La duodécima entrega de los Premios Gaudí viene a refrendar el excelente estado de forma que vive el audiovisual en nuestro país. Más allá de ideologías, banderas o presupuestos, se ha demostrado que hay talento, mucho, y lo más importante, que nuestros autores se crecen ante la adversidad. No es novedad recalcar la precariedad de los presupuestos dedicados al séptimo arte (repito, no solo en Catalunya, también en el resto del estado) pero, aun así, la inventiva de nuestros directores no se ha resentido y nos han entregado uno de los mejores años de cine que se recuerdan, demostrando que hay vida (e interés) por contar otras historias.
Lo mejor de todo es que el público ha respondido muy positivamente a propuestas tan dispares y estimulantes como EL HOYO (Galder Gaztelu-Urrutia), obras intimistas como las inmensas LA HIJA DE UN LADRÓN (Belén Funes) y LA INOCENCIA (Lucía Alemany), viajes emocionales tan potentes como LOS DÍAS QUE VENDRÁN (Carlos Marqués-Marcet) o tan viscerales como QUIEN A HIERRO MATA (Paco Plaza). Importante recalcar que gran parte de la producción de este año viene de la mano de debutantes con presupuestos de risa…
Estas pequeñas producciones se las han batido el cobre en la cartelera no solo con “monstruos” como VENGADORES: ENDGAME, EL REY LEÓN o GODZILLA, sino a los grandes titanes del celuloide de nuestro país, como pueden ser Pedro Almodóvar y la superlativa DOLOR Y GLORIA y la mastodóntica MIENTRAS DURE LA GUERRA de Alejandro Amenábar, dos obras diametralmente opuestas, pero que demuestran el gran nivel en el que se encuentran nuestros directores más reconocidos.
Ahora sí, vamos a resumir la gala.
Lo primero que ha llamado la atención (a servidor, por lo menos) es el minimalismo del escenario. Lejos de fastuosos decorados, se ha apostado por un evento ágil y dinámico que no requiera de lujos innecesarios. Así, hemos sido testigos de no pocos gags en escena, divertidísimos números musicales a cargo de una inmensísima Anna Moliner, cantando, bailando y haciendo reír al público con diálogos descacharrantes.
Mención especial al grandioso y maravilloso Albert Pla con su escatológica interpretación de La sequía. Merecidísimo aplauso.
No han faltado homenajes a los amigos y compañeros que hemos perdido en el último año, así como el certero y reivindicativo mensaje de la presidencia de la Academia, Isona Passola, haciendo hincapié en que la cultura es de todos y para mantenerla se necesita algo más que la voluntad, talento o voluntad política. Se necesitan financiación, no solo para el cine catalán. Ojalá no fuera necesario, pero con el modelo actual de financiación, las subvenciones resultan imprescindibles para apoyar no solo para ayudar a los jóvenes talentos, sino a impulsar proyectos más ambiciosos o directamente, coproducciones con otros países.
En cuanto a los premios, este ha sido un año para enmarcar en cuanto a la calidad de las propuestas y así ha quedado reflejado en el palmarés. Todas las propuestas han recibido alguna estatuilla, no quedando un gran vencedor ni grandes derrotados. Las quinielas estaban divididas y las estatuillas han quedado bastante repartidas. En lo personal, no puedo dejar de alegrarme por Oriol Maymó y Marc Orts, dos de mis profesores de cuando estudié cine, alzando los GAUDÍ por sus trabajos en QUIEN A HIERRO MATA y DOLOR Y GLORIA, respectivamente.
En resumen, una gala ágil y equilibrada, divertida y emotiva a partes iguales, aderezada por chispeantes números musicales y desternillantes montajes de video. Merecidísimo aplauso y mención para Anna Moliner. Suya era la responsabilidad de entretener al público y ha cumplido con creces.
No quiero cerrar esta crónica sin dedicar unas líneas a ese fabuloso grupo de personas que da lo mejor de si para facilitar nuestro trabajo, ayudándonos en todo momento, acompañando a prensa y fotógrafos con diligencia y buen humor. Gracias también a los compañeros y compañeras de mesa de luces y sonido, a los operadores de cámara y coordinadores quienes, alejados de las cámaras y los focos, se esfuerzan en poner en pie estos eventos. Un abrazo.
Y mucho cine a todos.
PALMARÉS PREMIOS GAUDÍ 2020:
– MEJOR PELÍCULA: LOS DÍAS QUE VENDRÁN.
– MEJOR DIRECCIÓN: BELÉN FUNES (LA HIJA DE UN LADRÓN).
– MEJOR ACTRIZ: MARÍA RODRÍGUEZ SOTO (LOS DÍAS QUE VENDRÁN).
– MEJOR ACTOR: KARRA ELEJALDE (MIENTRAS DURE LA GUERRA).
– MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA: LAIA MARULL (LA INOCENCIA).
– MEJOR ACTOR SECUNDARIO: ENRIC AUQUER (QUIEN A HIERRO MATA).
– MEJOR PELÍCULA EN LENGUA NO CATALANA: LA HIJA DE UN LADRÓN.
– MEJOR GUION: BELÉN FUNES Y MARÇAL CEBRIÁN (LA HIJA DE UN LADRÓN).
– MEJOR MÚSICA ORIGINAL: PAU VALLVÉ (LA VIDA SIN SARA AMAT).
– PREMIO ESPECIAL DEL PÚBLICO MEJOR PELÍCULA: SIETE RAZONES PARA HUIR.
– MEJOR PELÍCULA EUROPEA: LO QUE ARDE.
– MEJOR DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN: ORIOL MAYMÓ (QUIEN A HIERRO MATA).
– MEJOR VESTUARIO: ROSA THARRATS (LIBERTÉ).
– MEJOR FOTOGRAFÍA: MAURO HERCE (LO QUE ARDE).
– MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: ANTOINE MANCINI, LAURENCE ABRAHAM Y ARMANDE MONTEIRO (LIBERTÉ).
– MEJORES EFECTOS VISUALES: MARIO CAMPOY, IRENE RÍO E IÑAKI MADARIAGA (EL HOYO).
– MEJOR DOCUMENTAL: EL CUARTO REINO (ADÁN ALIAGA Y ÀLEX LORA).
– MEJOR CORTOMETRAJE: SUC DE SÍNDRIA (IRENE MORAY).
– MEJOR MONTAJE: ANA PFAFF, CARLOS MARQUES-MARCET Y ÒSCAR DE GISPERT (LOS DÍAS QUE VENDRÁN).
– MEJOR SONIDO: SERGIO BÜRMANN Y MARC ORTS (DOLOR Y GLORIA).
– MEJOR PELÍCULA PARA TELEVISIÓN: LA CATEDRAL DEL MAR (JORDI FRADES).
– MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA: SYLVIA STEINBRECHT (ELISA Y MARCELA).
– PREMIO GAUDÍ DE HONOR 2020: FRANCESC BETRIU.
Wiman González
Me pareció una gala muy bien realizada. Creía que La innocència se iría de vacío así que contento con el premio a Marull, que tiene una escena antológica.