Seguimos con nuestras entrevistas protagonizadas por los protagonistas de los cortometrajes nominados a los Premios Goya, y aquí os dejamos con una entrevista a Carmen Machi que ofrece toda una masterclass de interpretación en el corto “Mindanao”, de Borja Soler:
– Es una pregunta básica, pero marca el inicio, ¿qué es lo que más te atrajo de Mindanao, cuando leíste el guion?
El origen es un largo que me envió Borja hace un tiempo y, según lo leí, pensé que era una obra maestra. Me pareció soberbio. El personaje de Marisol es interesantísimo, muy bien escrito, con una gran cantidad de estilos diferentes. Hay guiones, como este, que me dan como vértigo, porque son los que espero que el director me diga lo que tengo que hacer y eso “me pone” directamente. Era una versión que tenía que evolucionar. Y cuando me llamó Borja de nuevo y me dijo que iba a hacer un corto inspirado en el largo, porque esta parte no está en el largo, me pareció estupendo. Fue complicado porque lo rodamos en diciembre de 2020 en plena pandemia, cuando la Comunidad Valenciana cerró justo después. Mindanao es fabuloso y si directamente me hubiesen mandado el corto hubiese dicho que sí. De Borja solo puedo decir virtudes.
– Cuando tuvisteis los primeros contactos, era Borja Soler antes de ser director de Antidisturbios…
Sí, sí, había algo increíble en el guion y no tenía ni idea de quién era este chico. Se puso muy contento cuando dije que sí enseguida porque no se lo esperaba. No era el Borja de ahora que ha dirigido esa serie tan estupenda. Ha pasado el tiempo y se ha convertido en un señor director con el que luego rodé el corto (risas).
– ¿Le ha venido bien al corto que todo evolucionara?
Por supuesto. Aparte es verdad que la intención de rodar un corto, para el actor, es por el puro placer, no hay más que eso. He de decir que fue una producción impecable, todo realmente muy, muy, muy bien hecho. Pero realmente para mí es por el placer de hacerlo y si encima queda bien, pues qué maravilla. Un corto hay que gozarlo en el momento. Como actor no estás completamente centrado en él, como por supuesto lo está el director. Tú estás intentando echar una mano, en el mejor de los sentidos, con tu trabajo. Y luego, si le pasan cosas como las que le han pasado, con tan buen recibimiento, y la nominación al Goya, al Forqué y todos los premios, pues qué alegría.
– ¿Cómo trabajaste el personaje?
Cada actor somos un mundo y tenemos nuestra manera de hacer. A mí me gusta trabajar de fuera hacia adentro y más cuando es algo en tan poco tiempo. En mi personaje, Marisol, hay un setenta por ciento de Karmele Soler, la maquilladora, Sergio Pérez Berbel, el peluquero, y Lola Guillén, la directora de vestuario. Son los que han conformado el personaje por la parte visual son los que me han dado la manera de hablar, la manera de caminar, la manera de moverme. Sin toda esa producción física, el personaje no sabes cómo es. Yo trabajo bastante así, me visten me peinan, me miro y veo cosas. Más que en un personaje real, me inspiro más en lo que veo en qué me convierten. Y, por supuesto, con lo que no quería el director. Porque más que lo que quiere el director, lo importante es lo que no quiere. Y yo traté de estar a la altura de todo eso (risas).
– ¿Son los cortometrajes, para un actor con tan larga carrera, algo oxigenante, de alguna forma, por su breve rodaje?
Que sean pocos días, lo que hace es que sea más complicado. Es como un actor que tiene dos o tres sesiones en una producción, es más difícil que el que lleva toda la película. Tiene que parecer que hace mucho que ese personaje existe, ese es el mérito, y el reto, de interpretar un personaje de un corto. Es el virtuosismo del poco tiempo. En este caso, el equipo es primera y ha sido una producción impecable, con un trabajo de dirección increíble, la fotografía exquisita, maravillosa, todo en su sitio. Y es que la gente que ha trabajado en este corto tiene mucho talento y mucha sabiduría. Ha sido como el rodaje de una película, aunque pequeñita.
– La pareja Marisol-Amparo es sublime. Solo con verlas en el cartel, son una imagen tan potente…
De Paulina solo puedo decir alabanzas. No nos conocíamos de nada. Lo hicimos una semana antes o así, comiendo con Borja, para conocernos y charlamos mucho. Por supuesto que conozco su trabajo, es una actriz extraordinaria, internacionalmente reconocida, y coincidimos en tener una manera similar de ver las cosas, por lo que parece que llevamos toda la vida trabajando juntas. Para mí había cierto riesgo en la propia propuesta porque pensaba que eran dos personajes que no podían ser pareja. Pero cuando las ves juntas en esa conversación que tienen, sí te das cuenta que lo son. Y me las creo a las dos hablando en un cuarto de baño en la intimidad. Porque, de primeras, imagina, ver a esa señora que interpreto yo, tan chabacana, con esa cosa tan masculina, horrible, frente a la que interpreta Paulina, tan elegante, pausada… Pues resulta que sí me las creo. Eso da para un largo. Algo tiene el corto que te apetece ver más de la historia de esas dos mujeres, interesa mucho conocer la vida anterior, la precuela. Ese es el buen sabor de boca que deja Mindanao y el mérito de este equipo maravilloso.
– Y eso lo están subrayando los festivales, con todos los premios que está recibiendo Mindanao y tu trabajo…
Sí, sí, quiero agradecer, lo primero, que los festivales existan. Y, con todas las dificultades que ha habido en este periplo extraño que estamos viviendo, son los que han mantenido el cine porque están basados en el puro amor al cine. El hecho de que hayan señalado a Mindanao como algo interesante, pues qué voy a decir, mil gracias. Si, encima, mi trabajo ha tenido mención por su parte, me arrodillo para dar las gracias. Y los festivales de cortos, que son los que sostienen, precisamente, que se rueden cortos, pues qué voy a decir. La pena es no haber podido estar para recoger los premios y agradecer, porque lo suyo sería acudir, además, para dar visibilidad a esos festivales. Pero este año me ha sido imposible, no he parado porque he rodado (me da un poco de pudor) seis películas, entre proyectos que se habían atrasado y los nuevos.