CRÍTICA “EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN”: FRANCECS BOIX Y SU CÁMARA VUELVEN A LA VIDA CON UNA GRAN TRABAJO INTERPRETATIVO DE MARIO CASAS

Más allá de que puede parecer un chiste a costa del actor, aclarar que, de un tiempo a esta parte, Mario Casas ha encarrilado su carrera en otra dirección, mostrando una versatilidad y unos registros interpretativos de los que algunos no le creían capaz, encasillando al actor en la categoría de “estrella”, incapaz de poco más que encandilar a la cámara quitándose la camiseta. Si algo quedó claro después de su soberbia e inconmensurable interpretación en GRUPO 7 o el desparpajo y sentido del humor desplegados en las películas de Álex de la Iglesia, es que el actor no tenía nada que demostrar a nadie… salvo a sí mismo.

MAUTHAUSEN fue uno de los campos de concentración más temidos de su época. Miles, sino millones, de prisioneros acabaron sus días allí. Histórico fue el encuentro entre Hitler y Franco en Hendaya, donde se pactó la revocación de la nacionalidad española a los contrarios al régimen. Los españoles perdieron su patria, nacionalidad… y toda esperanza.

Francesc Boix tuvo “suerte”. Su formación como fotógrafo le convertía en alguien útil para los oficiales nazis. Desde esa situación “privilegiada”, fue testigo de cientos de atrocidades hacia otros prisioneros.

En un momento concreto de la historia, los alemanes pierden Stalingrado, lo que les empuja a destruir todas las pruebas de lo que sucede en sus campos de concentración. Francesc, con ayuda de varios prisioneros y miembros del partido comunista, deciden ocultar los negativos de las fotos que han tomado durante años, para que el mundo conozca los horrores a los que se han visto sometidos los prisioneros y quizá, solo quizá, algún día se les juzgue por ellos.

El diseño de producción es de auténtico lujo. Mar Targarona ha contado con un generoso presupuesto con el que ha podido recrear, con todo lujo de detalles, muchos de los espacios del periodo histórico. El resultado es, sencillamente, espectacular.

Los secundarios están fabulosos. Nunca nos cansaremos, en esta sacrosanta casa, de alabar el talento de Alain Hernández. Si bien se le nota “mazao” para las condiciones a las que su personaje se ve sometido, el actor exhibe su poderío interpretativo valiéndose únicamente de sus ojos, desplegando toda una suerte de emociones a través de su mirada.

Poco se puede decir del resto de actores. Desde una Macarena Gómez que da penica verla (en el buen sentido…) a un desaprovechado Marc Rodríguez que merecía más líneas y tiempo en pantalla. En cuanto a los actores que interpretan a los nazis, miembros de las SS o a los “capos”, señalar que están soberbios. La directora conduce a estos actores en concreto con pasmosa naturalidad, concluyendo conversaciones livianas y completamente triviales en estallidos espontáneos de violencia, ejecutados con terrorífica naturalidad.

Pero el verdadero foco de atención es la estrella del relato. Y no, no me refiero a Mario Casas, si no a su cámara. Las fotos son doblemente importantes para el devenir del relato. Por una parte, sirve para que el espectador sea testigo de los horrores que se cometieron tras los muros de Mauthausen. Por otra, apreciar la obsesiva atención al detalle para recrear decorados y situaciones, a fin de que sucesos y secuencias resulten lo más cercano posible a los eventos reales. Resulta escalofriante descubrir que el surrealista desfile que se dedica a uno de los presos ocurrió realmente de esa manera…

Mucho se ha hablado de la transformación radical por parte del actor y su preparación para el papel, pasando gran parte del metraje encorvado e imitando los andares del personaje. Impresionante lo que ha conseguido en cuatro meses de duro trabajo. El maquillaje resulta muy acertado. Desde las (inapreciables) prótesis para las orejas o la dentadura, sucia y descuidada. Pero más allá de todo elemento “cosmético”, resalta la composición del personaje por parte del actor, idealista y optimista, que vislumbra una mínima esperanza y lucha por ella. (Y si, se quita la camiseta…)

A nivel de guion, EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN cuenta una historia verídica, aunque se nos aclara que se han tomado varias licencias. Aun así, el relato resultante es coherente, los personajes se desarrollan con naturalidad y los acontecimientos no se notan forzados en absoluto, transcurriendo la narración con fluidez.

Como punto negativo señalar la primera secuencia. Durante los primeros minutos, el propio Boix nos narra el día a día en el campo, pero antes de ello, tenemos una imagen de la llegada de los españoles a Mauthausen. Por medio de texto se nos explica la situación que vamos a vivir. Honestamente, habría quedado mucho mejor si se hubiese incorporado dicha explicación al monologo de Francesc Boix.

El otro punto que cojea son algunas elipsis que no tienen explicación. El cómo los nazis descubren el plot de los héroes ocurre tan fuera de campo que no nos queda claro cómo se han enterado.

En resumen, EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN es una película impresionante, con un apartado técnico arrollador. El desarrollo de los acontecimientos es pausado, pero para nada aburrido. Siempre están sucediendo cosas y la tensión, en algunos momentos, resulta insostenible. La historia de Francesc Boix merecía una película así. Su historia debía ser contada y conocida por el gran público, su figura, alabada como lo que fue. Un verdadero héroe.

LO MEJOR

El reparto al completo. Destacar al CAPO que supervisa al Barracón 2 o el estallido de rabia de Francesc contra su inmediato superior. Gallina de piel.

El obsesivo nivel de detalle en el diseño de producción.

El montaje de la secuencia del número de Variades. La comunión entre sonido e imagen resulta, sencillamente, estremecedora.

La fiesta en casa del oficial Nazi.

LO PEOR

El prólogo, que se podría haber integrado de manera más orgánica al relato.

Algunas elipsis injustificadas.

LA PREGUNTA

Después de demostrar a propios y extraños su amplio repertorio interpretativo, ¿Por qué algunos todavía se empeñan en etiquetar, de manera despectiva, a Mario Casas como “estrella”?

NOTA: 8/10

Wiman González

6 thoughts on “CRÍTICA “EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN”: FRANCECS BOIX Y SU CÁMARA VUELVEN A LA VIDA CON UNA GRAN TRABAJO INTERPRETATIVO DE MARIO CASAS”

  1. Mojarán los votantes de los premios Feroz, otra vez sus calzoncillos con Mario Casas??
    Pereza

  2. Estaría bien que las críticas no revelaran partes de la trama.

    Y me temo que al igual que “La Sombra de la Ley”, “El Fotógrafo de Mathausen” es otra TV Movie.

  3. Pues parece que la pelicula empieza a hacer ruido y la gente habla de ella. El problema (o no) es que se estrena con pocas copias (no llegaran a 100). A ver si Filmax repite la proeza de Una pistola en cada mano

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