Uno, a veces, se encuentra con agradables sorpresas que no espera. Esto me ha ocurrido con “Tros (Tierras)”, ópera prima de Pau Calpe Rufat, una muy humilde producción catalana que logra atrapar al espectador gracias a un buen guion; una muy buenas interpretaciones de sus dos actores protagonistas (Roger Casamajor y Pep Cruz); y un montaje donde destacan sus acertados flashbacks, que nos descubren los pasos vitales para descubrir qué pasó entre este padre, que ama su tierra, y su hijo, que dejó de amarla en el pasado.
El guion de Marta Grau, que adapta la novela homónima escrita por Rafael Vallbona, funciona desde el principio. “Tros” no llega a los 80 minutos de duración, si quitamos sus títulos de créditos finales, y su historia va al grano desde su comienzo: relación paterno-filial ambientada en el campo catalán donde los payeses luchan por mantener sus terrenos libres de ladrones. Su cuidada fotografía ayuda a la ambientación y a crear la atmósfera que necesita esta trama que ocurre de noche en su mayor parte. Por otro lado, no entiendo el formato de pantalla 4:3 elegido porque creo que no aporta nada.
“Tros”, nominada a mejor película en lengua catalana en los Premios Gaudí, es un drama, con toques de thriller, donde sus personajes ocultan ciertos secretos terrenales que provocarán un destino inesperado.
Nota El Blog de Cine Español: 6,5.