Si una película quiere ganar el Oscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa necesita sí o sí estreno en los cines USA y esto lo acaba de conseguir “El buen patrón”, de Fernando León de Aranoa, porque MK2 que se encarga de sus ventas internacionales ha vendido sus derechos para USA a Cohen Media Group. Sin duda, buenas noticias para esta producción de Reposado y Mediapro que fue la elección, ¿sorpresa?, de los académicos para luchar por la estatuilla dorada en lugar de volver a seleccionar de nuevo una historia de Pedro Almodóvar, nuestro director más internacional.
En su reparto aparecen Javier Bardem, Manolo Solo (“Tarde para la ira” – Mejor Actor de Reparto, “La isla mínima”, “La Peste”), Almudena Amor (“La abuela”), Óscar de la Fuente (“El silencio del pantano”, “El reino”, “La Valla”), Sonia Almarcha (“Verónica”, “El Reino”, “Amador”), Fernando Albizu (“70 Binladens”, “Gordos”, “White Lines”), Tarik Rmili (“La Unidad”, “La víctima número 8”), Rafa Castejón (“Cuento de verano”, “Silencio en la nieve”), Celso Bugallo (“Mar adentro”, “Los lunes al sol”), Martín Páez y Yael Belicha (“Vamos Juan”, “Vota a Juan”). Atentos a la BSO de Zeltia Montes que podría estar entre las finalistas en los Goya.
¿De qué va?
Básculas Blanco, una empresa de producción de balanzas industriales en una ciudad de provincias, aguarda la visita de una comisión de la que depende la obtención de un premio local a la Excelencia Empresarial: las cosas deben ser perfectas para ese momento. Sin embargo, todo parece confabularse en contra. En el poco tiempo del que dispone, Blanco (Bardem) intenta devolver a su empresa el equilibrio perdido: trata de resolver los problemas de sus empleados, cruzando para ello todas las líneas imaginables.
Le da cien vueltas a Madres Paralelas. La elección es justa en términos de calidad cinematográfica. El guion avanza como un reloj suizo, sin fisuras. No hay frases impostadas ni escenas que chirríen, como sí ocurre en la de Almodóvar. El reparto está espléndido y Zeltia Montes firma una banda sonora socarrona y divertida como la película, que desborda acidez corrosiva y humor inteligente.