ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD A MANUEL MARTÍN CUENCA, DIRECTOR DE “LA MITAD DE ÓSCAR”

Con su primer largometraje de ficción el almeriense Manuel Martín Cuenca (Almería, 30 de noviembre de 1964) consiguió fascinarnos. “La flaqueza del bolchevique”, era cine en estado puro y donde la debutante María Valverde fue un gran descubrimiento que enamoró a la cámara. “Malas temporadas” era otra gran película, donde Javier Cámara y Natalie Poza lucían.

La entrevista tuvo lugar en Barcelona en dos ubicaciones diferentes, se inició en un conocido mesón especializado en jamón y finiquitó en la cafetería de un conocido hotel, cercano a la Rambla de Catalunya. Fue un placer hablar con un enamorado del séptimo arte con alto sentido autocrítico e importante nivel cultural, y que además es muy buena gente. En una mañana de clima primaveral, la conversación nos hizo transitar por muchos senderos, no todos pertenecientes al Séptimo Arte. Manuel Martín Cuenca es un gran conversador.

J.L.P ¿Desde el principio pensaste en Rodrigo y Verónica cómo protagonistas?

Manuel Martin Cuenca: El guión surge de una necesidad de hablar de un tema, de las huellas de una gran emoción y luego pensamos en ir a Almería, fui una idea de Alejandro Hernández, el guionista con el que trabajo, él me dijo por qué no vamos. La historia que queríamos contar él, la veía ubicada en un lugar como Almería y fue un poco como el descubrimiento de llegar a este lugar y empezar a construir el guión con los paisajes, y a partir de ahí a pensar en las escenas con los paisajes. Luego fueron surgiendo los personajes y luego la historia en cierto sentido. Rodrigo estaba ahí, yo le conocía, habíamos trabajado juntos en talleres y entonces de pronto vi su mirada, su talento como actor. Un día le dije a mi amigo el guionista que viniera al taller para que lo viera, en ese momento lo estábamos analizando, pensando que Rodrigo podía ser Óscar y vimos que sí y fue maravilloso por lo que aporta a la historia. Lo que aporta escribir pensando en los lugares y en los actores, como sin ideas, como intentando imaginar lo que puede ocurrir pero sin colocarlo. Con Verónica me pasó algo parecido, pero más tarde, porque yo la conocía solo por sus películas, pero no la conocía personalmente. Entonces me habían hablado muy bien de ella. Tuvimos un encuentro del que todavía tengo muchos recuerdos. Era un diciembre en Madrid, con mucho frio. Me impresionó, fue algo muy físico. De pronto vi a María, su personaje y vi y sentí las manos, la piel, los ojos, lo que me decía del guión. Sentí algo más allá de todas las películas que había hecho. A mí me interesa mucho la persona, con los actores busco siempre cómplices, a veces pienso que los actores son capaces de llegar a un lugar que ni siquiera ellos saben. Como director, para mí, lo más maravilloso es empujar a un actor a hacer algo que nunca ha hecho y que se dé cuenta de que puede hacerlo. Para conseguir eso tienes que tener una conexión y trato directo.

J.L.P Esta es tu  película de ficción más diferente. Es más intensa, tiene la intención de conectar con el espectador

M.M: Sin duda, estoy totalmente de acuerdo contigo. Es una película que busca esa conexión y creo que la va a encontrar con el espectador, al que busca. Evidentemente, no con el espectador en general, por eso buscamos el espectador concreto, no la masa. Es verdad que la película es diferente y que explora otros caminos de puesta en escena, de despojamiento. Yo siento que esta película es una evolución lógica por mi parte. Esta película al haberla hecho con menos dinero, como productor, en el sentido de haber asumido riesgos. Es la película donde más me la juego, me juego mi dinero. En esta película hay algo de planteamiento ético, creía que debía hacerlo así. En un sentido también pienso en Walter Benjamin que hablaba del autor como productor en la era moderna, es decir que hay una implicación del artesano. Para explorar ciertos límites la producción está conectada con la dirección. En ese sentido, es el salto más importante de mi trayectoria. Esto me ha permitido ir más lejos. He intentado romper el contenedor del cine más convencional. Además rodar en Almería nos permitió una cosa psicológica y emocional, estábamos como fuera del ruido de la industria, aislados en cierta forma, no había miedos. Si ruedas en Madrid o Barcelona parece que hay presiones, se piensa más en la posible taquilla, si va a gustar al público o no, viene a verte gente al rodaje, de televisiones, de prensa y demás. Allí era una aventura, éramos libres. La película con sus defectos y sus virtudes, es testimonio de esa libertad, que encontramos en ese lugar, en esa frontera.

J.L.P ¿Llegasteis a improvisar mucho sobre el guión original?

M.M: Hay una idea general en un guión, que tiene una estructura, pero hay muchas cosas que nos encontramos y la improvisación para mí, está en los detalles. Es decir, había un esquema de lo que es la película, que por cierto os lo podéis bajar en la página de la productora, lalomablanca.com, está colgado allí en pdf, con las notas de rodaje. Entonces había un esquema, pero evidentemente todo lo que ocurre en la secuencia que para mí es fundamental, el corazón de la película, en la playa, todo lo que ocurre lo encontramos allí. Esperando la luz, esperando el momento. Es decir, la conexión que ellos tenían con esos lugares, con el viento que aparece, eso en cierta forma es improvisado, en el sentido de que íbamos allí con una cámara a esperar y a encontrarlo, a pensar los planos. Todo eso es nuevo, todo eso lo creamos. Era como documentar de alguna forma lo que estaba pasando.

J.L.P Me interesa que hables de los personajes.

M.M: Profundizando en este aspecto que tú me pides, José, te diría que al principio los personajes no existen, uno encuentra los personajes en un proceso en el que contribuyen evidentemente el guión, y lo que marca el guión y lo que dice, luego el actor, el intérprete, palabra esta que me gusta mucho más. El actor hace carne al personaje, lo vive. Hay que estar abierto a que el personaje se encuentre rodando, a no definirlo, a no juzgarlo. Es un encuentro entre el texto, el actor y el director. Los personajes de alguna forma van surgiendo, con una idea

J.L.P ¿Qué personaje surgió primero en esta historia?

M.M: Óscar. Detrás aparece María, detrás aparece el abuelo. Luego aparecen todos los demás en el proceso del guión. Miguel aparece como un alivio de Óscar.

J.L.P ¿Cómo ves el panorama actual del cine español?

M.M: Primero creo que la etiqueta de Cine Español hay que tener en cuenta que sólo debe hacer referencia a cine hecho en España nada más. Hay que disociar,  tienes un abanico desde Albert Serra con “Honor de caballería”, hasta Almodóvar, pasando por “Torrente”. De extremo a extremo. Tenemos a gente como Jaime Rosales, Fernando León o Medem, por citar algunos. Lo maravilloso de esto es la diversidad. En ese lugar desde la diversidad, yo me siento muy orgulloso, admiro a muchos directores, incluso a algunos con los que trabajé cuando era Ayudante de Dirección, como Felipe Vega o Iciar Bollaín.

J.L.P ¿Qué películas hiciste con Felipe Vega?

M.M: “El mejor de los tiempos”, “Grandes ocasiones” y “Un paraguas para tres”. Lo conocí después de su primera película que se llamaba “Mientras haya luz”.

J.L.P Volvamos a la cuestión de fondo que estábamos comentando, el panorama del cine español.

M.M Hay una cuestión de fondo, creo que hay un empobrecimiento general en los medios y en la cultura. Recuerdo, por ejemplo, que en su día nos dijeron que iba a haber muchos canales de televisión y eso iba a dar nuevas oportunidades, mayor diversidad. Al final lo que ha pasado es que todos quieren poner el mismo programa, a la misma hora y en todas las cadenas. En Prime Time. Todos. Hay variaciones absolutamente de lo mismo.

J.L.P Hasta las cadenas públicas.

M.M Efectivamente. Para no hundirse en audiencia tienen que imitar a las privadas. Es la pescadilla que se muerde la cola. Con esto lo que quiero decir es que no es un problema del cine, es un problema social y cultural, general. Es un problema que da miedo. Empieza a haber portavoces de lo que la gente quiere, en la política, en la sociedad, en la cultura. Ese tipo de persona, ese tipo de gente a mí me da miedo. En el cine como en otros muchos sectores estamos viviendo un momento difícil. Yo lo único que puedo hacer como cineasta o como ciudadano es morir defendiendo mi terreno, sacar pecho hasta el último momento y morir peleando. Creo que hay gente, que hay público para una película como “La mitad de Óscar”. Hay que luchar para llegar a ese público. Como si escribiera poesía, no aspiras a vender 200.000 ejemplares como Stieg Larsson, pero creo que puedo llegar a mi público, que es lo suficiente para sobrevivir y poder hacer otra película. Lo que no debemos hacer es quejarnos de cómo está la situación, porque las cosas están mal en todos los sectores. Tenemos que seguir peleando e intentar hacer cada vez películas mejores.

J.L.P A mí me ha gustado mucho “La mitad de Óscar”, es una película muy honesta, pero debo hacerte una pregunta que quizá sea algo incómoda para ti. Creo que en la parte final abusas un poco del plano fijo, estático. Al principio está bien, dado que es una muestra de estilo y del tipo de historia que quieres contar. De esto ya hablaba en mi crítica y que creo que has leído. Creo que tu película es redonda, pero lo habría sido más si al final no hubiera esos planos que te comento.

M.M: Sí, claro, la he leído. Puede ser que lo que tú opinas sea así. Uno cree cuando hace una película que lo está haciendo lo mejor posible y probablemente uno va descubriendo cosas que ahora haría de otra forma. Eso me pasa con “Malas temporadas”, siempre intentando mirar hacia adelante. Quiero comentarte una cuestión, lo malo de esta época es la poca continuidad que tenemos en el trabajo y como decía el gran John Ford uno no es cineasta de verdad hasta que no ha dirigido 20 películas. Entonces, yo hasta ahora he hecho dos películas documentales y 3 de ficción, soy consciente de que tengo un montón de cosas que aprender, esta película si la hubiera hecho dentro de unos años habría cambiado ciertas cosas y a lo mejor habría sido más redonda. Lo que yo envidio a los clásicos es la capacidad que tenían de madurar, ahora lo más difícil que tenemos en nuestra industria es la imposibilidad de madurar, porque se te exige muy rápidamente resultados. Tú sabes que en cada película te la juegas. Yo intento plantearme hacer las películas como un proceso de maduración y estoy convencido de que veré errores que he cometido en esta película y que espero seguir explorando y arreglar en mi próxima película, si es que la puedo hacer. Con toda la humildad del mundo te digo que seguro que hay fallos en la película, pero me siento una persona que sólo ha hecho 3 películas de ficción, soy un cineasta incipiente. Me hubiera gustado vivir en una época donde se rodara más. Hay que entender que un escritor tiene que escribir y un director tiene que dirigir. Por otro lado y volviendo a una de tus preguntas, se habla de cine español como si fuera un género en sí mismo y ese es el error. Nosotros nos enfrentamos a un tema industrial, una película por muy barata que sea, no es lo mismo que escribir que requiere muy pocos medio.

J.L.P ¿Cuánto ha costado “La mitad de Óscar”?

M.M Sobre un millón de €, ha sido una producción pequeña, barata. Verónica Echegui, por ejemplo, ha tenido que bajar su caché y ha cobrado lo que se puede cobrar en una película como esta, cosa que debo agradecerle enormemente. Todo el equipo ha empujado la película. Uno como cineasta no puede hacer películas como escribir. Yo en esto no me quiero quejar, soy consciente de que esto es lo que hay.

J.L.P Para preparar “La mitad de Óscar” ¿has tenido algún referente?

M.M: No, directamente. Evidentemente hay todo un cine que a mí me ha influido mucho. Fíjate, por ejemplo, en los dos últimos meses y mucho después del rodaje, me he puesto a pensar en una película de los 80 que me gustó mucho “Extraños en el paraíso”.

J.L.P Ya la recuerdo, una excelente película de Jim Jarmusch

M.M De pronto he pensado en cómo me influyó esa película, pero cuando estaba rodando “La mitad de Óscar” no pensé nunca en “Extraños en el paraíso”, pero evidentemente hay todo un cine que me ha influido. Un cine independiente, de pequeñas cosas. Desde Jarmusch pasando por Rivette. A mí me gusta mucho el documental, me gusta mucho el cine independiente, venga de donde venga. Últimamente me han gustado mucho por ejemplo, “Miel” de Kaplanoglu o “Winter´s bone”. También veo cine comercial y algunas cosas me gustan mucho. “El caballero oscuro” me gustó mucho, era un peliculón. Intento ver todo tipo de cine. Me encanta ver cine.

J.L.P ¿Qué películas españolas recientes te han gustado?

M.M Para mí, de los últimos diez años la que me encanta y me parece casi una obra maestra es “Hable con ella”, de Pedro Almodóvar y curiosamente es una película no tan bien tratada por la crítica o por el público aquí como fuera. No la elegimos para que nos representara en los Oscars y los americanos la nominaron para guión y dirección, ganó como mejor guión original. Una cosa inaudita. Me parece una película magnífica. Almodóvar me parece un director magnífico. Es una persona que se arriesga, que siempre intenta hacer películas diferentes. Es un cineasta singular, a veces se le va un poco la olla.  Es conocido en todo el mundo, tiene más éxito que aquí. También Fernando León de Aranoa me gusta mucho, Iciar Bollaín, “Te doy mis ojos” me parece una película magnífica. Jaime Rosales también me interesa, me gusta mucho “La soledad”. Intenta siempre explorar, no se queda siempre en lo mismo, eso tiene mucho valor. Otra película extraordinaria es “El silencio antes de Bach”, de Pere Portabella.

J.L.P ¿Qué aficiones tienes?

M.M: Uff, muchas. Me gusta el fútbol, soy del Real Madrid, lo tengo que decir ahora con la boca pequeña,  porque ni me gusta cómo juega ahora, ni la filosofía de la actual directiva. Disfruto viendo buen fútbol, disfruto viendo jugar al Barça actual porque juega muy bien. Me gusta mucho la música, ir a conciertos. Antes me gustaba mucho más el rock y ahora me gusta más la música clásica. Cuando vengo a Barcelona, si puedo me gusta ir al Palau. Me gusta especialmente Mozart, también me encanta la música Minimalista, Philip Glass.

J.L.P ¡Muchas gracias, Manuel! ¡Ha sido un placer!

M.M ¡Muchas gracias a ti, José! ¡Estamos en contacto! ¡Un abrazo!

José López Pérez

2 thoughts on “ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD A MANUEL MARTÍN CUENCA, DIRECTOR DE “LA MITAD DE ÓSCAR””

  1. Sirva este espacio para felicitar a Manuel Martín Cuenca,me gusta su cine en gral, pero su última peli ha sido toda una lección cinematográfica…Después de ver lo “majo” que es en las entrevistas ¿qué más se puede pedir?…Pues que nos haga más películas!!!!!

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