Ahora que los Fénix han desaparecido, los premios de referencia del cine Iberoamericano son los Premios Platino, celebrados ayer en México y que, como cabía esperar, encumbraron a Roma (Alfonso Cuarón) al otorgarle 5 premios, incluyendo los más importantes (película, dirección y guión).
El cine español no se fue de vacío, ya que El Reino se llevó el premio a Mejor Actor Protagonista (Antonio de la Torre) y Mejor Montaje. La coproducción Un día más con vida (Raúl de la Fuente y Damian Nenow) se llevó el premio a Mejor Película de Animación, y el documental El silencio de otros (Almudena Carracedo y Robert Bahar) prolongó su estela triunfal con su premio a Mejor Documental.
Por último, destacar el premio a Mejor Serie para la española Arde Madrid (Paco León y Ann R. Costa), un reconocimiento que llega días después de el anuncio de cancelación de la segunda temporada.
Tuve la desagradable oportunidad de ver parte de los premios y me quedo corto si afirmo que cualquier programa de Noche de fiesta tiene más gracia y calidad que esto.
Presentadores fuera de onda, chistes sin absoluta gracia, un homenajeado de esperpento (¿de verdad no hay ninguna otra figura relevante del cine en español que premiar que Raphael?¡¡), y unos premiados que parecía previamente avisados de que lo iban a ser para justificar su presencia en la Rivera Maya. Desgraciadamente, poco futuro le veo a estos premios si siguen con la tónica actual…una auténtica pena.
El impulsor es Enrique Cerezo.
Mientras no sea un mercado único real, la industria de cine española e iberoamericano no se creerá los premios, ni invertirá en ellos lo necesario, ni se coparán de estrellas que trasciendan lo local, ni habrá un show de lujo, etc.
Si no se hace en los Goya, qué queremos.
Poco futuro tienen estos premios, ¿le interesan a alguien?