  9. Qué comentario más absurdo, la mierda no es comida para que te tengas que plantear si te va a gustar o no.

    Y la gente del cine y de la cultura en general suele ser de izquierdas, pero por ejemplo aquí en Valencia está Pepe Sancho, Francisco, Ripollés (escultor) y un sin fin de gente del mundo de la cultura que es votante del PP que ha hecho declaraciones a su favor, ha acudido a homenajes a Carlos Fabra y sobre todo que consigue contratos por estar cerca del poder.

    En todo caso ves a una Escuela de Arte dramático, a una facultad de Bellas Artes o Filosifía y verás que casi nadie es de derechas, lógico y normal.

    Y para finalizar muchas de las manifestaciones que han hecho los actores se toman como algo negativo, porque supongo que es normal que estén de acuerdo con el 21% del IVA o apoyar a una Guerra, o el veto que le quisieron hacer a Julio Medem por el documental ese.

  10. lo que no voy a tolerar jamas , es que encima de tener que aguantar que como el señor cuerda nos llame idiotas a todos los que votamos a la derecha , encima se moleste cuando en lugar de ir a ver su película , lo mas probable, que haga sea ponerla de vuelta y media.

  11. ya estamos otras vez con los politiqueos de medio pelo. Mister X, esto es un blog de cine, por favor.

  12. A ver, relax. Que es decir “política”, “izquierdas” y “derechas” y todo el mundo se pone irritable en un chasquear de dedos.
    Y de eso precisamente hablaba en mi comentario.
    Desde luego que los actores, directores y hasta eléctricos están en su perfecto derecho de protestar contra la guerra (como hizo el 80% o más de la población española) y contra el 21% de IVA que les jode a ellos y a nosotros. Faltaría más.
    Yo no me refería a eso. Me refiero a la poca inteligente costumbre de tirar puyas innecesarias a la menor oportunidad, costumbre que ha ido proliferando en la última década (también hay muchos ejemplos, pero no me voy a poner a enumerarlos que va a parecer que los he apuntado como agravios porque soy de derechas, y me vais a perdonar pero estoy de etiquetas hasta los huevos).
    Sencillamente, España es un país donde la tendencia al cainismo es un hecho. Y lo que en mi opinión resulta más saludable es tratar de escapar a esa tendencia, no abundar en ella. E insisto una vez más, por si antes no quedó claro, en que ese vicio de la descalificación al otro me parece erróneo lo haga quien lo haga, se vote a quien se vote.
    Pero ya anticipé cuando entraba en este terreno que los problemas “de marca” del cine español se alimentan de varios factores. Si queréis hablamos de ellos, ya que del factor político a la vista está que es preferible no hablar.
    (Qué país, coño)

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