Alejandro Amenábar se lanza a por su primera serie y presenta una aventura entretenida y ambiciosa. LA FORTUNA se destapa como el pasatiempo ideal, regala desconexión y está bien hecha; contentará a todo fan de Tintín
SINOPSIS: Álex Ventura, un joven e inexperto diplomático, se ve convertido sin proponérselo en el líder de una misión que pondrá a prueba todas sus convicciones: recuperar el tesoro submarino robado por Frank Wild, un aventurero que recorre el mundo saqueando el patrimonio común de las profundidades del mar. Conformando un singular equipo con Lucía, una funcionaria de armas tomar, y Jonas Pierce, un brillante abogado norteamericano, Álex emprenderá la aventura de su vida, descubriendo la importancia del amor, la amistad y el compromiso con aquello en lo que uno cree.
Antes de entrar en materia, lo primero que se ha de aclarar es que, quien aquí escribe, solo ha visto los primeros tres capítulos de la serie, que fueron los proyectados en el pase de prensa. LA FORTUNA está compuesta de seis episodios, y es posible que algunas valoraciones se viesen modificadas con los tres capítulos restantes.
Para su estreno en el mundo de las series, Amenábar ha escogido adaptar un cómic de Paco Roca y Guillermo Corral (EL TESORO DEL CISNE NEGRO). El espectador con hambre de aventuras e intrigas conspiranoicas, encontrará en esta ficción una fantasía fácil de ver.
Siempre es una buena noticia que Alejandro Amenábar esté detrás de un proyecto, y en esta ocasión no podría ser menos. Desde el principio se deja claro que nos encontramos ante un realizador talentoso con la cámara y la puesta en escena. Aunque eso sí, como suele pasar en las series, la dirección es muy estándar. Que nadie espere grandes malabarismos ni destellos de genialidad.
De hecho, sorprende comprobar lo tremendamente estándar que es LA FORTUNA. En todas sus facetas se muestra correcta, hecha con mucho oficio, pero no sale de su zona de confort y, si se la compara con otras series, sale perdiendo. Incluso en la misma plataforma de Movistar+ hay otras ficciones propias con mucho más carácter y personalidad.
Aunque eso sí, ¡menuda producción! En el capítulo dos, por ejemplo, hay varias escenas que transcurren en el siglo XVIII y es apabullante todo lo que se aprecia en pantalla -y lo bien que queda-. No se notan las costuras ni los efectos especiales: es realmente increíble la factura técnica que alcanza la serie. Hay una variedad de situaciones y localizaciones que hacen uso de unos medios al alcance de pocos. ¡Cuánto poderío al alcance de LA FORTUNA!
Y es tan lujosa la producción que es una pena que se descuide lo más básico: los personajes. Esto sorprende sobre todo al tratarse de una serie, ficciones que normalmente siempre hacen gala de personajes interesantes y bien trabajados.
Para empezar por el protagonista: resulta muy insulso. Aquí podría hablarse del actor que lo encarna, que no sabe dotar de fuerza ni sus frases ni sus primeros planos, pero la verdad, no se le da la oportunidad. El guion está tan entretenido en las peripecias de la trama, que se olvida de dotar de interés a su personaje principal.
La que sí brilla en cada plano y diálogo es Ana Polvorosa. Ella es, con diferencia, la más lúcida de los intérpretes. Sabe dar garra a su personaje y resulta carismática; un torrente de energía.
Respecto a Karra Elejalde, está divertido y cumple con lo que se le pide a su personaje. Aunque es verdad que en ningún momento deja de ser Karra Elejalde haciendo de Karra Elejalde. Ergo, te ríes mucho con él, pero como ministro de cultura… ya tal…
Y faltaría comentar la parte internacional del elenco, que son parte del reclamo para el gran público. Con ellos pasa como con el resto de la serie, están bien, pero sin más. Stanley Tucci sabe dotar de humanidad a un villano algo desdibujado. Clarke Peters es carismático y necesita poco para ganarse al espectador, pero a veces da la sensación de que solo deseaba pasearse por España, y T’Nia Miller no tiene espacio ni tiempo para el desarrollo de su personaje.
En definitiva, LA FORTUNA es una serie divertida e interesante. Además, para qué engañarnos, es genial ver en España este tipo de aventuras.
Nota: 6
Una crítica de Toni Sánchez Bernal
Amenábar lleva años que ha perdido el interés para el espectador un poco exigente.
Sus obras son como mucho, resultonas, algunas ni eso.
Y pensar que hace unos 20-15 años se paseaba con Berlín, Venecia y Cannes….
Imagino que los cinéfilos extranjeros de principios de siglo se preguntarán …qué fue de Amenábar porque no tendrán noticias de él..
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