La discrepancia es lógica y bien entendida positiva, además todos podemos cambiar de opinión. Hasta aquí nada que decir. Lo que sorprende en todo este asunto es que en primer lugar y en presencia de Álex de la Iglesia, tras la reunión en la que se dice que la Academia le tiró de las orejas por no informales de que iba a dimitir, Iciar Bollain apoyara al Presidente, afirmando además que no se postulaba como Presidenta como había propuesto la ministra Sinde.
Unas horas después se inicia la transmutación. Iciar empieza a atacar en redes sociales a su amigo Álex de la Iglesia, afirmando que la actitud del directo de “El día de la bestia” tuvo una actitud dañina para la Academia y que no debió mediar en la norma antidescargas.
Un comentario final, casi de forma epistolar, la señora Sinde propone como presidenta a Iciar Bollain directamente en los medios de comunicación, ¿por qué?
Se está entrando en una situación que va a complicar la ceremonia de los premios Goya y eso todos los que amamos nuestro cine no deberíamos aceptarlo. Hay que hacer algo para que la Fiesta del Cine Español sea eso, una Fiesta.
Seguiremos informando…
José López Pérez
Enigma Bollaín de que??
Bollaín antes de publicar nada (a diferencia de el señor de la Iglesia) manifestó directamente su opinión a este en una reunión de la junta de la academia de cine español, el propio Alex dl I. asi lo ha dicho publicamente; también ha sido ella la que ha expresado que no se presentará a sustitución ninguna y si la ministra Sinde le propone es porque lógicamente en un organigrama jerárquico ante la desparición del presidente su sustituto natural es el vicepresidente cargo que ostenta Bollaín, y que supongo asi constará en los estatutos de la academia sobre la hipotética sustitución de un cargo electo de la junta directiva.
Yo coincido en que no es la labor del presidente de la academia entrar a mediar entre internautas (sus autoproclamados representantes, yo no voté quien me representa a mi como internauta?cuando fueron esas elecciones?)y ministerio aun asi hay que reconocer al señor de la Iglesia buena fe y deseos de cooperar, ahora una vez los representantes de la inmensa mayoría parlamentaria llegan a un acuerdo sobre dicha ley, que el señor de la Iglesia pretenda ejercer de confederación helvéica, nadando entre dos aguas y dejando a sus compañeros a pie de los caballos es lo que me parece profundamente injusto.