Cuatro años después del estreno de “Perdiendo el norte”, el 15 de febrero llega a las salas “Perdiendo el este”, secuela protagonizada por Julián López y que enlaza con la primera exactamente en el mismo punto donde se quedó la historia, aunque bajo una nueva dirección: La película está dirigida por Paco Caballero, mientras que la primera fue conducida por Nacho G. Velilla.
Aunque repiten como protagonistas Carmen Machi, Julián López, Miki Esparbé, Younes Bachir y Malena Alterio, pocos parecidos encontramos entre ambas películas, más allá del reencuentro con algunos de los personajes.
Si algo tenía a favor “Perdiendo el Norte” era que, más allá de los tópicos y el humor fácil, se aprovechaba solventemente la crisis económica y la fuga de cerebros como punto de partida: sus protagonistas, tras emigrar en busca de un futuro mejor, se daban de bruces con una realidad muy diferente a la que esperaban.
En “Perdiendo el Este”, sin embargo, la mordacidad y toque reflexivo de la primera entrega se desdibujan en favor de una predecible historia de amor. El viaje a China no es más que un pretexto para contarnos la comedia romántica hollywoodiense que todos conocemos, y siendo, más que una historia entretenida, una concatenación de escenas que a veces resultan graciosas y otras, no tanto.
No rema a favor de la cinta la indefinición de los nuevos personajes, especialmente los femeninos, ni el desaprovechamiento de secundarios como Carmen Machi (que nos regala una de las mejores escenas de la película) o Javier Cámara. Mientras tanto, Julián López (Braulio) hace todo lo que puede por sacar adelante a un personaje al que le falta brillo y chispa, haciendo que el interés derive hacia una mejor resuelta trama paralela que encabeza Younes Bachir (Hakam) acompañado de Miki Esparbé (Rafa) y Edu Soto (Curro).
Nos encontramos, por tanto, ante una comedia fácil, sin grandes pretensiones y con algunos vacíos de guion que, sin embargo, hará que más de uno salga de la sala riéndose y con tarareando canciones de Sergio Dalma. No invita a la reflexión, pero cumple su objetivo: que el espectador desconecte de la realidad durante hora y media.
Nota: 5’5
Laura Enríquez Madero
La primera me pareció muy muy mala, con un actor protagonista francamente mejorable. Si esta es peor….no digo más.