La película española más divertida que verás este verano. Carlos Therón orquesta una comedia “marca de la casa” y nos presenta la gran apuesta comercial del cine patrio para la temporada estival.
¿De qué va?: Con aspecto de pringado y dotes de concertista clásico, Sebas, un policía novato, es perfecto para una peligrosa misión: infiltrarse como teclista en ‘Los Lolos’, una banda hortera de flamenco-trap que va a tocar en la boda de la hija de un traficante local.
Para enfrentarse al visionado de ‘Operación Camarón’, es necesario liberarse antes de cualquier posible prejuicio hacia los elementos “chirriantes” que pueblan el film. Si esto se consigue, se disfrutan de 105 minutos de risas y buen rollo (ah, y aunque se odie el trap, créeme, es imposible no salir de la sala canturreando la canción principal).
La primera sorpresa de la película es Julián López. Soporta con entereza el peso de un protagónico y saca su personaje hacia delante con valentía. A diferencia de otras interpretaciones anteriores del actor, aquí no intenta resultar gracioso en cada frase; sabe que no lo necesita, y se limita a confiar en el guion.
Natalia de Molina rezuma dulzura y buen hacer; aunque se echa en falta una mayor importancia de su personaje, que se limita a ser simplemente el interés amoroso del protagonista. Miren Ibarguren está graciosa y carismática; su labor es realmente intachable y eleva el conjunto.
Aunque la gran campanada es Carlos Librado ‘Nene’; sin duda, es quien se mete al público en el bolsillo. Encarna un papel con matices, tremendamente carismático y adorable. Dentro de unos años, este personaje será, por méritos propios, lo que se conservará en la memoria colectiva de los espectadores.
La dirección de Carlos Therón es ya un sello de confianza dentro del cine cómico. Gusten menos o más, sus películas siempre resultan entretenidas, y hay que reconocer que sabe cómo rodar. En ‘Operación Camarón’ no varía su estilo en absoluto -tampoco tiene por qué- y sale airoso. El resultado es compacto, dinámico y vistoso.
La verdad es que es una película que, entre la música, el ritmo sin parangón y el buen ambiente que transmite, es difícil no dejarse llevar y creer que es mejor de lo que realmente es. ‘Operación Camarón’ no soporta una intelectualización a posteriori, y es mejor quedarse con la experiencia divertida que ofrece, sin más.
Habrá mucho cinéfilo deseando afear algunos de sus aspectos, pero es una película que no se propone ser intensa; simplemente hacer reír. Además, ‘Operación Camarón’ tiene otra baza que juega en su contra. Aquellas personas que llevan años enarbolando la bandera de «el cine español es cutre» aquí encontrarán más razones para su discurso. Obviamente, la película no es cutre; pero entre el póster -con un diseño muy desafortunado- y el ambiente tan cañí que retrata, habrá más de uno que no se atreverá a acercarse al film de Carlos Therón. Y será una pena, una verdadera pena.
Quien acuda a la sala de cine, despojado de todo prejuicio y con el simple objetivo de disfrutar, encontrará en esta película una promesa cumplida.
Nota: 6
Una crítica de Toni Sánchez Bernal