“Shootball“, dirigido por Fèlix Colomer, se vende como el documental definitivo sobre la pederastia puesto que descubre la mayor trama de abusos sexuales a menores jamás destapada en España, la de los Maristas en Cataluña. De los trece pederastas que han salido a la luz gracias a las 42 denuncias presentadas, el documental se centra en el testimonio exclusivo de Joaquín Benítez, el pederasta de los Maristas que abusó de más de veinte niños durante treinta años.
Por primera vez en un documental, un pederasta confiesa sus agresiones sexuales e intenta justificar su comportamiento a través de un escalofriante relato psicológico y emocional. A la espera del juicio, SHOOTBALL muestra la inaudita libertad en la que se mueve Joaquín Benítez, aún hoy, paseando tranquilamente por un pueblecito de Girona mientras se cruza con niños en el bosque.
La historia de Joaquín Benítez se complementa con la de Manuel Barbero, el padre coraje que ha sacado a la luz el Caso Maristas y que ha conseguido que el abusador de su hijo termine en los tribunales. En una lucha titánica contra Maristas, Mossos d’Esquadra y Generalitat de Catalunya, Barbero gozó por fin de la complicidad de los medios de comunicación que desvelaron un secreto a voces haciendo saltar por los aires el escándalo de los Maristas.
El documental sigue el punto de vista de su director, Fèlix Colomer, quien se convierte como investigador en un personaje más. A través de sus preguntas, llamadas, entrevistas a chicos abusados, hoy ya hombres, y las negativas a declarar de otros testimonios, Colomer avanza paso a paso en una trama que sorprende por una magnitud que no para de crecer.
Este documental se presenta hoy y mañana en la Seminci donde acudirá su director para hablar sobre este interesante trabajo.
El tráiler:
Terrorífico tema. Cuánto daño ha hecho una parte, no pequeña, de la Iglesia aquí y en tantas partes del mundo, ahora y antes
Cuánta impunidad de los ‘privilegiados’! Cuánto dolor de tantos niños y niñas!
Es un tema que me afecta especialmente y no porque yo lo haya sufrido, ni tampoco nadie de mi alrededor, pero me parece de una bajeza moral infinita.