Esta mañana se ha presentado el Libro Blanco de la animación 2024 y en él destacan varios datos como, por ejemplo, que un total de 604 millones de euros es la cantidad de dinero facturado por la industria de la animación en España durante el 2023.
El informe actualiza la versión de 2018, analizando cada uno de los ámbitos de este sector que aporta 15 euros por cada euro de ayuda pública, más de 260 millones de euros que revierten en el Estado a través de impuestos directos e indirectos, así como contribuciones a la Tesorería General de la Seguridad Social. Dos de cada diez trabajadores del sector audiovisual se dedican a la industria de la animación y sus cimientos están asentados mayoritariamente en microempresas (75,2%) y pequeñas empresas (19,2%); para ellas la principal fuente de negocio es la exportación (un 70% del dinero facturado). Además, es un ámbito donde se camina decididamente hacia la paridad: 42,1% de mujeres profesionales y 57,9% de hombres. “El Libro Blanco subraya la importancia estratégica del sector como generador de ingresos y empleo en la economía española, así como su papel destacado en la industria global de contenidos creativos; pero debemos abordar con inteligencia retos como la IA para explotar todo nuestro potencial”, afirma Nathalie Martinez, presidenta de Diboos, durante el acto de presentación donde ha estado arropada por numerosos integrantes de todas las especialidades del sector.
En lo que respecto al retorno de dinero al estado, las producciones de este ámbito generaron 260.336.293,45 € en impuestos directos e indirectos, así como contribuciones a la Tesorería General de la Seguridad Social. Un retorno de 15 euros por cada euro de ayuda pública para estas empresas que en un 87,13% reciben algún tipo de subvención, mientras que el 55,84% se beneficia de contratos públicos.
El Libro Blanco apunta igualmente diversas recomendaciones para estimular la producción como la creación de una línea específica de ayudas a la producción de series de animación, para competir en igualdad de condiciones frente a los países del entorno; compatibilización del sistema de ayudas y procedimientos para fomentar las coproducciones dentro de la Unión Europea, incremento del 30% actual al 50% de deducción fiscal para aquellas obras producidas por productores independientes, la creación de una ventanilla única para las deducciones internacionales financiadas mediante tasas, impulso de la investigación de las empresas de animación y VFX, o afianzar una mayor seguridad jurídica sobre la devolución fiscal, entre otras propuestas.