Escrita y dirigida por Agustín Díaz Yanes, Sólo quiero caminar ha obtenido 11 nominaciones a los Premios Goya de la Academia de Cine, entre ellas las cinco categorías consideradas principales, las de mejor película, director, actriz protagonista, actor protagonista y guión original.Producida por José Manuel Lorenzo y Eduardo Campoy para Boomerang TV, Antena 3 Films y Canana, y distribuida por Fox, Sólo quiero caminar ha sido considerada por los académicos como una de las mejores del año votándola como candidata a la Mejor Película de 2008. Agustín Díaz Yanes ha recibido la nominación a Mejor Director y su Guión Original también opta a la estatuilla de la Academia de Cine. Los protagonistas Ariadna Gil y Diego Luna, han sido elegidos candidatos al premio a la Mejor Interpretación Protagonista Femenina y Masculina, respectivamente, y José Mª Yazpik, actor mexicano como Luna, está entre los elegidos a la Mejor interpretación masculina de reparto.
Paco Femenía, Mejor Fotografía, y José Salcedo, Mejor Montaje, suman sus nominaciones a las de Rafael Cuervo y Mario Pedraza, candidados a la Mejor Dirección de Producción. Sólo quiero caminar también opta a los premios de la Academia por el Mejor Sonido, responsables de ello Pierre Gamet, Patrice Vingtrinier y Christophe Grisolet, además de los Mejores Efectos Especiales, a cargo de Reyes Abades, Alejandro Vázquez y Rafael Solórzano.
Sólo quiero caminar también es una de las cinco películas candidatas al XIV Premio Cinematográfico José Mª Forqué que concede EGEDA, la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales, que se entregará el próximo 14 de enero en Madrid.
Vaya vergüenza de nominaciones, sobre todo en las categorías de actuación, donde se cuela de todo y casi todo resulta sonrojante, por las ausencias, por la ubicación en candidatura de muchos nominados (secundarios en protagonista, actores veteranos en revelación, actuaciones de dos secuencias nominadas y, lo más grave, presencias de escándalo absoluto porque sus actuaciones en las cintas no son ni siquiera destacables o porque simplemente están horribles y para echarles a comer aparte: ¿¿¿Pedreño, Tejero, Arévalo, Mínguez, Dauder, Sáinz, Bermejo RIVAS???? Pero, ¿qué es esto, señores? Ufffffffffffffffff.
La mejor peli del año es con diferencia “Sólo quiero caminar” en un año pésimo en cuanto a cine, no sólo español, pero dudo mucho que los académicos sepan valorarla como merece.
Imperdonable que no esté nominada Pilar López de Ayala en secundaria por “Sólo quiero caminar”, donde con un personaje destrozado en montaje ella da doscientas mil vueltas a los mexicanitos y a Gil, que se han llevado el gato al agua como funestamente preveía. A ver si empezamos a diferenciar entre personaje y actuación, que aquí parece que han nominado a los personajes más atractivos en superficie olvidándose de que lo que debería tenerse en cuenta es el talento puesto en ellos, y aquí López de Ayala puede con todos.
Un año más, y ya van tres, Pilar López de Ayala es ignorada incomprensiblemente en los Goya: “Bienvenido a casa” (2006), “Las 13 rosas” (2007) y ahora “Sólo quiero caminar, sin que me haya recuperado del robo sufrido por su impresionante creación en “Obaba” (2005), multinominada y con el premio de los críticos de Nueva York como único galardón obtenido finalmente, para desesperación del buen gusto. Mientras aquí se premia la mediocridad o directamente el bodrio y se mira para otro lado cuando alguien sobresale, en Francia esta semana Pilar ya ha ganado un premio por su interpretación en “Como los demás” (“Comme les autres”).
Qué asco de Academia.
Mi voto no computable para “Sólo quiero caminar” sin ninguna duda, aunque no pueda asimilar que de nuevo esa gran actriz que es Pilar López de Ayala quede fuera de lo que se supone son los premios más importantes de nuestro cine y que se desacreditan con nominaciones y galardones tan cuestionables como los de este año. Y me duele especialmente porque a mí sí me gusta el cine español, pese a que actos como éste me hagan preguntarme si merece la pena.
En fin, que otro año más sintiendo vergüenza por unos premios que a finales de los noventa habían tomado impulso y que desde hace unos años demuestran que la gente del cine no tiene idea de cine.
Un saludo cabreado y decepcionado con nuestros académicos a la espera de que algún día tengan cordura al votar y hayan visto lo que votan.