Javier Fesser viene demostrando desde el El milagro de P. Tinto que posee un universo propio. Ese al que pertenecen los diferentes, personajes únicos que desde su peculiaridad nos demuestran que no son tan distintos a los demás. El director también ha potenciado su particularidad generalmente desde el humor, en ocasiones desde un punto de vista entrañable como en Campeones o desde el mundo del cómic, como en sus versiones de Mortadelo y Filemón.
Historias lamentables es una película episódica, compuesta por relatos que interesan de manera irregular y que unidos, adquieren un tono homogéneo. Se podría decir que el resultado de los mismos es desigual, desde un primer prólogo más flojo que el resto y al que le cuesta encontrar la gracia hasta otros capítulos más agudos, como el correspondiente al hombre de la playa o el más divertido de todos ellos protagonizado por un jardinero africano sin papeles y una mujer con muy malas pulgas.
Reconozco que conectar con el humor de la película es casi imprescindible para valorarla de manera justa. Si no ocurre, puedes encontrarte gran parte del metraje con el ceño fruncido esperando las carcajadas. De todos modos, es un film entretenido que encuentra sus mejores momentos cuanto más mala baba derrama sobre sus situaciones rocambolescas. La picaresca y el retrato del lado podrido del ser humano y el sagaz análisis sobre nuestra ridícula desesperación por la codicia componen las mejores virtudes de la película. Además, encuentra un tono adecuado que quizá exaspera, pero que también afila la pluma de un guion que se siente adolecido por algún trazo grueso y bromas de brocha gorda que se me antoja que deberían estar superadas, como ese gag del camión del segundo relato.
El patetismo y nuestra condición lamentable habían sido retratados con mucho más ingenio por películas como la reciente Ventajas de viajar en tren de Aritz Moreno y sobre todo por Relatos salvajes de Damián Szifron, que además indagaba con más habilidad en ese mosaico que supura repugnancia y desprecio al que denominamos despectivamente como “gente” fingiendo que olvidamos cínica y caprichosamente que formamos parte de ella.
En otros términos hay que destacar sus valores de producción donde el imaginario visual de Fesser se revela a un alto nivel y la decisión del director por apostar por un reparto refrescante. Todos los actores se ajustan de manera brillante a sus personajes y es imposible no mencionar a un divertidísimo Chani Martín como recién sacado de un tebeo de Ibáñez o a Alberto Castrillo Ferrer, entre otros. Pero la gran revelación de la película es Laura Gómez-Lacueva, tronchante protagonista de la mejor historia del conjunto.
El mundo disparatado de Fesser da para muchas vueltas y estoy seguro de que a gran parte del público le parecerá descacharrante. Aplaudo que haya elegido una gama cromática menos blanca para que sus seres deambulen por estas historias en esta ocasión, aunque el negro hubiera sido el color perfecto para ellas, en vez los chillones colores básicos que pueblan la pantalla estampando nuestro lado más primario.
Nota: 6
Chema López
Pues yo por fin la he visto y la verdad que la que valoras como “la mejor historia del conjunto” y “tronchante” me ha parecido absolutamente vomitiva. Una bazofia ideológica. Misógina,racista, cuñada,fachuza…Lo tiene todo. Me dio tanto asco que me pesó más que lo brillante que -salvo el tinte homófobo del final- es la historia de Chani. La última historia me negué a verla; ya había tenido suficiente.