Divertida sin más. El cineasta Fernando Colomo busca la risa fácil y la complicidad inmediata en su nueva película, una comedia que juega todas sus cartas a una sola baza: el tocar un tema tan moderno y desconocido para las clases populares como es el poliamor.
¿De qué va?: Satur y Tina son un matrimonio en el que ella aporta el dinero y él se ocupa de la casa y el niño. El problema es que el niño, Manu, tiene ya 28 años y es un mediocre youtuber. Satur convertirá a su hijo en “El ranger del amor”, un exitoso youtuber enmascarado defensor del amor romántico que se enamora perdidamente de Amanda. Lo que Manu no sabe es que Amanda es poliamorosa y tiene relaciones con otras cuatro personas más. Cuatro personas contra las que deberá lidiar para acaparar todo el amor de Amanda.
‘Poliamor para principiantes’ no trata de reinventar la rueda y tampoco tiene vocación de transcendencia; solo aspira a ser entretenida y a hacerte sonreír, objetivo que cumple con creces, por lo que, ¿cómo criticar una película que consigue lo que se propone?
La historia, aunque refrescante, no es original. Lo que no es necesariamente un problema, pero es verdad que al tocar un tema que da tanto juego, quizá se echa en falta que sea un poco más gamberra. Todas las bromas son muy inocentes y excesivamente pudorosas, lo que provoca cierta sensación de “comedia a medio gas”. Confía toda su gracia en la desubicación de una persona chapada a la antigua como es el personaje de Karra Elejalde.
El vasco es el principal reclamo de la película y es quien se lleva el pato al agua. Está graciosísimo y es prácticamente el único miembro del elenco que arranca las risas al espectador. Todos sus chascarrillos y caras son magnéticas y, una vez más, hace gala de un carisma arrollador.
Lo que deja en una clara desventaja al resto del equipo artístico, que sobreviven como pueden a unos diálogos mecánicos y una puesta en escena poco elaborada. El joven Quim Àvila defiende su papel con ímpetu pero no consigue crear la química suficiente con su partenaire, María Pedraza, y la historia de amor no es creíble en ningún momento.
Incluso actores de probado talento como Luis Bermejo o Toni Acosta no consiguen sentirse cómodos y se limitan a cumplir con el cometido de recitar frases. Este malestar actoral impregna las imágenes y hace que el resultado quede algo deslucido.
Fernando Colomo no realiza su mejor trabajo. Aunque su estilo casa a las mil maravillas con películas sinceras y tiernas como ‘Isla bonita’, aquí parece querer salir de su zona de confort e intentar ejecutar una realización joven y original… pero no lo consigue. La película se ve, casi sin justificación, inundada por grafismos de cómic, que más que dar ritmo entorpecen la narración. Da la sensación de ser un recurso pensado en montaje para dar vistosidad a una historia que adolecía de falta de chispa.
Pero aun así, hay que reconocer las bondades de ‘Poliamor para principiantes’. El espectador asiste a los noventa minutos de metraje casi con una sonrisa perenne. Así que, en definitiva, si te apetece pasar un buen rato a secas, acude a ver el nuevo film de Fernando Colomo. No enamora, pero ofrece evasión fácil; que ya es mucho hoy en día…
Nota: 5
Una crítica de Toni Sánchez Bernal