CRÍTICA “IRATI”: UNA HISTORIA DE AVENTURAS QUE PARECÍA IMPOSIBLE VER EN NUESTRO CINE

Ya demostró con su ópera prima “Errementari: el herrero y el diablo” su valentía, arrojo, su gusto por la mitología y fábulas vascas y su amor por un tipo de cine que parecía imposible de rodar y producir en nuestro país. Quizás su debut en el largometraje se vio afectado por su inexperiencia en la producción de un largometraje y por contar con un presupuesto muy limitado de 2,9 millones de euros para una historia que necesitaba mucha inversión en vestuario, maquillaje y efectos especiales.

En su segundo largometraje como director Paul Urkiko demuestra más madurez, tanto a nivel de producción como de dirección, y vuelve a contar con Eneko Sagardoy como protagonista para adaptar a la pantalla grande la novela gráfica “El ciclo de Irati”, obra de Jon Muñoz Otaegi y juan Luis Landa, rodada de nuevo en euskera antiguo. Esta película de aventuras, fábulas, mitos, épica y monstruos es una muestra del amor al cine de Paul Urkiko. Por eso, “Irati“, en el fondo, es un gran historia de amor.

La fotografía de Gorka Gómez Andreu, la dirección de arte de Mikel Serrano, el vestuario obra de Nerea Torrijos y sus efectos especiales y maquillaje ayudan a dar credibilidad a la historia que tenía en la cabeza Paul Urkijo. El trabajo de todos ellos es tan redondo que no verlos nominados en los Goya sería toda una sorpresa.

En conclusión, cuando los productores de potentes cinematografías como la norteamericana, inglesa y francesa vean “Irati” y consulten que su presupuesto fue solo de 4,3 millones de euros, dirán que es imposible toda la magia que han visto en pantalla.

Nota El Blog de Cine Español: 8.

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