“Para toda la muerte” es una divertida comedia negra que huye de lo esperado y se destapa como una ácida radiografía de la actualidad nacional. Describe mejor que muchos dramas sociales nuestras miserias, el desamparo que se vive en muchos hogares y la desesperanza de toda una generación.
José Vicente (Alberto López) se ha sacado por fin una plaza de funcionario; pero en plena celebración recibe una llamada de la Administración, ha habido un error y en realidad es el primero de los suplentes. ¿Qué se le ocurre a nuestro protagonista? Matar a uno de los aprobados para así lograr su ansiada plaza de funcionario y no decepcionar a su familia y a su novia que lo han mantenido durante los años que ha estado estudiando.
Los primeros minutos de la película nos recuerdan a ‘Un italiano en Noruega’ para después ser una ‘Very Bad Things’ a la andaluza; pero no, pese a ser una comedia negra que fácilmente podría haber caído en el sainete burdo, ‘Para toda la muerte’ consigue hallar una voz propia y se mantiene durante todo su metraje en un terreno sorprendente y, sobre todo, muy divertido.
A quién disfrutase en su día de la entretenida ‘El mundo es nuestro’ no le sorprenderá la afirmación de que el director y actor Alfonso Sánchez domina la comedia. Conoce el género, sabe sus límites y maneja los tiempos como pocos en el panorama cómico nacional. Su dominio del lenguaje audiovisual logra salvar, en más de una escena, un guion loco y quizá demasiado atropellado.
Con todo, la estrella de la película es Alberto López; está encantador y reclama con garantías un mayor protagonismo en el cine español. Es el líder de un casting enérgico y esmerado en el que incluso los secundarios de frases contadas están más que simpáticos.
Como punto débil, hay que reconocer que la acumulación de locuras, imprevistos, casualidades y chascarrillos llega a saturar. La “bola de nieve” es tan aparatosa que el espectador deja de preguntarse el por qué de ciertas acciones o motivaciones. Pero aun así, si no se es demasiado exigente, la película se las apaña para creerse a sí misma y hacerse verosímil. Eso sí, no da un momento de tregua. Más que por no aburrir, para no conceder tiempo de reflexión al espectador más ávido y que no pueda respirar hasta el final de los créditos.
La película tira de unos personajes arquetípicos y la acción es demasiado alocada; eso alejará irremediablemente a parte de la audiencia y les hará decir eso de «otra película española». Pero nada más lejos de la realidad, si se aceptan sus términos y se entra en su juego, ‘Para toda la muerte’ ofrece un rato de puro entretenimiento donde el trabajo actoral brilla sobre todos los demás pilares sobre los que se sustenta esta original comedia.
Nota: 7.
Crítica de Toni Sánchez Bernal
La vi ayer en Madrid y es de vergüenza ajena, casposa, cutre,mala y sin gracia.
Como se nota que os pagan con publicidad y no decís lo que pensáis. Dais mucha pena.
Va a ser un fracaso en taquilla y desde el blog diréis que se ha portado bien en taquilla.