El cortometraje “Evanescente”, codirigido por Gala Gracia y Guillermo Garavito Amado, está nominado a Mejor Cortometraje Cinematográfico en la 30.ª edición de los Premios Forqué y también está en la short list de cara a los próximos Goya. Este corto dramático está protagonizado por Carlo D’Ursi, Ruth Díaz, y Enzo Aguilar D’Ursi protagonizan este drama de 12 minutos que aborda las consecuencias de un terrible olvido.
Escrito y dirigido por Gala Gracia y Guillermo Garavito Amado, EVANESCENTE cuenta con dirección de Fotografía de Sandra Formatger Martínez (‘Macarena. El himno de un planeta’). Lena Isabella Barrera Mosquera es la directora de Arte. Sabrina Lázaro se ocupa del Vestuario y Miriam Sánchez, del Maquillaje. Ángel Pazos e Irene Vecchio se encargan del Montaje. Dani Bravo es el responsable de Sonido e Isabel Royán firma la música. Selma Al-hamouti López es la directora de Producción. Carlo D’Ursi es el productor.
Se trata de una producción de Potenza Producciones, Ramen Studio, Point of View, The Other Side Films, 39 escalones y Drax Audio, con la Ayuda de la Comunidad de Madrid, ICAA y la Televisión de Castilla-La Mancha. El cortometraje ha participado en el Festival de Málaga, Festival Internacional De Cine de Calzada de Calatrava, Festival Internacional De Cine de Almagro, Festival de Lanzarote, Festival de Alicante, Semana de Cine de Medina del Campo, Cortogenia y K-Lidoscopi 2024.
Los directores del cortometraje aseguran que “hay un fuerte vínculo con la ópera prima de Gala, ‘Lo que queda de ti’, en tanto que ambos tratan el tema de la pérdida de un ser querido, algo que, en palabras de Gala Gracia, siempre ha estado muy presente para ella, bien sea por experiencia propia o por el miedo a que algo así pueda ocurrir. Reflexionar sobre cómo tramitar el duelo y sus consecuencias fue uno de los propósitos a la hora de trabajar ambos proyectos”.
¿De qué va?
En un caluroso día de verano, Mario, un cocinero inmerso en la rutina, comete el error de olvidar a su pequeño hijo Enzo, de un año de edad, en el coche. Este descuido desencadena una tragedia que marcará para siempre las vidas de Mario y Esther, su esposa. Mientras Mario enfrenta un juicio que va más allá de la justicia humana, Esther se sumerge en un océano de rencor y desesperanza, buscando un perdón difícil de alcanzar. A pesar de que Mario es finalmente liberado, se ha abierto una herida tan difícil de sanar, que hará que el amor que sostenía su relación con Esther se evanesca poco a poco. La búsqueda de perdón se convierte en su única esperanza para sobrellevar la pérdida de Enzo.