El sleeper del año de la cinematografía española es la película, coproducida con argentina, El secreto de sus ojos, dirigida por Juan José Campanella y protagonizada por Ricardo Darín y Soledad Villamil. Los dos primeros se volvían a unir para repetir el éxito que consiguieron con El hijo de la novia y, ¡vaya!, si lo han conseguido pues en Argentina lleva 11 semanas consecutivas como Nº1 de la taquilla y acumula ya algo más de 8 millones de dólares de recaudación, convirtiéndose en la película argentina más taquillera de la historia. Y, con 2.131.185 espectadores entra en la quinta posición de las películas más vistas de toda la historia del país.
Por otra parte, en España, tras cinco semanas en cartel, lleva una recaudación de 3,6 millones de euros que pueden llegar a los 5 “kilos” porque está logrando mantenerse, sin perder casi espectadores, semana tras semana, gracias al boca a boca positivo.
Y todo este éxito se debe a que nos encontramos ante una de las mejores películas que han pasado por nuestros cines en mucho tiempo. En realidad, bajo la sombra de un thriller, nos encontramos ante una historia de amor llena de miradas que está latente durante todo el metraje. Es más, más que una historia de amor, se podría hablar de cuatro historias de amor diferentes: 1ª. El amor de los protagonistas, 2ª. El amor perpetuo del novio de la mujer asesinada, 3ª. El amor obsesivo del asesino por su víctima y 4ª. El amor de la amistad verdadera, mostrado en el personaje interpretado por Guillermo Francella como amigo y compañero de trabajo del personaje de Ricardo Darín.
La película comienza con la historia de un funcionario de justicia, Benjamín Expósito, ya jubilado que, para matar su tiempo libre, decide escribir un libro sobre un caso de asesinato y violación que nunca pudo olvidar con el pasar de los años. Mediante flash backs entre presente y pasado conoceremos todos los detalles de este crimen, ubicado en los años de la dictadura argentina bajo la corrupción de jueces y políticos.
Aparte de las prodigiosas actuaciones de Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella y del español Javier Godino, lo mejor de la película es su excelente guión que contiene amor, suspense, humor (en el personaje de Guillermo Francella) y drama. Todo perfectamente hilvanado y orquestado para que se pase de uno a otro género sin perder nunca el hilo de la historia.
Finalmente, el desenlace del asesinato y, por último, del amor entre los dos protagonistas, servirán para culminar esta obra maestra del cine argentino y español.
