Entretenida ópera prima de Alberto Evangelio que nos presenta un laberinto sólido y bien entramado que participó en el pasado Festival de Sitges.
¿De qué va?: Marga, en medio de una crisis con su marido, decide pasar unos días en una antigua casa de su pueblo. Allí, empieza a percibir extraños fenómenos que la aterran: un ente invisible parece saber mucho de ella. Al borde de la locura, Marga descubre un portal que la lleva a otra realidad. Allí, su otro yo trata de avisarla de que algo terrible está a punto de suceder en su vida si no toma una decisión…
Por la temática y las referencias con las que trabaja, ‘Visitante’ es una rara avis en el cine español, y eso es de agradecer. Con sus posibles limitaciones, nos encontramos ante una película que viene a llenar un hueco algo huérfano últimamente: el cine fantástico.
El director sabe en qué campo se está moviendo y confecciona un mundo con sus propias reglas y mitología; un universo atractivo que, de haber industria en este país, quizá podría desencadenar varias secuelas.
La inteligencia del guion radica en saber jugar con pocos elementos. Casi toda la acción transcurre en una casa y la trama se centra en un triángulo amoroso; y con dichos ingredientes se confecciona un cóctel vistoso y de fácil digestión. Aunque eso sí, hay que reconocer que el tercer acto se alarga en demasía. Quiere ser tan sorprendente y elaborar tantos giros de guion, que termina resultando algo confuso y cansino.
Siendo los personajes la principal baza del film – qué importante son los actores -, aquí hay que elogiar a Iria del Río, que lo hace lo mejor que puede con un personaje algo limitado; Jan Cornet cumple con su parte de ser el galán de la película, pero es cierto que su papel es algo plano; y Miquel Fernández sabe jugar con las sombras que requiere su papel, estando en todas las situaciones más que correcto.
‘Visitante’ no cede al aburrimiento en ningún momento y tiene muy bien ritmo, pero habría que señalar cierta aceleración del montaje en un sentido que resta puntos al conjunto. Hay algunas escenas demasiado breves, acabadas in media res, y dan la sensación de haber sido cortadas en montaje para que la duración total no supere los 100 minutos.
Después, a nivel personal algo que quiero aplaudir de la película es el bilingüismo que presenta, pues es un tema pendiente en el cine español.
En las películas españolas pocas veces se retrata con acierto el bilingüismo que se vive en algunos territorios del país, pues normalmente se muestran blancos o negros. Es decir, es fácil encontrarse con ficciones que transcurren en Cataluña pero donde no escuchamos en ningún momento ni un simple “Bon dia” o “Adéu”. O, al contrario, donde absolutamente nadie habla castellano; siendo ambas opciones incorrectas.
En ‘Visitante’ vemos a la protagonista hablar con sus padres en valenciano, con su marido en castellano, con su tío en valenciano, con su amante en castellano… Es bonito ver en pantalla un bilingüismo real, como el que se practica en el día a día en algunas comunidades.
‘Visitante’ es el debut en el largometraje de su director, el cual sin lugar a dudas nos dará muy buen cine en los próximos años, prueba de ello es que esta película ofrece una historia muy divertida.
Nota: 6,5
Una crítica de Toni Sánchez Bernal