Juanma Bajo Ulloa regresa a la primera línea del cine español con un thriller sin diálogos, que gustará más a los amantes del drama de autor que a los forofos del género.
Una joven drogadicta embarazada da a luz en medio de una de sus crisis. Incapaz de ocuparse del bebé, lo vende a una matrona dedicada al tráfico de niños. Arrepentida, la joven tratará de recuperarlo.
Simplemente guiándonos por la sinopsis, es fácil que el espectador medio espere un thriller al uso. Más aún cuando a la media hora, más o menos, toda la película desarrolla su acción en una casa, localización en la que la protagonista ha de ir huyendo de las tres mujeres que mantienen captivo al bebé. Sin embargo, no nos encontramos ante la nueva “Don’t breath” (Fede Álvarez, 2016); Juanma Bajo Ulloa sabe a qué deporte está jugando y cumple las normas, pero se decanta por mantener un tono más dramático que terrorífico. Lo que, en opinión de este humilde crítico, resulta ser un acierto. Aunque es verdad que de cara a la vida comercial del film, su estilo puede jugarle a la contra. Es muy posible que asistamos a una oleada de frustración como la que en su día generó “Lady in the water” (M. Night Shyamalan, 2006): se está vendiendo como una película de terror y habrá mucha gente que acuda al cine ¾ojalá¾para sentir pánico y desasosiego, y no es lo que encontrará…
No hay ni una sola línea de diálogo en toda la película, pero que no cunda el pánico y que nadie empiece a hiperventilar, ni se echa de menos ni es necesario. Al contrario, el film transcurre dinámico y no encalla en ningún momento. Quizá unos minutos menos de metraje hubiese sido de agradecer, pero no es menos cierto que así el resultado tiene más calado y deja un poco más de poso.
Además del tono utilizado por el director, el gran acierto de la película es la elección de las actrices. La joven Rosie Day aporta vigor y garra a la protagonista; lo que no es fácil teniendo en cuenta a quién tiene delante: a una gran Harriet Harris, que solo necesita echar una mirada para dar miedo.
Por el contrario, quizá Natalia Tena está algo desaprovechada, aunque lo que se le pide lo da con creces y convierte a su personaje en un secundario realmente único. Y Mafalda Carbonell, que cierra el tridente de villanas, está enigmática y escalofriante en algunos momentos.
También en la parte técnica es una película más que destacable. La fotografía cumple las expectativas de este ‘cuento gótico’ y el sonido ayuda a incrementar la tensión en las escenas de intriga. Aunque la labor de dirección artística es la que más sorprende. La casa en la que tiene lugar la mayor parte de la acción apesta, en el mejor de los sentidos. La localización está tan bien diseñada, que el espectador puede oler el hedor que impera en esa casa en ruinas en la que viven las villanas del relato.
Juanma Bajo Ulloa vuelve a presentar una película que no va a dejar indiferente a nadie: habrá quien la ame, por cómo trata el tema de la maternidad y la superación personal; y habrá quien la odie por su estilo y por no haberse acercado todavía más al thriller. Aun así, “Baby” es una película reivindicable y que se cuela entre lo mejorcito de la filmografía de su director.
Una crítica de Toni Sánchez Bernal
Nota El Blog de Cine Español: 6