Hoy tenemos el placer de dejaros con nuestra entrevista a Paula Palacios, artífice de “Cartas mojadas“, que no para de recibir excelentes críticas desde su presentación en el Festival de Málaga, y que todavía está en cartelera casi dos meses después de su estreno. Por todo esto, no nos extrañaría verlo entre los finalistas en los próximos Premios Goya en su categoría, lo que sería un dulce final para el duro trabajo que ha realizado Paula durante los últimos 5 años.
Os dejamos con nuestra entrevista a Paula Palacios:
– Para empezar, ¿coméntanos cómo surge la idea de realizar este documental sobre los migrantes?. ¿cómo fue el proceso de permiso para subir y poder grabar en el Open Arms?
Llevo años trabajando sobre el tema de la migración, en documentales con otro estilo y tenía ganas de llevar el tema a la gran pantalla, tratarlo de otra forma y sobre todo, abarcar el proceso completo de por qué huyen las personas, lo peligroso de su viaje por mar y cómo les acogemos en Europa. Una visión más global y a la vez cercana. Durante el proceso de rodaje en Lesbos, vivimos en primera persona las consecuencias del acuerdo firmado entre Europa y Turquía para acabar con la llegada de pateras a las costas griegas y el siguiente paso lógico era subirse a uno de los barcos de las ONGs de rescate que habían surgido en el Mediterráneo. Open Arms siempre lleva cámaras a bordo, ya sean de fotoperiodistas o reporteros, y les solicitamos permiso para rodar esta película documental a bordo y accedieron, porque ellos entienden que es muy importante mostrar lo que ocurre en el mar y denunciarlo. Esto también forma parte de la labor que desempeñan.
– ¿Cuándo empezó su grabación y cuánto duró el rodaje?
Empezamos a rodar a principios de 2016 y terminamos a finales de 2018, con los preparativos de la película y la postproducción, todo el proceso nos ha llevado 5 años.
– Imagino que el proceso de montaje habrá sido eterno con tantas horas de grabación, ¿no?
El montaje a mí me resulta la parte más difícil. Con mucho material grabado y en diferentes momentos, el montaje lo fuimos haciendo en diferentes periodos. Tuvimos además un equipo de tres montadoras que han hecho una labor increíble.
– En “Cartas mojadas” hay imágenes muy duras pero, ¿se quedó alguna en la sala de montaje?
Sí, siempre quedan imágenes y testimonios que no se meten en el corte final. Tengo mucho material que rodamos en Libia que, por ser de otro estilo, no lo he metido en la película. Por ejemplo, rodamos en el desierto, a las afueras de Beni Walid, la pequeña ciudad a 170 KM al Sudeste de Trípoli donde se trafica con migrantes y se les maltrata. En ese desierto había una especie de cementerio, más bien una fosa común, financiada por la propia mafia para tener un lugar donde dejar los cadáveres de las personas que se les morían (más bien mataban) debido a las torturas y enfermedades. El rodaje en ese lugar fue espeluznante, pasé mucho miedo al estar en medio del desierto de uno de los lugares más peligrosos de Libia, con amenazas de presencia de Al Qaeda alrededor.
– La recepción de tu documental, tanto para la crítica como para el público, está siendo muy positiva, ¿cómo recibiste el premio del público en Málaga?, ¿y qué te parece que “Cartas mojadas” sea uno de los documentales más taquilleros del año?
Cuando estrenamos el documental en el Festival de Málaga en agosto, yo estaba sin saber qué esperar. Han sido 5 años de proceso y ya había perdido un poco la perspectiva de la película que tenía, porque de tanto verla a veces no recuerdas lo importante que son las imágenes que tienes. Además, la pandemia había anulado la celebración del Festival en marzo y el estreno que íbamos a hacer en cines en junio; todo se había pospuesto, así que ya solo el estar presentando la película presencialmente en Málaga con gran parte del equipo me tenía súper feliz. Primero, fui viendo a lo largo de la semana las reacciones de la prensa, que eran muy positivas, y, cuando por fin la presentamos al público el penúltimo día del festival y tuvo esa tan buena recepción, vi que la película sí iba a gustar. Pero aún así no imaginé que la acogida en los cines fuese a ser tan buena, la verdad. Siempre me han dicho que los temas sobre migración no atraen, pero eso no es cierto. CARTAS MOJADAS tiene imágenes que a pesar de su dureza, son bonitas e invitan a un viaje. La gente tiene ganas de adentrarse en este tipo de historias desde un lugar que no sea el sofá de su casa y en estos meses he aprendido que el cine es la mejor plataforma para este tipo de películas. Quiero decir también que la gente joven ha venido mucho al cine a ver la película y esto tampoco me lo esperaba.
– Ahora que estamos en la temporada de premios, espero que “Cartas mojadas” esté entre los finalistas y, por otro lado, creo que también te has animado a presentarte en la categoría de mejor dirección novel, ¿por qué has dado este paso?
Gracias. Es mi primera película cinematográfica y creo que los directores de películas documentales pocas veces entramos en las nominaciones a mejor dirección novel; así que me he decidido a presentarla en esta categoría. En Cartas Mojadas tuve un sin fin de dificultades para dirigir, pues estando en un país en guerra como Libia o en alta mar, ocurren muchos imprevistos y la labor se complica. A mí me gustan los documentales que nos hacen viajar, a veces de tal forma que los espectadores se olvidan que están viendo una historia real y por momentos piensan que se trata de una ficción. En Cartas Mojadas me esforcé mucho por trazar esta fina línea entre la realidad y la ficción y me encantaría que los académicos tuviesen en cuenta mi trabajo en este sentido.
– Para terminar, ¿nos puedes contar en qué estás trabajando de cara al año 2021?
En 2021 (o quizá en 2022) espero terminar una película que llevo haciendo más de 8 años. Se trata de “Mi hermano Ali”, un documental más íntimo y personal, donde acompaño detrás de una cámara a un joven somalí de 14 años desde su llegada a Ucrania, donde estuvo 6 meses en la cárcel y donde tuve la ocasión de convivir con él durante largos periodos. Después conseguimos juntos que llegase a Estados Unidos. Ha sido un periplo lleno de aventuras increíbles, donde tanto Ali como yo, hemos crecido como personas, en la búsqueda de nuestra identidad en un mundo donde se nos dice a qué cultura pertenecemos. En mi próxima película, aunque sigo abordando el tema de la migración, lo hago desde el humor, pues Ali es un personaje genial, yo le llamo el “Forest Gump Somalí” que me hace reír todo el rato y al que le ocurren cosas alucinantes.
Se puede disfrutar del Teaser aquí.