Santiago Léonard Amaya es hijo del fotógrafo y cineasta Jacques Leónard, es uno de los protagonistas del excelente documental “Jacques Léonard, el payo Chac”, del que ya hemos hablado aquí en varias ocasiones.
Me recibe con una sonrisa. Charlamos en la cafetería de los cines Alexandra, en la Rambla de Catalunya de Barcelona.
Santiago tiene 57 años, parece mucho más joven. Es una persona vitalista, parece tener lo mejor de los payos y lo mejor de los gitanos. La entrevista se alargó durante casi dos horas, en un ambiente jovial, al final se incorporó a la charla su sobrino Yago Léonard, director del documental.
J.L.P Naciste en el barrio de Gracia de Barcelona.
Santiago Léonard: En la calle Belén 52 y mi hermano Álex, también, es más joven que yo.
J.L.P De niños habéis vivido una doble vida, durante la semana en Gracia y los fines de semana con vuestra familia gitana.
S.L Lo vivimos con alegría, íbamos muy contentos. En el colegio en La Salle de Gracia, por ser gitano, me marginaron bastante, ya que era siempre el único gitano de la clase. Siempre he jugado bastante bien a futbol y no me dejaban jugar con el equipo de mi clase.
J.L.P Trabajaste durante 15 años en el mundo de la fotografía ayudando a tu padre.
Santiago Léonard: Sí, desde los 15 años hasta los 30. Estudié el bachillerato elemental antiguo y la reválida que se llamaba en aquella época. No era muy buen estudiante, siempre sacaba cincos pelados, como digo yo. Cuando dejé los estudió me fui a trabajar con mi padre. Mi padre había tenido dos ayudantes antes, con malas experiencias, le acabaron robando.
J.L.P ¿Qué tipo de fotos hacíais?
S.L: Publicitarias, todo para catálogo y también cosas para el diario La Vanguardia y para otros medios. Hicimos uno sobre ascensores antiguos de Barcelona, por ejemplo. Llegamos a hacer fotos de gitanos, pero menos que décadas atrás, la mayoría de fotos de gitanos de mi padre son de los años 50 y 60. Los últimos tres años mi padre ya no estaba muy bien de salud, se quedaba más en casa y se cerró mucho con el libro
J.L.P ¿Cómo se llamaba el estudio?
S.L Publifoto. Como te estaba contando, los últimos dos años llegué a estar solo en el estudio.
J.L.P Con treinta años decides dejarlo.
S.L: Lo que me pasa es que como te comentaba antes yo jugaba a Fútbol, siempre me ha gustado mucho, de defensa central, me conocían como Amaya, mi segundo apellido y me ficha el Palafrugell y un año después L´Escala, donde ganaba más y allí, además, me sale trabajo de camarero en un Pub. En aquella época, hace 27 años, me pagaban de maravilla entre el fútbol y el trabajo de camarero. Me quedé a vivir en L´Escala en Girona, donde sigo viviendo ahora.
J.L.P Al preparar el documental descubrís cosas de vuestro padre que no sabíais.
S.L Solo sabíamos que había hecho cine y que había ganado un premio en Venecia. Luego ha resultado que ganó dos. No sabíamos que había hecho 40 películas, hemos descubierto muchas cosas que no conocíamos.
J.L.P En la película es muy emotiva la presencia de tu hermano Marc, el primer hijo de tu padre.
S.L Esa parte del documental es muy dura, está alegre, pero físicamente fatal. Fíjate, mi hermano Marc es un gran fotógrafo de moda y de publicidad, trabajaba en Londres, París y Bruselas. Tenía un estudio. De un día para otro lo dejó todo, regaló todo lo que tenía y se fue a vivir al bosque, en las afueras de Bruselas y dormía en una caravana o en un cajero automática. Además tiene mil euros de pensión y dice que así está feliz. Supongo que le habrá llegado a tal extremo el estrés que decidió dejarlo todo. Encontrarlo fue una odisea. Recuerdo que llevaba una exposición de cuadros a Bruselas y con mi mujer que es gitana francesa de Niza, la conocí en Barcelona, encontramos una carta que nos había enviado tiempo atrás. Con esa carta fuimos visitando los bares del pueblo y tuvimos la suerte de que en un bar una clienta, una señora mayor, al escucharnos preguntar nos dijo donde estaba. Nos dijo que estaba en Jembes, en una caravana, al lado del rio. Enseguida me conoció y eso que hacía años que no nos veíamos.
J.L.P Fíjate que curiosa es la vida, que al final Yago se dedica al cine, igual que su abuelo.
S.L: Todo ha surgido sin buscarlo. Yago empezó estudiando cine en el barrio de La Mina.
J.L.P ¿Nunca llegasteis a saber que vuestro padre era gitano?
S.L No, no. Hace menos de un año que lo sabemos, gracias a la preparación del documental. Te puedo comentar una cosa, si eso toda la familia lo hubiera sabido en su momento, todavía ahora se estarían riendo. Hubieran dicho que era imposible. Por su educación, su cultura, su forma de comunicarse. Era de otro mundo. A nosotros nunca nos lo dijo. En sus memoria explica varias cosas increíbles, lo que está claro es que tenía espíritu viajero y aventurero. Con 15 años llegó a viajar solo hasta Portugal, buscando una gitanilla jovencita, Encarna, de la que se había enamorado, al final la consiguió encontrar en un mercado en la isla de Madeira y tuvo que volverse sin poder hablar con ella, ya que su familia se lo impidió totalmente. Años después, de forma casual, la volvió a encontrar.
J.L.P Se integró perfectamente por tu madre.
S.L Sí. Es una historia de película. Lo dejó todo por mi madre. Dentro de poco se va a editar la biografía de mi padre y ahí explica su vida desde los 7 años hasta que se junta con mi madre. Las otras páginas no las hemos encontrado, seguramente las perdimos, seguro que su historia no acababa ahí.
J.L.P Tu madre era una gitana muy avanzada para su época. Trabajaba de modelo.
S.L Pues sí. Para aquella época la familia de mi madre era muy avanzada. Incluso mi tío, su hermano, era boxeador y otro llegó a ser Campeón de Catalunya de Pelota vasca. Mi tío José, que todavía vive, era torero de salón y llegó a saltar una vez en la Monumental como espontaneo.
J.L.P Ahora que el documental se ha pasado también en televisión ¿qué sensación te ha quedado?
S.L: Mi padre era tímido y reservado, nunca le gustaba ponerse medallas y viendo el documental siempre me acuerdo de él. No le daba importancia a las fotos tan buenas que hacía. Mi sensación al principio fue de sorpresa y ahora de orgullo.
J.L.P En el documental tu presencia se agradece, apareces muy natural, espontaneo
S.L Mucha gente me lo dice. Se rodó todo muy rápido, con Nuria Villazán, la guionista y Carles, el director de fotografía y Yago indicándonos lo que debíamos hacer, se hizo todo a la primera toma. El secreto creo que está en una cosa. Hablo de lo que he vivido, tal y como ha pasado, todo sale muy fácil, muy fluido. Para mí, lo difícil es la gente que habla mucho, como los políticos que te están diciendo algo y enseguida sabes que no lo van a cumplir.
J.L.P El documental es bastante crítico con el mundo gitano y con La Mina
S.L: El barrio de La Mina surgió porque se llevaron allí a la fuerza a todos los gitanos que vivían en La Perona o en Montjuic, ya que les tiraron las barracas y al no tener dinero para comprar un piso, tenías que aceptar esa solución. Recuerdo que mi padre se reía cuando veía el rótulo que había a la entrada del barrio, Polígono Residencial La Mina. Si hablas con los políticos o con las instituciones todos te dirán que la cosa ha cambiado mucho, pero no se han solucionado los problemas estructurales.
J.L.P ¿Con Yago qué sensación tenías durante el rodaje?
S.L: Mira, Yago de los nietos, mi padre es el que ha disfrutado más de él, ya que fue el primero. El nombre lo escogió precisamente mi padre. Yago es el nombre de mi padre y si te fijas Santiago, Jacques y Yago son el mismo nombre. En la familia Yago suena muy raro. Nosotros hemos rodado tres días. Era el director y hacíamos lo que nos decía. Antes del rodaje nos consultó muchas cosas. En el rodaje había muy buen ambiente, porque Nuria es también muy dicharachera y Carles igual, los de sonido, todos trabajaban con entusiasmo.
J.L.P ¿Cómo has educado a tus hijos?
S.L (Risas) Somos la única familia de gitanos que hay en L ´Escala, tienen 21 y 20 años, viven más bien como payos. Han estado muy poco en La Mina y al principio estaban expectantes sobre el documental, ahora están encantados. Mi hermano Álex siempre ha mantenido el contacto con el mundo gitano y sus hijos se consideran gitanos.
J.L.P Cuando se juntan los primos debe ser divertido.
S.L Los primos se llevan todos muy bien, tienen muy buena relación.
J.L.P ¿Qué relación has tenido con el cine?
S.L Mis tíos todos trabajaban de extras, por ejemplo, en los westerns que se hacían en Esplugues, haciendo de indios. De pequeño fui a muchas películas, como extra, de figurante. Como espectadores, de niño íbamos mucho al cine, sobre todo al Selecto, donde mi madre era muy conocida, ya que además de pasar películas hacían Variedades, en el entreacto salía un mago, o un cantante o un grupo. Te pasabas toda la tarde en el cine. Mi madre siempre iba con mi tía María, tanto mi hermano como yo, de pequeños siempre llorábamos, entonces al cabo de un rato mi tía María o mi madre salían con nosotros de la sala. He visto muchas películas, siempre me ha gustado mucho. Curiosamente ahora hace tiempo que no voy, porque en L´Escala ya no hay cine, el que había lo quitaron. Los sábados y los domingos siempre estoy liado con el fútbol, soy de la junta directiva de L´Escala. Entrenar no me gusta por mi carácter, no sirvo. Ayudo a la junta, además mis hijos siempre han jugado, normalmente mi mujer iba con un niño y yo con el otro por los diferentes campos. Los dos juegan mejor que yo.
J.L.P El final del documental es muy emotivo
S.L Mi madre pasó una época terrible, porque murieron su hermano y su padre, solo con un año de diferencia. Mi madre murió joven en el año 89, con solo 65 años, cuando yo tenía 35 años y mi padre en 1994. Antes de morir mi madre ya no estaba muy bien, pero además se quedó muy desmoralizado. Vivía en La Mina y entonces los últimos años me lo llevé a L´Escala. A mi madre la enterramos con sus padres y su familia, cuando murió mi padre decidimos enterrarlo con su madre. Por eso están enterrados en el mismo cementerio, en diferentes nichos.
J.L.P Es excelente la música de Lisandro Rodríguez. Tiene esa magia que es alegre y triste, marca muy bien el tempo del documental
S.L Sí, la verdad es que la música es una maravilla, entre triste y alegre justo como tú dices. La música en un documental como este es primordial, también en el cine en general, eso también lo decía mi padre Jacques. A Lisandro tuve la suerte de conocerlo el día de la Premiere, me pareció un tipo genial.
J.L.P ¡Muchas gracias, Santiago!
S.L ¡Muchas gracias a ti, José, ha sido un gran placer!
Nos despedimos con un fuerte abrazo.
José López Pérez
Fantástica entrevista!!
¡Muchas gracias, Lisandro! ¡Un abrazo!
¡Excelente entrevista, José! De las mejores que has realizado para este blog. ¡Gracias por el trabajo!
Excelente trabajo
Una magnífica, medida y documentada entrevista, donde la pasión del entrevistado y entrevistador queda de relieve, gracias a la figura inmensa, total de Jacques Leonard, todo un descubrimiento en el mundo de la cultura y del cine. Una entrevista que va más allá de los convencionalismos habituales de un género tan periodístico que José López Pérez domina como pocos. Junto al documental de Yago el mejor homenaje a Jacques Leonard.
¡Salvador y Miguel-Fernando, muchas gracias por vuestros comentarios! ¡Un abrazo!