LA PIEL FRÍA (LA PELL FREDA, 2002) escrita por Albert Sánchez Piñol, publicada originariamente en catalán, fue acogida con notable éxito y entusiasmo por crítica y público. Tres años después, fue editada en castellano y, a día de hoy, supera las 40 traducciones.
Confieso que no conocía el material literario en el que se basa la película, así que, antes de empezar, pido disculpas a los fans de la novela. Estoy seguro de que, debido a mi desconocimiento, algunos (muchos) matices que el autor plasmó en la novela habrán sido llevados a la gran pantalla con notables sutilezas y no he sabido desencriptarlas. Aun así, esto es simplemente de una opinión personal sobre la película y no una crítica literaria. Reitero mis disculpas y, ahora sí, comenzamos.
LA PIEL FRÍA (2017) es un film (¿De aventuras? ¿De terror?) filmado en inglés, suponemos que para ampliar mercados comerciales y satisfacer, por qué no decirlo, a la legión de amantes del libro en todo el mundo y que esperaban, desde hace años, esta adaptación. Eso ha dado alas al director francés Xavier Gens para conformar un reparto internacional de caras más o menos conocidas.
Filmada en una (fabulosamente fotografiada) isla aparentemente desierta, apartada de toda ruta comercial, el relato nos cuenta la lucha desesperada de los dos únicos habitantes de la isla contra unas extrañas criaturas anfibias que, noche tras noche, atacan el faro donde ambos hombres se cobijan.
La película entra rápidamente en materia: 1914. El protagonista, bautizado como FRIEND por otro de los personajes de la obra, llega a la isla para estar solo (bueno, concretamente, es un analista climático… Va a tomar notas de cuando hace viento en la isla… y ya…). Es evidente que huye de algo, pero en ningún momento se nos dice de qué. Tras instalarse en una pequeña cabaña, recibe la violenta visita de unas criaturas a las que a duras penas consigue contener. Desesperado, huye hacia el faro, donde habita GRUNER, el otro habitante de la isla, quien vive en compañía de ANERIS (sirena al revés, mira tú que cosas), una de las criaturas anfibias (bautizadas por GRUNER como “Cara sapo”) que atacaron a FRIEND la noche anterior.
El relato se pasea por varios géneros si terminar de decidirse. Comienza como un drama existencialista, con numerosos monólogos interiores del personaje y de ahí pasa a adoptar los tropos y tópicos del cine de terror más genérico (esto es, susto fácil…) para dar paso a secuencias de ataque y asedio más propias del cine de zombis (por momentos da la impresión de ser una versión con anfibios de GUERRA MUNDIAL Z…) y de nuevo, pasamos a un drama costumbrista. Esos cambios de ritmo y genero desconciertan parcialmente, pero, sobre todo, pesan al desarrollo de la trama. Los personajes son los principales damnificados. Más allá de machadas típicas entre gallitos (esto son, los exabruptos que se lanzan los dos protagonistas masculinos a la cara cada dos por tres…), los personajes apenas dialogan entre ellos, permitiendo el nulo desarrollo de los personajes. No les conocemos, ni sus motivaciones, ni sus pasados… Son un enigma y la película no responde (casi) ninguna de las preguntas que nos hacemos sobre ellos, más allá de una sorpresa o giro que nos permite hacer una leve relectura sobre uno de los personajes. Durante demasiado metraje no entendemos algunas relaciones y/o reacciones. Ni tan siquiera al final.
En este punto, de nuevo, me disculpo por mi ignorancia. Quizás el libro, a su manera, era un tratado sobre la psicología, la soledad, la transformación del individuo en monstruo debido al aislamiento o que se yo… Solo puedo analizar el material fílmico y estas son las conclusiones que saco.
Entrando en lo técnico, quitarnos el sombrero ante el gran trabajo que se ha conseguido desde el departamento de fotografía. Daniel Aranyó ha sacado oro de las localizaciones. La manera de moverse por los decorados, las tomas subacuáticas, su manera de retratar la isla… Para el presupuesto del que disponían, hay que reconocer que han logrado un trabajo de orfebrería.
Parece mentira que, un director tan poco dado a las sutilezas como Xavier Gens, en cuya filmografía encontramos “joyas” como “HITMAN” o “THE DIVIDE” (por señalar films que se han estrenado en nuestras salas…) haya conseguido, en complicidad con Aranyó, instantáneas tan interesantes como bucólicas.
Aunque gran parte de este trabajo queda lastrado por la interpretación sin gracia y desganada de David Oakes, quien da vida a un FRIEND sin carácter ni carisma, cuyo pasado desconocemos y que, por lo que parece, no tiene ningún tipo de trauma ni conflicto personal, por lo que no sabemos que le motiva. Es un personaje anodino y cuya única función en el relato es ser la voz en off que nos narra la historia. Recurso, por cierto, cansino.
Enfrente tiene al farero, GRUNER, un inmenso (en tamaño y complejidad) Ray Stevenson, actor al que siempre he visto en papeles físicos (es decir, de violencia) en producciones como la serie THOR, G.I. JOE, la serie DIVERGENTE, LOS TRES MOSQUETEROS y en la ultra violenta PUNISHER: WAR JOURNAL. Encontrarlo en un personaje tan dramático y con tantas aristas, expresando tanto con tan poco, en ocasiones, solo con la mirada, ha resultado una gran sorpresa.
La otra decepción la encontramos en el personaje que encarna de Aura Garrido, magnifica siempre (y excepcional en “Stockholm”) está perdida en un mar de despropósitos. Y aclarar que no es por cómo afronta el personaje de ANERIS. En mi opinión, no se ha sabido darle, desde guion y dirección, vida a su personaje. No le han dado un propósito, subtrama, origen o finalidad. De nuevo, estoy seguro que en el libro había más “chicha”, pero en pantalla ha quedado en nada.
Pueden pesarle las numerosas reescrituras que ha debido sufrir el libreto desde que el proyecto comenzó a gestarse, allá por el año 2009, cuando iba a ser dirigida por David Slade (Treinta días de noche, Hard Candy) o, cuando este abandonó, el film fue recuperado por los hermanos Pastor (INFECTADOS, LOS ÚLTIMOS DÍAS, ETERNAL) que tampoco consiguieron llevarlo a puerto.
Tampoco ayuda el, por otra parte, excelente maquillaje, el cual le resta toda posibilidad de expresividad, ni la manera en la que se mueve el personaje. Si algo ha caracterizado a los “monstruos” que han interpretado Javier Botet, Doug Jones o Andy Serkis (la niña Medeiros de REC, el Fauno de Guillermo del Toro o Gollum, respectivamente) es que insuflaron de vida y carácter a sus personajes gracias a un lenguaje corporal complejos. ANERIS, cuando no es un efecto digital, se mueve de manera poco realista o verosímil. Incluso cuando está en el agua, se puede apreciar que algo no funciona. Y de nuevo, no es culpa de la actriz, sino de que no se le ha dotado de herramientas o conflictos para defender a su criatura. Una lástima.
La banda sonora de Víctor Reyes contiene cortes preciosos, pero… La música no nos abandona en ningún momento, salvo cuando se juega como recurso de cine de terror… Ya saben, desaparece para subir enseguida a todo volumen e intenta hacer que uno salte de la butaca… En (no pocas) ocasiones, deseas que deje de sonar, pero en otros momentos resulta el acompañamiento perfecto para unas imágenes de ensueño (y de nuevo, no sé cómo lo ha logrado Gens).
Los FX son vistosos, aunque en ocasiones, el CGI “canta” demasiado, evidenciándose el poco presupuesto del que se disponía para tamaña producción. Pero, aun así, meritorios. Pocas películas españolas pueden presumir de tan compleja ejecución.
Las secuencias de acción son vibrantes, trepidantes y emocionantes… aunque repetitivas (llega la noche, comienza el asedio, una y otra vez…). De nuevo, Gens nos sorprende no recreándose en la violencia y el gore gratuito. Este es un producto para el gran público y se ha medido muy mucho el uso de la casquería.
En resumen, estamos ante una mezcla descompensada de aventuras y terror, salpimentadas por un extraño “triángulo amoroso”. Los actores están bien, dan todo lo que pueden, excepto David Oakes, totalmente anodino. La fotografía brilla por sí misma, la música tiene sus momentos y la acción es continua y trepidante, pero la trama es fría, llena de incoherencias y su aproximación a los personajes es nula. Tampoco ayuda una conclusión confusa y gélida, que deja al público con más preguntas que respuestas.
Quizá le han podido las expectativas o las ambiciones. Sea como sea, es agradable de ver, aunque por momentos peca de repetitiva. Si conoce a alguien que conozca el material literario, pídale que le acompañe. Quizá así pueda aclararle varios conceptos que yo pude pasar por alto. Eso sí, les garantizo que esta misma noche comienzo la lectura del libro… A ver si puedo realizar una versión B de mi propia opinión…
LO MEJOR
La secuencia que abre la película, así como la primera frase que oímos de FRIEND.
Conociendo a Gens, sorprende la contención en todos los apartados que le competen. Sutil y delicado.
Algunas de las frases que se dicen en la película: “Darwin estaba equivocado”, por ejemplo…
Las interpretaciones de Ray Stevenson y Aura Garrido, quien, a pesar del maquillaje, lo da todo por su personaje.
LO PEOR.
Aura Garrido lo da todo, por mucho que su personaje no tenga nada que ofrecer.
David Oakes, FRIEND en la historia. Aburrido, anodino, sin carisma…
La trama tiene demasiados agujeros, no hay dramas personales, se explica poco o nada de los personajes, sus diálogos son vagos e incoherentes, plagados de bravatas… Cuando la historia intenta sorprender con varias revelaciones, acabamos con más preguntas todavía…
LA PREGUNTA:
Puestos a elegir un cast internacional, ¿Por qué escoger a un actor tan poco conocido/comercial y tan poco carisma como David Oakes?
NOTA: 6/10
Wiman González
LA RESPUESTA
Conseguir un actor internacional de buen nivel solo está a la altura de producciones de mucho-mucho presupuesto, que pueden permitirse competir con las producciones americanas y pagar sueldos a la altura o bien actores que quieren trabajar con un director consagrado (Rodrigo Cortés) con Oscar (Amenábar) o con mucho nombre en el mundo independiente (Vigalondo).
David, tienes razón en tu argumentación.
Aunque, la verdad, no pensaba en una mega estrella. El panorama cinematográfico actual es muy rico y con tener un buen secundario habitual tomando el rol protagónico, habría sido suficiente.
Te propongo unos cuantos nombres, creo que accesibles:
De nuestra filmografía, por ejemplo: Alain Hernandez o Miki Esparbé.
Del otro lado del charco, creo que habría posibilidades de fichar a, por ejemplo:
Dylan Minnette, visto en NO RESPIRES o Pesadillas.
Emile Hirsch, que se mueve como pez en el agua (perdón) entre producciones casuales, grandes eventos y el cine indi…
Lucas Hedges, nominado no hace mucho al premio Oscar, no le haría ascos a un protagonico internacional.
Matt Bomer, visto en Los siete magníficos American History Horror, sería un buen gancho…
Douglas Booth, visto en Noe, también sería una buena incorporación.
Y por ultimo, Elijah Wood, un actor muy activo en películas de genero y muy abierto a colaboraciones en films de presupuestos moderados.
En fin, propuestas había…
Opinión personal…