Ayer se falló el palmarés de la Seminci 2018 donde el cine español prácticamente brilló por su ausencia. Destacar el premio del público de la coproducción con Argentina “Mi obra maestra”, donde trabaja Raúl Arévalo, y el premio Doc. España al mejor documental para “Morir para contar”, de Hernán Zin. La película canadiense “Genèse”, de Philippe Lesage, obtuvo la Espiga de Oro, mientras que la Espiga de Plata la compartieron “The miseducation of Cameron Post”, de Desirée Akhavan (EE.UU.), y “A la vuelta de la esquina”, de Thomas Stuber (Alemania).
Os dejamos con el palmarés completo de la Seminci 2018:
– Espiga de Oro: Genèse, de Philippe Lesage | Canadá.
– Espiga de Plata, ex aequo: The miseducation of Cameron Post, de Desirée Akhavan | EE.UU. y A la vuelta de la esquina, de Thomas Stuber | Alemania.
– Mejor director: Philippe Lesage por Genèse | Canadá.
– Mejor actor: Théodore Pellerin, por Genèse | Canadá.
– Mejor actriz: Halldóra Gerihardsdóttir, por La mujer de la montaña | Islandia.
– Premio Pilar Miró al mejor nuevo director: Milko Lazarov por Aga | Bulgaria.
– Premio Miguel Delibes al mejor guion: Emil Nygaard Albertsen y Gustav Möller, por The guilty | Dinamarca.
– Mejor fotografía: Hideho Urata por A land imagined | Singapur.
– Premio del público: Mi obra maestra de Gastón Duprat | Argentina.
– Premio de la Juventud: The miseducation of Cameron Post de Desirée Akhavan | EE.UU.
– Espiga de Oro al mejor cortometraje: Cadavre exquis, de Stéphanie Lansaque y François Leroy | Francia.
– Espiga de Plata al segundo mejor cortometraje: Drzenia, de Dawid Bodza | Polonia.
– Premio Doc España: Morir para contar, Hernán Zin | España.
– Primer premio Punto de Encuentro: Libre, de Michel Toesca | Francia.
– Segundo premio Punto de Encuentro: Our new president, de Maxim Pozdorovkin | EE.UU.
– Mejor cortometraje Punto de Encuentro: Un monde sans bêtes, de Emma Benestan y Adrian Lecouturier | Francia.
– Premio del público (Punto de Encuentro): Yomeddine, de A. B. Shawky | Egipto.
– Premio FIPRESCI: La Chute de l’empire américain (La caída del imperio americano), de Denys Arcand | Canadá.
La ausencia de “Dogman” en el palmarés resultó sangrante. La Espiga de Oro es una película mala y plomiza, y la espiga de plata es absolutamente plana y decepcionante (The miseducation of Cameron Post, que la otra no la ví).
En cuanto a lo poco que ha recogido España, cierto que “Morir para contar” es un documental muy estimable, pero es más televisivo que cinematográfico, y en cuanto a “Mi obra maestra”, Raúl Arévalo está metido con calzador, pero la película es divertidísima, y las carcajadas resonaron en los pases que la película tuvo en Calderón y Carrión.
Un año, este, en el que el jurado presidido por Miguel Gomes se equivocó clamorosamente. ¿Qué pensará Bárbara Goenaga?
La anterior película de Lesage, “Les demons”, era muy interesante aun con sus problemillas. Me alegra que ésta se haya llevado la Espiga de Oro porque así se facilitará su estreno en salas.
No me sorprende de todas formas que el premio haya sido recibido con pataleos, por lo que cuentan las crónicas, porque con el perfil de festival y público que les caracteriza no parece que títulos que vienen de Locarno vayan a ser muy populares. Me habían comentado reacciones de irritación e incomprensión en el pase de una tailandesa muy interesante de hace un par de años que también venía del certamen suizo, “Para cuando oscurece”.
Lo que dice Genjuro tiene bastante sentido. De todos modos nunca veo el sentido de criticar las decisiones del jurado. Su trabajo es elegir las mejores películas según su propio gusto, algo que supongo que hacen. Como si existiesen pelis objetivamente buenas y malas (quien todavía piense así parece haberse perdido más de la mitad de teorías críticas sobre arte de los últimos 100 años). Sin embargo, sí que veo criticables los casos en los que se filtra la información de un jurado funcionando de manera irregular (habitualmente debido a algún miembro o presidente siendo demasiado intransigente e imponiendo su opinión sobre la mayoría, otras veces debido a algún director del festival excediéndose en sus funciones…). Respecto a este jurado yo no he oído nada. Si luego se sabe que pasó algo raro cambiaré mi opinión. Pero pretender que los gustos de las pocas personas del jurado complazcan a unos y a otros parece complicado. Eso sí, quizá la organización del festival pudiera elegir para su jurado gente con un perfil más afín al de su público. Yo para la Seminci veo más un Loach, Aranoa, Koreeda, Farhadi, Labaki… que a Gomes. Quizá ese haya sido el problema. Pero si le han elegido a él, debe asumir que debe juzgar según sus gustos.
A ver… no se trata de ser neutrales o no. No se trata de gustos, en realidad. Se trata de que objetivamente es una película absolutamente irregular, con tres historias mal hilvanadas y peor contadas, plomiza, que hizo que parte del público se fuese de la sala antes del final, y que con sus 140 minutos provocó bostezos interminables.
La Razón, en su crítica, antes de conocer que sería la ganadora de la Espiga de Oro dijo de ella que era “la peor de la jornada”, en su crónica de todos los títulos vistos.
Estoy de acuerdo en que para gustos, colores, pero a veces no hay más remedio que decir que acordar que una película es realmente mediocre. No digo mala.. digo mediocre. Elevarla al olimpo sólo porque trata temas hoy en boga como la libertad sexual adolescente, etc… es pan para hoy y hambre para el cine del mañana.