La película de terror “La abuela”, escrita por Carlos Vermut y dirigida por Paco Plaza, se estrenó el pasado 6 de abril en los cines franceses y ha dado la campanada. Solo se distribuyó en 172 cines, la película con menos copias del Top 20 galo, y se colocó como la décima opción de los espectadores franceses recaudando 302.000 dólares con una media por copia de 1.764 dólares, la cuarta mejor media por cine del Top 20 de la taquilla de nuestros vecinos del norte.
No me canso de repetir por aquí que no entiendo por qué nuestros productores dejaron de financiar películas de terror cuando nuestro país ya tenía una marca mundial y es un género que se vende muy bien a nivel internacional.
En su reparto destacan Almudena Amor, Vera Valdez, Karina Kolokolchykova, Chacha Huang y Michael Collis. Ya he comentado por aquí, y he sido criticado por ello, que el inicio del guion de Carlos Vermut me parece totalmente fuera de lugar e innecesario pero…
¿De qué va?
Susana (Almudena Amor) tiene que dejar su vida en París trabajando como modelo para regresar a Madrid. Su abuela Pilar (Vera Valdez) acaba de sufrir un derrame cerebral. Años atrás, cuando los padres de Susana murieron, su abuela la crio como si fuese su propia hija. Susana necesita encontrar a alguien que cuide de Pilar, pero lo que deberían ser solo unos días con su abuela, se acabarán convirtiendo en una terrorífica pesadilla.
Bueno, yo no te criticaría por lo que viene a ser una opinión personal, pero si que considero que es errónea.
SPOILERS supongo
Aunque ese principio de la historia pueda parecer que no tiene vinculación directa con la historia que se cuenta, sí que tiene mucho sentido desde un punto de vista temático, de estructura de guion y atmosférico. Para empezar, ahí es cuando se nos presentan por primera vez los temas principales de la juventud, la belleza y el ansia por capturar ambas. De esta manera, la película funciona mucho mejor, pues lo que podría de otro modo ser visto como una historia anecdótica, universaliza así los temas, expandiéndolos a otro universo completamente diferente del que se centra la película. De esta manera, los temas, la metáfora si se prefiere, se pone en el centro y queda claro que eso es lo fundamental de la película, de lo que habla… y que lo anecdótico es en todo caso el envoltorio de género. Por otra parte, desde un punto de vista de la estructura del guion y de la construcción del personaje, esta parte es fundamental, ya que es ahí donde entendemos perfectamente por qué la protagonista está lejos y desviculada de lo que pasa en España, de ahí que no tenga un contacto directo y un conocimiento previo de todo lo que está pasando (algo que no ha sucedido seguramente con la otra joven con la que comparte situación). Aunque el hecho de que esté fuera podría ser narrado en elipsis, su desarraigo (estando fuera y también al volver) no se sentiría del mismo modo y parecería una de esas películas en las que nos tienen que explicar todo (“sí, es que vivía fuera muchos años”, “sí, me dedico a la moda”…. blabla bla… es decir, anticine). Pero sobre todo, funciona muy bien de un modo atmosférico, porque al principio tenemos espacios más amplios, incluso abiertos, pero sin embargo, el clima de trabajo y de ese mundillo hace que sea una atmófera incómoda e irrespirable. De ahí que cuando la prota regresa al piso de la abuela no sintamos esa típica reacción de las pelis de terror que nos dice “¿pero qué haces ahí? ¡sal corriendo! ¡no seas tan estúpida!”, porque pese al ambiente oscuro y cerrado, siente a la amenaza y la incomodidad vivida en el extranjero, la primera sensación que tenemos es la de comodidad, la de “estar en casa” y creo que esto es importantísimo para la historia, pues aunque con palabras se nos dice que ella se quiere ir, por un lado sentimos una fuerza más grande que hace que parezca que ella pertenece más ahí que a su vida en el extranjero. Y luego, poco a poco, la tensión va aumentando, pero gracias a esa apertura de la película entendemos que ella no salga por patas inmediatamente, porque de alguna manera entendemos por qué, pese a todo, ella no está peor ahí que fuera. De alguna manera, aunque ella “piensa” que debe irse, algo en su interior la ancla a aquel piso.
Pero, como digo, obviamente hay opiniones diferentes. Debo decir que, en comparación con el resto de la peli, ese principio me chirriaba un poco y me parecía más artificial y, desde luego, poco disfrutable. Pero creo que ayuda mucho a que no sea una película de terror del montón, que diga mucho más y que sea mucho más sólida como historia y en cuanto a construcción de atmósferas, de personajes y de las decisiones que van tomando los personajes (estamos tan acostumbrados que en el terror los personajes tomen decisiones estúpidas y fuera de su personaje que ya no nos extraña, de ahí que nos parezca innecesario un principio que ayuda mucho a que esto no sea así en este caso).
Son todo metáforas muy básicas, es como el remake de Suspiria, que rellenaron con mil referencias históricas sin venir a cuento. Es un poco como si se sintieran avergonzados de hacer una peli de terror normal, y tienen que excusarse con toques sociales o históricos. Lo llaman en EEUU terror elevado, como los nuevos directores que salen de allí, puro marketing para puros refritos.