En el año 2009, un joven rostro popular televisivo alcanzaba el estrellato gracias a dos películas tan masacradas por la crítica como bendecidas por el público: Fuga de cerebros y Mentiras y gordas, que recaudaron en cines €6,9 millones y €4,3 millones respectivamente.
Fue el inicio del ascenso meteórico del actor Mario Casas, quien un año después vería cómo su personaje “Hache” del drama romántico Tres metros sobre el cielo y su secuela Tengo ganas de ti, marcaría, para bien y para mal, su carrera. Entre las dos amasaron en taquillas €22 millones solo en España, catapultando al actor coruñés como ídolo de masas en territorios como Rusia y Latinoamerica.
Sin embargo, ese mismo estatus de sexymbol juvenil, unido a las malas críticas de esas cintas, le pusieron en la diana de ciertos sectores críticos.
Llegada la madurez, el actor continuó la senda de blockbusters con Palmeras en la nieve, que recaudó €17 millones en 2017. Sin olvidar uno de los mayores hitos internacionales de nuestro cine, Contratiempo (Oriol Paulo, 2016), que en China superó los $25 millones.
Por aquél entonces, Mario Casas ya llevaba tiempo ganándose el respeto de quienes le consideraban solo una cara bonita. En ese proceso, el actor salpicó su filmografía de autores reconocidos como Alberto Rodríguez, Marcelo Piñeyro o Michael Radford.
Pero fue su colaboración con Álex de la Iglesia la que le traería sus primeros reconocimientos en forma de premios, gracias a Las brujas de Zugarramurdi, Mi gran noche y El Bar. Por las dos primeras, el actor recogió el Premio Feroz a mejor actor secundario. En sus roles, veíamos a un Casas desglamourizado y alejado de su imagen de rompecorazones.
Pero, el salto cualitativo definitivo y la conquista unánime de la crítica llegó gracias a su estrenecedora encarnación de Francesc Boix para El fotógrafo de Mauthausen (Mar Targarona, 2018).
Sus extremas transformaciones físicas (no olvidemos su impactante aumento de peso solo un año antes para Bajo la piel de Lobo) demostraban un firme compromiso para un actor al que la profesión siempre ha elogiado por su disciplina. Sin embargo, la nominación al Premio Goya se escapaba año tras año.
Muchos también reclamaron esa nominacón en 2019 por su papel en Adios (Paco Cabezas), thriller en el que Casas solventó con éxito el acento sevillano de Juan, su atormentado personaje.
Abonado al género, el actor ha sido el protagonista casi absoluto de un año tan complicado como el 2020. En las irregulares cintas de Netflix Hogar y El practicante, Casas salió airosos en dos exigentes roles.
Pero, sin duda, ha sido su impresionante cambio de registro en la recientemente estrenada No matarás (David Victori) el que ha situado a Mario Casas como front runner de cara a los Premios Goya 2021.
Pero, ¿tiene opciones reales para conseguir su primera nominación de la Academia? La respuesta es sí. Pese a las reservas de cierto sector académico, cada vez son más los que reconocen la evolución del actor. Este año, al contrario que sucediera en la edición de El fotógrafo de Mauthausen, apenas tiene competencia. Su descenso a los infiernos lo es todo en el aplaudido thriller de David Victori. Un tour de force que ha entusiasmado a crítica y público y que apunta a una presencia casi segura entre los nominados.
¿Cuáles son los proyectos del actor para 2021?
Tiene Mario Casas más post en este Blog, que Antonio de la Torre, Eduard Fernández, Luis Tosar, Javier Bardem y Juan Diego juntos….(los más nominados al Goya).
Lo que no entiendo es por qué no hablais de su actuación en “Ismael” (2013)
De todo hemos hablado y hablaremos 😉
Ojalá. Por currante, por ser capaz de levantar proyectos con su presencia, y porque hay años que ha habido menos nivel que el suyo.
Pero, este año en especial, sería estratégico para aumentar el interés en los Goya en un año pocho.
Todo cuenta.
Sí. Y al margen de su actuación este año no hay competencia de los ”pesos pesados”, a la espera de ver si La hija (Gutiérrez) compite este año.
Me alegro mucho por No matarás, Filmax y todo el equipo. La peli lo merece.