Seguimos con nuestras apuestas de cara a los premios Goya y en este artículo vamos a hacer nuestras apuestas en la categoría de mejor cortometraje de ficción. Curiosamente, nos encontramos con un año donde destacan los trabajos de género como “El semblante”, “La luz” y “La inquilina”.
Por ahora, así queda nuestro Goyómetro de cara a los Premios Goya 2023 en la categoría de mejor cortometraje de ficción:
1. Chaval, de Jaime Olías: el conocido actor dirige su mejor trabajo con este plano secuencia que nos mete de lleno en una historia que nos atrapará desde el principio y se resolverá con un buen giro final. Sin duda, uno de los cortos del año.
2. Espinas, de Iván Sainz-Pardo: una gran guion, buen trabajo de dirección y foto y un reparto de altura con José Sacristán, Aitana Sánchez Gijón y Julieta Serrano, ¿qué puede salir mal?
3. Harta, de Júlia de Paz: si te gustó “Ama”, su debut en la dirección de largometrajes, te encantará este drama premiado ya varias veces pero que no está obteniendo muchas selecciones porque su distribuidora no lo está moviendo en todos los festivales.
4. La luz, de Iago de Soto: otro corto de género que destaca por su excelente fotografía y por su historia.
5. El semblante, de Raúl Cerezo y Carlos Moriana: una de las películas que aparece también en casi todas las selecciones de los festivales de nuestro país. Una gran producción de época que dejará a todos con la boca abierta, sobre todo por su final.
6. Sorda, de Eva Libertad y Nuria Muñoz: una gran historia que trata un tema poco tratado en el cine. Una discapacidad muy bien tratada en este guion de Eva Libertad.
7. Cemento y acero, de Oriol Villar: todos sabemos que no se suele premiar la comedia pero aquí Luis Tosar y Daniel Guzmán lo bordan -no como en el largometraje “Canallas”- y el espectador disfrutará y se reirá con la historia de estos dos matones.
8. Suelta, de Javier Pereira: el debut en la dirección del actor ganador de un premio Goya también es otro de los trabajos que no para de conseguir selecciones. Además, trata un tema muy de actualidad: el abuso sexual a través de sustancias químicas.
9. La entrega, de Pedro Diaz: una trama que se cuece a fuego lento con un Ramón Barea que se sale, vamos, cómo siempre. Esperemos que esta vez sí se acuerden de él en los premios Goya, ¿alguien dijo “Cinco lobitos”?
10. La inquilina, de Lucas Paulino y Ángel Torres. Otro corto que no está obteniendo muchas selecciones a pesar de su calidad porque su distribuidora no está apostando por cantidad sino, supuestamente, por calidad de festivales. Una pena porque está haciendo poco ruido lo que puede afectarle de cara a los Goya.
¿Se nos quedado algún gran trabajo fuera? Esperamos vuestros comentarios.
* Puedes consultar el resto de categorías de nuestro Goyómetro en este enlace.
Muy difícil categoría la verdad. Por cierto habéis hecho de todas las categorías interpretativas pero se os ha olvidado actriz de reparto
El tema es muy serio pero es gracioso que sea ese el asunto del corto de Javier Pereira cuando él, en su fama de juventud hace 20 años, en Malasaña, no dudaba en meter el morro a tías que se caían de borrachas. Visto, repetidamente, con mis propios ojos.
Otros tiempos (espero).
Asumiendo, teaser, que lo que dices es cierto (porque para qué iba a inventarse alguien algo así) más que gracioso encuentro que puede tener mucho sentido y puede querer decir precisamente que al estar cerca de esa experiencia ha podido hacer un trabajo de aprendizaje y enmienda aunque sea algo que ejerciera repetidamente.
¿Puede ser que utilice su trabajo para quitarse la culpa de encima? Puede, aunque dudo mucho que eso lo consiga. Aun así no tendría problema en que venciera la culpa:sentirnos más culpables no nos hace ser más responsables ni más respetuosos, más bien al contrario.
Habrá que ver el corto, desde luego, pero el valor que pueda tener no va a ser menos si nace de la autocrítica de unas actitudes propias reconocidas.
Ya te digo yo que es cierto, porque nadie me lo contaba y lo veía con conocidas en los bares del centro de Madrid cuando él era una joven starlet televisiva. Como digo, es verdad que la mirada sobre el asunto ha cambiado mucho en estos 20 años (antes enrollarse una noche de fiesta con una chica borracha era igual de terrible que ahora pero la visión sobre ello no era la misma). No sé sus razones ni me importan, sólo me llamó la atención el asunto. Como actor siempre me ha parecido un espanto, con esa dicción que tiene.
Teaser haciendo amigos…
Está claro, Teaser, que en la esencia de tu mensaje no había una reflexión profunda sobre cómo alguien a partir de sus errores puede buscar redimirse a través de su obra (tema que parece interesante y que invita a coloquio) sino el simple hecho de que Javier Pereira te cae como una patada en el culo.
Pues bien, parafraseándote a ti…”no sé tus razones ni me importan”.
Ojalá un mundo que no se limite a “o idolatras o insultas”
Del actor que habla Teaser creo que hicieron un libro contando sus “andanzas”, pero aún así habría que andar con cuidado de dar nombres públicamente . El mundo de la Latina, Malasaña (donde habita el noventa por ciento del mundillo) es un ecosistema totalmente cerrado y aislado de la realidad, yo he visto algún actor multipremiado soltar barbaridades antisemitas, alabanzas a Eta y otras lindezas en un bar público. Para esta gente determinados comportamientos e ideas son lo normal, y no ayuda el vivir en un entorno cerrado de alabanzas y autoconsumo.
Carlos, ¿no será usted Eduardo Inda?
De la lista destaca CHAVAL, sin duda.
Aunque faltarían muchas obras increíbles como AMIANTO (Javier Marcos) o DEEP SORIA (Pedro Estepa) o Maldita. A love song to Sarajevo
(Amaia Remírez y Raúl de la Fuente Calle)….