Peculiar y sugerente, la ópera prima de Juanjo Giménez presenta una historia que rebosa originalidad y buen hacer. Aunque eso sí, termina siendo un ejercicio cinematográfico algo irregular.
¿De qué va?: Una diseñadora de sonido pasa muchas horas sola grabando efectos, editando y mezclando. Es un refugio donde postergar las averiadas relaciones que mantiene con su expareja, con su anciana madre y con sus compañeros de trabajo. Aunque ella aún no lo sabe, está comenzando a desincronizarse. Como si fuera una película mal sonorizada, su cerebro ha comenzado a procesar el sonido más tarde que las imágenes.
Estrenada en el Festival de Venecia, TRES supone el debut en el largometraje de Juanjo Giménez, director que triunfó hace unos años en el mundo del cortometraje. TIMECODE ganó en Cannes, en los Goya y hasta estuvo nominado al Oscar. Obviamente la expectación ante este film es máxima y, aunque en opinión de quien aquí escribe, no es una gran película, sí es una ópera prima que promete una futura trayectoria que dará muy buen cine.
La premisa de la que parte el guion es buena, pero da la sensación de que es una premisa muy de cortometraje, y los 100 minutos se hacen excesivos para la historia que cuenta. El hilo narrativo divaga, falta un objetivo claro de la protagonista que desee remediar su situación y, sin spoilers, pero hay ciertos giros que coquetean demasiado con el deus ex machina.
También podría hablarse de la verosimilitud de la película, ese gran pilar que hace que argumentos descabellados nos parezcan reales en una ficción. Aquí parece que algunas de las reglas que se proponen solo están presentes de vez en cuando, no se deja clara la construcción del mundo, y eso crea desconcierto en el espectador.
Aunque el desconcierto aquí quizá sea una baza que juega a su favor. El film tiene un estilo inquietante que funciona muy bien. No hay sosiego y no aburre.
El gran punto a elogiar de la película es la interpretación de Marta Nieto. Siendo una película que centra toda su atención en la protagonista como eje central, es admirable la garra que demuestra la actriz al soportar semejante responsabilidad.
Como también hay que comentar la simpatía natural que desprende Miki Esparbé. Desde su escena de presentación cae bien, y su personaje nos regala con su simple voz, un paseo mágico y cautivador por las calles de Barcelona. Momento que se convierte en la mejor escena de la película.
Gracias a su singularidad, TRES es un film que se tiene que ver. Sorprende y consigue intrigar, te coge de los hombros y te zarandea.
Nota: 5
Una crítica de Toni Sánchez Bernal
