Pedro Collantes nos expone en su ópera prima una historia entrañable y sincera protagonizada por una gran Macarena García, cuyo papel no podría haber sido interpretado por nadie más. No es el mejor debut del cine español en este año 2020 pero sí que es una más que digna carta de presentación; nos encontramos ante un director que dará mucho que hablar en los próximos años.
Noemí es una joven actriz que regresa a casa tras seis años en Nueva York para asistir a una audición que podría cambiar su carrera. Durante las primeras 24 horas en Madrid, Noemí tiene una serie de encuentros y despedidas que le enseñan a apreciar los vaivenes de la vida y le ayudan a repensar su pasado, su futuro y su lugar en el mundo.
Hay que remarcar que el vacío que siente Noemí en su divagar por Madrid se contagia, y se acompaña al personaje de manera fácil y agradable. Los sucesos expuestos en la pantalla enseguida despiertan empatía y cariño inmediato hacia la protagonista.
La interpretación de Macarena García es hipnótica, y aporta dulzura y magnetismo. Lástima que el guion la amarra en un personaje sin trasfondo y la actriz no puede sacar a relucir su talento al completo e ir más allá.
Lo mismo pasa con el resto del elenco, están convincentes y carismáticos, pero se mantienen en la superficialidad. Nacho Sánchez está imprevisible y cuesta calar a su personaje. Ingrid García-Jonsson aporta humor al resultado, y es Luka Peros el que nos regala la mejor escena de la película.
Pese a tener luz propia, “El arte de volver” peca en que, queriendo ser un film costumbrista, el tratamiento de la historia resulta banal y no aporta nada nuevo a este tipo de películas. El arco de la protagonista está desdibujado y no se trabaja el conflicto para que alcance su máximo potencial.
La vemos con su abuelo, con su hermana, con su ‘follamigo’, con su mejor amiga… y sin embargo no pasa nada. Y no es que sea un film observacional de autor; no, simplemente no existe ninguna vocación trascendental. Solo con el abuelo es donde se percibe cierto intento por emocionar y mostrar conflicto, pero se siente impostado y rompe la naturalidad que domina el resto del relato.
De ahí que, pese a ser una película bien resuelta, se queda en la mera anécdota, pues es un film que decide quedarse en la zona de confort. Es una pena; teniendo los ingredientes para ser el melodrama del año, no ofrece elementos que te acompañen a casa después del visionado.
Pero que no cunda la alarma, es una película agradable de ver. Tiene encanto y rezuma calidez. De alguna manera sientes que la protagonista es una amiga tuya, y eso es todo un logro. Además, en “El arte de volver” se disfruta de un elenco con chispa y carisma. Ah, y si hay algo que hay que aplaudir y reconocer a la película, es que no abundan ejercicios tan intensos de sinceridad. ¡Le espera una gran carrera a Pedro Collantes!
Nota: 5
Una crítica de Toni Sánchez Bernal
