¿En qué momento se jodió el Perú? Ésa era la pregunta con la que el protagonista de “Conversación en La Catedral” abría la novela más popular de Mario Vargas Llosa. El interrogante que se planteaba aquel alter ego del escritor ganador del Premio Nobel, podría aplicarse al estatus del que fue el niño prodigio del cine español, cuya fulgurante irrupción en la industria produjo un efecto que no se ha vuelto a repetir.
Su victoria en los Goya de 1996 con su ópera prima siendo el director más joven de la Historia en lograrlo, fue el preludio a convertirse en el rey Midas de nuestra industria. Los estrenos de sus posteriores películas arrastraron una expectación pocas veces vista en el cine nacional. El público le apoyaba en masa (3 de sus cintas han conseguido ser la película española más taquillera de su año) y los premios cinematográficos se rendían al joven madrileño-chileno.
Sin embargo, parece que el fulgor de su estrella se ha ido apagando en los últimos años, hasta el punto de que el estreno de su próxima película, “Mientras dure la guerra”, que tiene lugar en unos días, es esperado con una combinación de escepticismo y recelo. La vuelta de Amenábar al cine en castellano después de 15 años, es una buena ocasión para repasar su filmografía, y el diferente curso que ha seguido su carrera.
Tesis (1996)
Con ella empezó todo. En la primavera de 1996 se estrenaba un modesto thriller que abordaba un tema tan espinoso como las snuff movies y que pasó desapercibido en la cartelera española. Casi diez meses después de su estreno, los Premios Goya tomaron la que posiblemente es la decisión más trascendental de su Historia: reconocer con 7 galardones a esta explosión de joven talento por encima de la archifavorita Pilar Miró y su ambiciosa “El perro del hortelano”. El rotundo triunfo de una cinta desconocida rodada por un director novel de apenas 23 años logró captar titulares y otorgó a la película una segunda vida en salas. El resto es historia. “Tesis” fue el gran descubrimiento de los noventa, con una sugestiva intriga que transmitía el suspense de forma sobresaliente gracias al extraordinario trabajo tras la cámara de Amenábar. El magistral inicio, anunciando la existencia de un cadáver en la vía del metro, ya anticipa el tema principal de la cinta: el cinismo del ser humano enfrentándose a la curiosidad más morbosa ante la violencia. El director maneja a la perfección el uso de las imágenes (nunca vemos las famosas cintas snuff; sólo las escuchamos) y nunca los pasillos de una facultad resultaron tan siniestros. Además de recuperar a lo grande a una semiolvidada Ana Torrent, el director nos presentó a dos intérpretes masculinos: un Eduardo Noriega misterioso e irresistible (“¿De qué color son mis ojos”), que se convertiría en el galán de los años siguientes en nuestro cine, y un Fele Martínez, que nunca volvió a estar tan bien como con ese Chema, carismático friki que era capaz de insertar toques de humor en una terrorífica secuencia por las tuberías a la luz de unas cerillas. “Tesis” fue el golpe encima de la mesa de Alejandro Amenábar para situarse en nuestra industria por todo lo alto, y dejó una línea de diálogo para la posteridad: “Me llamo Ángela. Me van a matar”.
Abre los ojos (1997)
El siguiente trabajo tras una ópera prima exitosa es de los más complicados para un cineasta, y muchos caen bajo el peso de las enormes expectativas depositadas. Amenábar se enfrentaba a un reto de altura tras el exitazo de “Tesis”, pero de nuevo demostró una audacia y un atrevimiento impropios de su edad, aventurándose con una película de ciencia ficción, que combinaba intriga, romance y drama psicológico. Curiosamente “Abre los ojos” es la película menos apreciada por su autor, que en algunas entrevistas ha renegado en parte de ella. Para el que esto escribe, sin embargo, es mi película preferida de su filmografía. Esta fábula que se convierte en pesadilla juega con los límites entre realidad y sueño, sin que el espectador sepa qué está ocurriendo, pero ante la que no puede evitar caer fascinado en el mundo onírico planteado por el director. Comenzando por una escena icónica con la Gran Vía desierta, Eduardo Noriega pasa de conquistador a monstruo atormentado, enfrentándose a lo efímero de la belleza y al miedo a perderlo todo. Le acompañan una Penélope Cruz más bella que nunca, perfecta idealización del protagonista, y una inquietante Nawja Nimri que utilizó sus susurros para crear un enigmático personaje. Amenábar demostró ser un cineasta total encargándose en sus primeros trabajos de la composición de la banda sonora. Es en esta cinta donde como músico ofrece la mejor de sus creaciones, con temas de una gran belleza, especialmente cuando aparece el mimo en el que se transmuta Penélope. A pesar de ser un segundo trabajo, Amenábar es capaz de ofrecer una película que no se parece a ninguna otra rodada en nuestro país. Tanto que el mismísimo Tom Cruise decidió trasladar el filme a la maquinaria de Hollywood, protagonizando un fallido remake americano. En una película donde no puedes distraerte ni un segundo, el soberbio final da un nuevo significado a todo lo visto durante el metraje, e invita a revisar el filme una y otra vez, y disfrutar de sus múltiples lecturas.
Los otros (2001)
El encuentro profesional entre Amenábar y Tom Cruise no solo derivó en la realización de “Vanilla Sky”, sino que la estrella neoyorquina quedó tan prendado del talento del joven español hasta el punto de apadrinar su siguiente proyecto, actuando como productor ejecutivo de la cinta. La implicación de Cruise también propició el fichaje como protagonista de la que entonces era su mujer, la australiana Nicole Kidman. El primer proyecto internacional de Amenábar apostaba por fin sin complejos por el terror. Por primera vez se enfrentaba en solitario a la escritura del guion, prescindiendo de la colaboración de su amigo Mateo Gil, y el resultado fue el desarrollo de la escalofriante historia de una estricta madre asfixiada por la ausencia de su marido tras la guerra que educa a sus dos hijos, a los que no puede darles la luz del sol debido a una extraña enfermedad. En un concepto totalmente clásico del cine de fantasmas, sin necesidad de derramar una gota de sangre, la ambientación de ese tétrico caserón genera una tensión creciente en la que los sustos se van sucediendo hasta hacer clavar las uñas en la butaca, como ocurre en momentos como los de ese piano sonando en medio de la noche o esas enigmáticas sábanas que cubren maniquíes. Amenábar da un paso adelante como director al bordar su capacidad de crear atmósfera, reinando un desasosiego y suspense constante. Todo ello fue liderado por una Nicole Kidman en plena época dorada de su carrera, con una interpretación magnífica y una expresividad que añoramos en ella. Los Globos de Oro y los BAFTA reconocieron su trabajo y sólo el hecho de coincidir en el mismo año con Moulin Rouge impidió su nominación al Oscar. Un desenlace brillante culmina la película de manera que todo cobra sentido; no obstante, Amenábar siempre lamentará que el estreno reciente de “El sexto sentido” hiciera perder impacto a su giro final.
Mar adentro (2004)
En su ánimo de seguir explorando narrativas, Amenábar afrontó en su cuarto trabajo un drama puro, el género que tradicionalmente acapara las entregas de premios. Y con esta película, vaya si se cumplió. “Mar adentro” no solo es la película con más premios Goya de la Historia, logrando la hazaña no repetida de acaparar los seis premios interpretativos. También se hizo hueco por partida doble en el palmarés del Festival de Venecia y consiguió los últimos Globo de Oro y Oscar para una película de nuestro país. La sensible mirada a la historia de Ramón Sampedro conmovió a medio país. Amenábar, que en su filmografía anterior había dejado claro que la muerte es uno de los temas que le obsesiona particularmente, lanzó en esta película un canto al derecho a la muerte digna desde la luminosidad y el optimismo. Con una historia que podría haber derivado en un telefilm, consigue la magia de combinar los momentos al borde del llanto con toques de humor, a cargo de su socarrón protagonista, al que encarna maravillosamente Javier Bardem con transformación física e imitación de acento incluidas. Es una película que pese al espectacular éxito que tuvo, no parece haber envejecido bien en el recuerdo de los cinéfilos, pero aquéllos que duden sobre la potencia de la película, deberían rescatar sus preciosas escenas oníricas. Y es que Amenábar no solo se la jugó apostando por una actriz sobre la que existían tantos prejuicios como Belén Rueda. También dio el salto sin saber si había red insertando una escena tan arriesgada como la de Sampedro levantándose de la cama, dejando atrás su dolor y volando hasta la playa al encuentro con su amada, con quien puede volver a ser feliz. El “Nessun Dorma” hacía el resto, y los pelos de los espectadores se pusieron de punta.
Ágora (2009)
Probablemente la erosión de la imagen de Amenábar como cineasta infalible empezó con esta cinta. En realidad “Ágora” no es una mala película en absoluto, pero posiblemente no era el proyecto que esperaban los espectadores que acudieron al cine llevados por los bombardeos publicitarios de Telecinco. La historia de Hypatia de Alejandría era reflexiva, con algunas lecciones de astronomía y matemáticas no aptas para el gran público, y a diferencia de sus exitosos trabajos anteriores, provista de una frialdad calculada que dificultaba empatizar con ésta. El filme supo aprovechar al máximo sus medios, con una soberbia ambientación del Egipto del siglo IV que hizo a la película arrasar con los Goyas técnicos de su edición. El choque de culturas y razas que muestra la película hace aumentar el interés, resaltando la postura del director en la lucha entre fe y ciencia que centra toda la película. Aquí sin embargo, encontramos por primera vez, decisiones cuestionables en su trabajo de dirección. El uso de la cámara lenta o los repetitivos planos del planeta Tierra desconciertan dentro de la peli. Rachel Weisz fue una protagonista inmejorable, acercándose a su personaje con sobriedad e inteligencia, y llenando de profundidad a una mujer excepcional en un tiempo dominado por hombres. El resto del reparto lamentablemente no está a la altura. Eso sí, en favor del ojo de Amenábar para seleccionar actores, nos quedaremos con el hecho de que fue la primera vez que vimos a Oscar Isaac, convertido hoy en día en actor de culto.
Regresión (2015)
Y llegó el batacazo. El largo lapso de tiempo transcurrido entre cada proyecto y la aparición de un nuevo cineasta de perfil similar dispuesto a arrebatarle el trono de rey Midas de nuestro cine (Juan Antonio Bayona) provocaron que el aura de Amenábar se fuera apagando. Si le sumamos las amplias ganas de buen sector de la crítica por hacer sangre en los momentos de debilidad, la catástrofe estaba anunciada. “Regresión” supuso el primer fracaso del antaño incontestable cineasta. Si bien no tanto en taquilla, ya que rozó los 9 millones de euros, este thriller de sectas sufrió todo un revés entre los comentarios de prensa y público desde su presentación como cinta inaugural del Festival de San Sebastián. Sin duda es una película menor que acusaba una problemática falta de ritmo. En un director que ha dejado tantas imágenes en el recuerdo, lo más preocupante de este trabajo es la absoluta falta de personalidad que desprende la peli. No es que sea mala, es plana y correcta, sin más. La incredulidad que despertó el filme provenía de lo difícil de comprender cómo los seis años de espera invertidos por Amenábar se habían plasmado en un producto tan olvidable. Un ejercicio de estilo resultón, con buenas intenciones en la introducción de ritos satánicos como intrigante planteamiento, pero mal definida y lastrada por una equivocada interpretación de Emma Watson. ¿Por qué ocurrió esta película? Muchos todavía nos lo preguntamos.
Por eso, tras seis películas en una filmografía que cuenta con picos muy altos, pero que lleva una obvia línea descendente, llega un punto decisivo en la carrera del director. Su nueva apuesta es un acercamiento a la figura de Miguel de Unamuno, un personaje fascinante en sus luces y sombras, pero que puede no resultar de demasiado interés al público medio, al estilo de lo que ocurría con la filósofa Hypathia. “Mientras dure la guerra” parece tener garantizado un alto nivel técnico y una impecable interpretación protagonista. Pero, ¿volveremos a vibrar con el cine de Amenábar como antaño? ¿El famoso discurso “Venceréis pero no convenceréis” estará al nivel de sus escenas más emblemáticas? ¿Volveremos a vislumbrar los detalles del genio que irrumpió en los noventa? Quedan solo unos días para comprobarlo, puesto que la película se presentará este fin de semana en el Zinemaldia y tan solo unos días después llegará a las salas de cine. Desde aquí, deseamos con fuerza recuperar al mejor Amenábar.
Javier Castañeda
No soy un fan de Amenábar, eso sí, varias obras suyas me han gustado bastante, otras bien poco. Pero me parece el titular del post y el texto bastante agresivo.
No tengo expectativas con ‘Mientras dure la guerra’ y aún menos en taquilla, pero el post me parece demasiado cruel con el director español. Porque más quisiera el 98% de los directores españoles llegar a lo que Amenábar ha llegado.
Nacho, doy por hecho que no has leído el artículo porque entiendo que es bastante extenso. Si lo hubieses hecho verías que no solo es cero agresivo, sino que yo lo calificaría como un canto de amor hacia Amenábar. Te recomiendo que lo leas.
Con ese titular el artículo no lo leeré. Pero me pregunto, ¿en qué momento se jodio este blog con lo que podía haber sido? Cuando decidió convertirse en forocoches versión cine? Escriben pensando en los seguidores del cine español o en sus haters?
Para mí solo tiene una película floja, “Regresión”, una correcta, “Ágora”, y el resto peliculones.
Oscar TA, sabes que os tengo mucho cariño. Leí y he vuelto a leer el artículo. Quizá me la he cogido con papel de fumar y he sido un ‘pelín ofendidito’. Estoy muy de acuerdo con lo que ha escrito ‘Redacción’ eso sí, creo que ‘Los otros’ está un poco por debajo de ‘Mar adentro’, ‘Tesis’ y de ‘Abre los ojos’.
Tampoco creo que este blog se haya convertido en ‘hater’ del cine español, eso es excesivo.
En relación al tema, Amenábar, hay mucha gente, demasiada que le tiene mucha ganas, y no me refiero a la derechona o a los ‘cuñados’, me refiero a gente de la propia industria, a profesionales y sobre todo a un enorme sector de la crítica cinematográfica, sobre todo la que se despliega en foros e internet.
Creo que se debe al sentimentalismo excesivo de ‘Mar adentro’ y a las enormes debilidades de ‘Regresión’.
Solo espero palos y más palos para ‘Mientras dure la guerra’, y como la taquilla no funcione, veo a Amenábar en el mismo lugar que Fernando Trueba para intentar levantar cualquier proyecto. Se juega muchísimo Alejandro con esta película y no lo veo justo, por sus premios conseguidos y por las cifras millonarias que ha hecho.
Maravilloso articulo que analiza con todo detalle todos los pros y contras de la filmografía de uno de los nombres imprescindibles de nuestro cine.
Enhorabuena!!
Da gusto leer artículos asi.
Bueno Nacho, lo que más me molesta es que me consta que la persona que ha escrito esto es un gran admirador de Amenábar, algo que se desprende en el texto. Respecto al título, basta con leer la primera frase del artículo para entender q es una referencia literaria.
Después da mucha pereza q algunos esperen que aquí todo sea alabanza y autocomplacencia (q es lo q más sobra en el cine español)
Hay que ser extraordinariamente cateto e inculto para decir que “con este titular, el artículo no lo leeré”, tal y como asegura el tal Willie.
Primero, para opinar hay que haber leído el texto y no quedarse en el titular, que es precisamente lo que hacen los haters de libro de hoy en día.
Segundo, aún no conociendo la referencia literaria, se intuye que por ahí van los tiros. Se llama comprensión lectora.
Tercero, lean ustedes más a Vargas Llosa, sobre todo el salva-patria Willie.
Haya paz. Estamos en un país libre aunque a veces no lo parezca.
Nacho, dice usted que “la industria tiene ganas a Amenábar”. Ilumínenos, por favor, quién de la industria?
Lo que tiene uno que leer…
Está un poquito feo eso de insultar aunque no estés de acuerdo con una opinión no?
Willie, eres muy cateto. No es un insulto, me remito a los hechos.
Tenías la oportunidad de rectificar y pedir disculpas pero, en vez de eso, te enfangas en tu propia incoherencia. Sí, está feo insultar, que es exactamente lo que has hecho tú en tu primer mensaje.
Opinión, dice…, qué opinión? Lo tuyo sí que ha sido un comentario hater. Muestra un poco de elegancia. Si sabes.
Pido tranquilidad al personal, please.
Redacción, entiendo que se permiten los insultos directos en el blog. Se abre pues la veda
Hay que ser indecente para insultar, acusar y quedar como un panoli primero, no rectificar y luego reclamar que no le insulten a él por llamarle cateto, que es una buena descripción de lo que hace.
Estás fatal pero al menos lo pasamos bien
Esto solo puede solucionarse con un encuentro sexual entre willie y EduTRex tras una cita para ver juntos “Mientras dure la guerra”.
Estupendo artículo. Y con respecto al título, al leer la referencia literaria, se entiende el cariño y casi como una carta de amor al cine de Alejandro Amenábar.
Para mí, también Abre los ojos es mi película favorita del director.
Creo que la más redonda es Los otros, pese a que perdiera impacto por estrenarse tras El sexto sentido, aunque estuviese escrita antes del estreno de ésta y sus homenajes explícitos a Suspense.
Tesis fue una gran carta de presentación y sigue siendo un excelente thriller donde el tratamiento del morbo por parte del espectador se explica de manera prodigiosa.
Mar adentro para mí supuso una concesión al sentimentalismo aunque tiene momentos de gran intensidad emocional a los cuales es difícil no sucumbir.
Ágora y Regresión no me interesan demasiado, bien por el resultado final o por su punto de partida.
A todo esto espero con ganas Mientras dure la guerra, y quiero que me guste, a ver que tal.
Enhorabuena Javi, muy buen texto!
Aunque las dos últimas películas no me gustaran demasiado, soy de los que espero con ganas la próxima de Amenábar. Es una pena que las críticas estén resultando tibias, pero estoy seguro de que al menos será un producto digno.
De la filmografía de Amenábar tengo especial cariño a Los Otros, que tuve en DVD y vi un montón de veces. Como dice Javier en su artículo, solo un papel como Satine pudo impedir que Kidman fuera nominada por ese rol.
Haría mi ranking de la siguiente manera:
1. Los Otros
2. Mar adentro
3. Abre los ojos
4. Tesis
5. Ágora
6. Regresión
Muy de acuerdo con Óscar TA. Las reconciliaciones son maravillosas y si hay fluidos corporales mejor.
A ver, Edu TRex, lógicamente toda la industria del audiovisual español no rechaza a Amenabar, ni la mayoría de ella. Solo digo que hay varios que quieren que le vaya regular. Si prefieres está apreciación.
Pero lo que sí noto es un desprecio e inquina a su cine de mucha parte de la crítica. Todavía recuerdo cuando se estrenó ‘Mar adentro’ e hicieron un reportaje en ‘Días de cine’ donde dijeron, os lo prometo, que a todo el programa no le gustaba la película de Amenabar, solo al que hacía la crónica esa semana. Y eso es un programa super-educado y respetuoso como ‘Dias de cine’. Ni te cuento entre los muchos haters que escribirán en la red
No pluraliceis, yo estoy aquí tan tranquilo. Si me peleo es con el blog, que básicamente son dos, Redaccion y Óscar Ta. Seria un trio, pero no tengo claro que vaya a ver la película si es condición previa. Desde Los otros, ninguna peli de Amenabar me ha gustado demasiado.
Uy pues Juanfran-redaccion mataría por hacer ese trio 😝
La verdad es que también he flipado con el titular y aunque leído el artículo entiendes el tema sigue quedando muy agresivo porque la pregunta que yo me hice es, Ahhh pero es que está jodida la carrera de Amenábar? Primera noticia. Puede que no te gusten los derroteros que ha tomado o las películas que hace ahora pero de ahí a estar jodida pues no sé yo. Todos los directores pasan por momentos mejores y peores con pelis que arrasan en taquilla y tortazos tremendos porque así es como funciona la industria del cine por desgracia. Imagino que rueda lo que le apetece y no hace encargos y por eso no rueda más cosa que molaría porque el tipo sabe lo que hace. A ver si con Mientras dure la guerra o la serie para Movistar + curra más seguido.
Yo no se si está jodida, pero desde que ganó finalizó Los Otros equivocó sus proyectos. Mar Adentro es una película lamentable para mi gusto (y se que estoy en minoría aquí), llena de sentimentalismo barato, de caramelo, de lagrimita fácil (el momento del sobrino corriendo tras la ambulancia es lo peor que he visto en el cine español.. ah, y ese actor ganó el Goya a pesar de todo).
Lo que llegó después confirmó que Amenábar no debía haber abandonado su filón en el cine fantástico. Agora no gustó más que aquí por la agresiva campaña de TeleCinco. Y lo mismo ocurrió con Regresión, que en USA se distribuyó casi directamente en TV on demand, un TELEFILME.
Pero como donde hubo fuego, quedan siempre ascuas, espero que Amenabar vuelva a tener su pulso habitual y con su nuevo film vuelva por sus fueros.
Por cierto, que este proyecto casi parecería más escogido para su antiguo mentor, José Luis Cuerda, que para Amenabar… pero nunca se sabe.
He escrito un extenso comentario a este estupendo artículo (ojalá leer muchos más así de documentados, detallados e interesantes en cualquier página de cine patrio) hace varios días pero se ha perdido por los confines de Internet (he sido vilmente vetado y ultrajado por el controlador antispam del blog) así que esta vez seré un poco más breve.
La admiración que el autor profesa al director es tan manifiesta que me sorprende que alguien pueda encontrar este articulo como ofensivo o duro. Hasta ha encontrado virtudes en “Regresión” y eso tiene su mérito.
En mi caso particular, “Tesis” me gustó tanto que todo lo que Amenábar dirigió después, por fuerza, me tuvo que parecer una línea descendente. “Tesis” me parece fantástica, original, audaz y es una cinta que deja poso, soporta el paso del tiempo y numerosos visionados sin perder un ápice de su fuerza. Algo inaudito en una opera prima, además, hecha sin el apoyo y los medios que Alejandro pudo disponer años después.
Algo bastante curioso es que las obras más atrevidas del director fueron realizadas en dos años consecutivos y con esas limitaciones presupuestarias a las que he hecho mención antes y en cambio, las últimas películas de Amenábar, mucho más cuestionadas, han podido contar con más proyección, medios y varios años para su creación.
Es cierto que cuando se ha adentrado en otros géneros (el drama con “Mar adentro”) o ha querido tocar temas más intelectuales (como en “Ágora”) ha generado más suspicacias pero en el primer caso probablemente influya la enorme cantidad de premios conseguidos, que hacen que sea mirada con lupa por muchos críticos y espectadores. “Regresión” simplemente es floja pero tampoco podemos obviar el genio que hay en Amenábar por una película que no está a la altura. Recordemos que Almodóvar hizo “Los amantes pasajeros” antes de resurgir como lo ha hecho. Tengamos fe en el talento de Alejandro.