Una de las películas más interesantes de la cartelera es “Valeria descalza”, conversamos con el vizcaíno Ernesto del Río, que vuelve a la dirección tras su debut en “Hotel y domicilio”, en 1995.
J.L.P ¿Cómo surge el proyecto “Valeria descalza”?
Ernesto del Río: A los guionistas y a mí nos interesaba ensayar una visión de La Habana alejada de ciertos lugares comunes. Así que decidimos algo que nos pareció que mereció la pena, que es explorar las posibles relaciones entre dos ciudades tan aparentemente distintas como Bilbao y la capital cubana. Hemos descubierto que ambas tienen en común su condición de ciudades hacia adentro, con grandes capacidades dramáticas en sus espacios interiores y exteriores.
J.L.P: ¿Qué es lo que más te interesó de este proyecto?
E.R: Lo más interesante del proyecto fue poder rodar en otro país, en otra ciudad y en otras condiciones y filmar la película por primera vez en alta definición con una Red One lo cual me permitió experimentar otra forma de abordar el rodaje, tener una relación más intima y cercana con los actores, simplificar la iluminación etc y ver como todo eso de alguna manera se plasmaba en el acabado final de la película
J.L.P: En principio, la película es un tanto hermética, parece que busca la complicidad del espectador ¿estás de acuerdo con ese punto de vista?
E.R: Todas las películas quieren conectar con su público posible. En este caso hemos optado por una narración llena de oquedades para vaciar el relato de todo adorno explicativo y dejar al espectador frente a la desolación y el vacío existencial en que se mueven los 4 personajes principales de tal manera que el espectador rellenando esos huecos se sienta más implicado en lo que le están contando He huido en todo caso del típico cine enunciativo- muy en boga ahora – en el que todo tiene que estar explicado.
J.L.P: Llevabas años sin dirigir cine ¿qué crees que ha cambiado en todo este tiempo?
E.R: El cine es desde hace decenios un arte popular con una importantísima dimensión económica e industrial con clara hegemonía de la producción norteamericana. Vivimos, sin embargo, un tiempo de mutaciones contradictorio en algunos aspectos. Se está produciendo, desde el punto de vista tecnológico, la aparición de cámaras y equipos cada vez más ligeros que están transformando las condiciones tradicionales de la producción abaratando sus costes y concediendo a los nuevos realizadores, nuevas posibilidades creativas de acceso al mercado. Por otro lado, nuevos soportes y plataformas de distribución y exhibición están cambiando los hábitos de consumo de películas, en virtud de los cuales las salas de cine tal como las conocemos hoy, están perdiendo protagonismo y se replantean el futuro inmediato. Pero en mi opinión lo único que no va a cambiar es la propia esencia del cine que es el arte de contar la vida mediante imágenes en movimiento.
J.L.P: En la película hay cinco protagonistas, todos están muy bien ¿cómo surgió este casting?
E.R: Hicimos un casting en La Habana donde descubrimos a Gabriela Griffith, protagonista de la película y a Giselda Calero. Prácticamente eran sus primeras apariciones en el cine y estaban recién graduadas del Instituto Superior de Arte de La Habana. Por su parte Rubén Breña es un actor muy conocido en la TV y el cine cubanos con gran experiencia a su espalda. Aitor Mazo y Maiken Beitia son, para mi, dos actores a los que conozco desde hace muchos años y que estaban en la edad perfecta para representar a una pareja en su crisis existencial de los cuarenta en un territorio tan ajeno como es el trópico.
J.L.P: ¿Cuánto ha costado “Valeria descalza”?
E.R: La película ha costado 1 millón 405 mil euros de los cuales un 30 % han sido asumidos por coproducción por parte del ICAIC.
J.L.P La música es fundamental ¿ya lo era en la primera versión del guión?
E.R: Sí. Es un elemento narrativo fundamental en este caso. No es una música de acompañamiento. Forma parte de la intriga dramática y sirve para contar el conflicto con otros mecanismos. Las dos canciones, especialmente Descalza que da título a la película, son imprescindibles para desentrañar el nudo de la historia y a su vez permiten expresar con música lo que habitualmente se haría con diálogos. Para mi era un ejercicio de estilo visual que apuesta por el melodrama, un género muy querido en la cultura del Caribe.
J.L.P: ¿Cuáles fueron los mayores retos a la hora de rodar?
E.R: Rodar en Cuba entraña dificultades por las carencias por todos conocidas pero hemos sabido integrar tanto al equipo cubano como al vasco formando un grupo de trabajo en común que ha sabido entender y superar esas limitaciones materiales con las que nos hemos encontrado
J.L.P: Háblanos de tus proyectos, Ernesto
E.R: Tal como está el panorama de la producción del cine español, muchos proyectos empiezan y acaban por ser quimeras pero me gustaría realizar una próxima película en el contexto del conflicto vasco y sus derivaciones en la historia de una víctima del terrorismo
J.L.P: ¿Qué aficiones tienes?
E.R: No tengo aficiones especiales. Me gusta practicar algo que Baudelaire llama flanneur. Soy un observador de lo que me pasa alrededor y participo en todo aquello que ocurre a mi alrededor la música, el arte, la arquitectura la literatura etc.
J.L.P: Vamos a hablar ahora de cinefilia. Háblame de tus películas favoritas o las que consideras referenciales.
E.R: Hay muchas pero para la realización de “Valeria descalza” he tenido en cuenta esencialmente dos: “Identificación de una mujer” de Michelangelo Antonioni y “Elisa, vida mía” de Carlos Saura
J.L.P: Indícame alguna película española reciente que te haya gustado
E.R: Me ha interesado mucho la película “Naufragio” de Pedro Aguilera.
J.L.P: ¿Cómo ves el panorama actual del cine español?
E.R: Como ya he dicho antes está en transición como todo el aparato audiovisual mundial. Vamos hacia otra manera de producir, consumir y ver. Espero que de esos cambios de procesos tecnológico nuevos surjan nuevas maneras de abordar temáticas narrativas que no están presentes en la cinematografía española que se encuentra en la misma encrucijada en la que se halla la industria internacional
J.L.P: ¿Cómo ves la relación entre cine e internet?
E.R: Es una relación inevitable. Me temo que todo el futuro del cine y de otros artefactos audiovisuales muy parecidos al cine van a pasar por ese nuevo canal de distribución que es internet y de alguna manera cambiarán los paradigmas hasta ahora conocidos de lo que Godard definía en el título de una de sus películas como Un pequeño negocio del Siglo XX.
J.L.P Me eduqué cinematográficamente hablando en los cines de barrio, de sesión continua, de programa doble ¿qué recuerdos tienes de ese tipo de salas?
E.R: Correspondían a una época y la verdad es que eran la única escuela posible y los únicos circuitos que permitían conocer tu ciudad recorriendo los diferentes barrios a partir de una suerte de rutas urbanas que actualmente no existe. La ventaja que tenían los cines de barrio eran la variedad de películas: americanas, europeas, asiáticas… proporcionándote una perspectiva del cine bastante universal. Eso ahora no ocurre en las salas, forma parte de la memoria del cine.
J.L.P: “Valeria descalza” es un film muy sutil y que presenta varias formas de entender el amor ¿Cuál crees que es el tema fundamental que trata tu película?
E.R: Como siempre vengo diciendo trata sobre el amor y sus caprichosas apariencias. Es una historia que aparentemente trata de la descomposición de un matrimonio pero su centro de gravedad, a medida que avanza la película, se va deslizando a la historia de amor filial entre un padre y una hija. Ese para mi es el núcleo central de la película.
José López Pérez
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