Poco se está hablando de “Diecisiete”, el regreso a la dirección de largometrajes de Daniel Sánchez Arévalo (“Azuloscurocasinegro”, “Primos”, “Gordos”), quizás porque se trata de una producción de Netflix y su paso por cines será anecdótico. En el reparto de esta cinta, rodada íntegramente en Cantabria, aparecen Biel Montoro, en el papel de Héctor, y Nacho Sánchez, el actor más joven en recibir el prestigioso Premio Max de teatro, en el papel de Ismael, más Itsaso Arana, Chani Martín, Mamen Duch, Carolina Clemente y Kandido Uranga. El guion es obra del propio Daniel Sánchez Arévalo. “Diecisiete” se presentará en la sección oficial, fuera de concurso, del próximo Festival de Cine de San Sebastián.
¿De qué va?
Héctor es un joven de 17 años que lleva dos interno en un centro de menores. Insociable y poco comunicativo, apenas se relaciona con nadie hasta que se anima a participar en una terapia de reinserción con perros. Allí, el chico establece un vínculo indisoluble con una perra a la que llama Oveja. Pero un día la perra es adoptada y Héctor se muestra incapaz de aceptarlo. A pesar de que le quedan menos de dos meses para cumplir su internamiento, decide escaparse para ir en busca de su perra. El centro se pone en contacto con su hermano mayor, Ismael, su tutor legal, que trata de convencerle de que vuelva al centro, pero Héctor se niega: nada le va a parar hasta que dé con su perra. Ismael se verá entonces obligado a acompañarle en esta quijotesca odisea, para asegurarse de que no se meta en líos, porque Héctor está a dos días de cumplir los 18 años y a partir de entonces, cualquier delito que cometa no le enviará de vuelta al centro, sino a la cárcel…
Os dejamos con sus primeras imágenes:
Pues ha quedado una sección oficial en SS realmente sin nombres que muevan a nadie. Quizá las películas sean maravillosas (a mí algunas cosas de Torres Leiva me encantan, por ejemplo), pero no han conseguido grandes nombres.
Creo que en los próximos años van a tener que reinventarse porque cada vez va a costar más conseguir nombres internacionales de relumbrón.
A lo mejor se están guardando nombres grandes para más tarde, pero vamos que el perfil es más que bajo. Los dos únicos conocidos, Nicloux y Franco, hacen como veinte películas al año (mérito cero en conseguirlas), y en el caso del último, con una rodada hace siglos y ahora recalentada. Suena un poco desesperado.