Seguimos con nuestras entrevistas que realizamos en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y llega el momento de publicar la breve charla que pudimos tener con el director Albert Serra, donde presentó “Liberté”, su último trabajo que logró el Premio Especial del Jurado. De su película, de su cine, del buen gusto del público francés, y en cuento a las palabras de su titular estoy casi de acuerdo al 100 %, ¿en cuántas líneas se podrían resumir las tramas de películas como las últimas de “Fast&Furious”, “Godzilla”, “Vengadores”, y la mayoría de blockbusters americanos?
¿De qué va Liberté, coproducción entre España y Francia:
1774, unos años antes de la Revolución Francesa, entre Potsdam y Berlín. Madame de Dumeval, el Conde de Tesis y el Duque de Wand, libertinos expulsados de la corte puritana de Luis XVI, van en busca del legendario Duque de Walchen, un seductor y libre pensador alemán, solos en un país donde reina la hipocresía y las falsas virtudes. Su misión: exportar el libertinaje en Alemania. Pero antes deben encontrar un lugar seguro donde continuar sus prácticas licenciosas. ¿Las novicias de un convento cercano se dejarán también arrastrar ellas por esta noche oscura donde sólo reina la ley del deseo insaciable?
Os dejamos con nuestra entrevista al director Albert Serra en el Festival de Cine Europeo de Sevilla:
Pues la declaración del titular tiene toda la razón, de hecho de ahí el sobadísimo ”película lenta”o el ”no pasa nada”que es el 80% de comentarios que hay en páginas de cine en internet.
Las escenas de acción me parecen lo menos interesante.
Pues si solo miramos imágenes como idiotas, será que hemos regresado a los orígenes del cine. Al principio era mudo, si mal no recuerdo.
Y bastante acelerado también.
Todos los extremos son idiotas. Tan extremista es la película de Marvel de turno, con mil planos en una breve secuencia, como los planos simbolitas de Albert Serra. Ambos son el anticine. Mierda de un lado y de otro. Para entendernos: sufrir una película de Albert Serra es algo que pocos quieren. Sufrir una de Marvel es algo que muchos hacen pero que olvidan que lo han hecho al poco rato. Ahí radica el éxito de Albert: hace cine directo y provocador. En diferido la provocación desaparece.