Hoy os ofrecemos una entrevista a uno de los actores españoles más conocidos de nuestro país y que, posiblemente, logre una nominación al Goya con su último trabajo, “El fotógrafo de Mauthausen“, donde interpreta al fotógrafo Francesc Boix que estuvo preso en el campo de concentración nazi de Mauthausen. Además, también hablamos de la serie “Instinto”, que protagoniza y cuyo rodaje acaba de terminar, y de otros temas interesantes sobre el cine español.
A continuación, nuestra entrevista al actor Mario Casas:
– ¿Qué viste en esta historia, en este personaje histórico, para aceptar trabajar en esta película?
– Confié en la historia, el tema, el personaje, Francesc Boix, todo me atrapó desde el principio y porque estamos ante un hecho poco conocido, por lo menos para mí. Lo único que me había llegado sobre esta historia era a través del cine, sobre los campos de concentración nazis, pero la historia de los 7.000 españoles en el campo de Mauthausen me quedó impactado, sobre todo al saber que la mitad acabó falleciendo en ese maldito lugar. Me documenté sobre Francesc y enseguida dije que sí.
– ¿Cuántos kilos perdiste para interpretar este personaje y cómo viviste el proceso de pérdida de peso?
– Perdí 14 kilogramos de mi peso ideal, que son 78 kilos, bajé hasta los 64. Empecé este proceso con una nutricionista que me recomendaron, Ángela Quintas, que ya había trabajado con Antonio de la Torre en la película “Gordos”, de Daniel Sánchez Arévalo, pero a los dos meses aproximadamente me dijo que por mis índices de grasa no me recomendaba seguir bajando de peso, cuando iba por los 70 kilos, porque podía ser perjudicial para mi salud. Pero le contesté que tenía que seguir reduciendo peso para llegar al perfil necesario de mi personaje, algo que ya hice yo solo. Y todo este proceso duró unos cuatro meses.
– ¿Te llego a afectar psicológicamente esta fuerte pérdida de peso?
– Sí, porque, claro, si cuando haces una dieta normal, te provoca ansiedad, te provoca estar mal de humor, con una dieta tan estricta como esta aún todavía más. Sólo comía un poco de arroz, un poco de pescado y un poco de piña, y bebía muchísima agua, y así cuatro meses…fue muy duro para mí. Esto te pasa factura.
– En esta película vuelves a trabajar con Alain Hernández después de “Palmeras en la nieve”, ¿cómo ha sido este reencuentro?
– Muy bueno. Somos muy amigos. Es el mejor amigo que tengo en esta profesión y fuera de ella. Cuando él me llama y me dice que está en Madrid, quedamos, al igual que cuando yo voy a Barcelona. Me parece uno de los mejores actores del momento, además, se esfuerza cada día de rodaje, se nota que ama esta profesión, es un excelente compañero, por lo que es un placer volver a trabajar con él.
– A la crítica le está gustando mucho “El fotógrafo de Mauthausen” y tu nombre suena entre los favoritos para los próximos Goya, ¿qué opinas al respecto?
– Bueno, hay grandes películas y grandes trabajos de otros compañeros este año y siempre hay actores que están por delante. Hay una serie de actores con los que no se puede competir, por la edad y por la trayectoria que tienen como Bardem, Tosar, Gutiérrez, Eduard Fernández, Javier Cámara, de la Torre, etc. Si me dijeras de luchar por el Goya a mejor interpretación novel o de reparto, quizás, pero en categoría principal está el tema muy complicado. Luchar con actores de este nivel es casi imposible, además tampoco creo que mi nombre suene mucho en la Academia (risas). ¡Cómo vas a pelear contra Bardem! Yo se lo daría siempre a él o a Luis Tosar. (más risas).
– Con tus últimos trabajos en “Bajo la piel de lobo” y “El fotógrafo de Mauthausen” parece que estamos viendo un Mario Casas actor diferente.
– Al final pasan los años para todos. Y uno se va haciendo mayor, con lo que puedes aportarle más matices a otros personajes, que los que podía darles hace 10 años. Ahora puedo interpretar a un padre de familia, antes era imposible. Dependiendo de la edad que tienes, y de la carrera que vas llevando, te van ofreciendo unos personajes u otros. En este caso por mi edad, empiezan a ofrecerme un tipo de personajes más adultos y creo que es mi caso ahora mismo.
– Pasando a otros temas, acabas de terminar el rodaje de la serie “Instinto”, ¿qué nos puedes comentar sobre ella?
– Está recién acabado el rodaje, todavía no he podido ver nada montado, pero es un thriller psicológico y erótico que creo que gustará donde interpreto a un tipo oscuro, ambiguo. Como referentes tenemos a “Eyes wide shut” o “Shame”, por lo que esperemos que cuando se estrene por abril al público le guste. Eso sí, si se emite todo lo que hemos grabado, os adelanto que tiene un contenido sexual muy fuerte, muy erótico.
– En los últimos años has trabajado varias veces con el director Álex de la Iglesia, ¿esperas repetir trabajar con él?
– Ojalá vuelva a contar conmigo. Me ha dado la oportunidad de hacer personajes muy diferentes, muy divertidos como los de las películas de “El Bar” o de “Las brujas de Zugarramurdi”. Me siento muy cómodo en la comedia. En el drama tiras mucho de ti, de tu ser, de tus vivencias, pero en la comedia no, sobre todo con la manera que tiene de rodar Álex.
– ¿Qué proyectos tienes en la agenda para lo que queda de este 2018 y para el siguiente?
– Todavía no hay nada cerrado. Tengo varias ofertas. Estoy analizándolas, viendo qué hacer, pero espero que el siguiente paso sea volver al cine. Acabo de terminar el rodaje de “Instinto” y ahora estoy con la promoción de “El fotógrafo de Mauthausen”. En los próximos días decidiré cuál será mi siguiente paso profesional. Ya te contaré…
– Última pregunta, ¿qué películas españolas has visto últimamente y recomiendas a nuestros lectores?
– He visto “El reino” y “La sombra de la ley”. Son las que he tenido tiempo de ver. Estando de rodaje es imposible ver más. Además, aprovecho para decir que desde que vi “El desconocido” me apetece muchísimo trabajar con el director Dani de la Torre. Tiene un talento especial, lo que rueda me atrae, y me encantaría trabajar con él algún día. He hablado un par de veces con Dani de la Torre y me parece un tipo encantador y majísimo por lo que espero que pronto se crucen nuestras carreras.