Encuentro una entrevista, realizada por el Diario El Correo, a Leonor Watling actriz y cantante que está esperando un hijo junto a Jorge Drexler.
Leonor Watling, nacida en Madrid en 1975, ha trabajado en películas como Los Crímenes de Oxford, Deseo,Mi vida sin mí, Hable con ella, Son de mar, etc.
Os dejo con la entrevista a Leonor Watling para que la podéis conocer un poco más personalmente:
-¿Qué hizo con la ‘grasia de Cái’?
-Mi padre nació en Cádiz, pero se crió en Segovia. Aun así, tenía mucha chispa. Segoviana, supongo.
-Sus genes, ¿son todos de la Gran Bretaña?
-Noo. Mitad y mitad. Es verdad que he sido muy anglo-orientada. Los cuentos que me leían, la comida, el sentido del humor… pero me he criado aquí.
-A primera vista, se aprecia más flema que salero…
-Soy muy tímida. Sin embargo, en Inglaterra me ven de lo más latina. Donde me encuentro muy cómoda es en Japón. Tienen ese punto de distancia, pero que enseguida se rompe.
-Se tenía por una niña rara. ¿En qué mujer ha mutado?
-En una que se ha acostumbrado a sus rarezas. Por ejemplo, me cuesta mucho socializar.
-Por lo demás, ¿es nostálgica y carnal, como su música?
-¡Qué bonito! Soy melancólica y carnal. Me gusta tocar, abrazar, agarrar…
-Con su admirado Tom Waits comparte su pasión por la noche, el humo y los sonidos oscuros. ¿Una loba detrás de esa carita dulce?
-Ja, ja. Un poco sí, supongo, ja, ja.
-¿Y con quién piensa ponerle los cuernos ahora que va a ser mamá? Al señor Waits, digo.
-No soy nada radical en ningún aspecto. Yo utilizo la música. A veces, Waits es útil y a veces no te ayuda nada. También me encanta Radiohead, Suzanne Vega, éste (se toca la tripa) se duerme con Satie… Espero que a la gente le sirvan nuestras canciones. Ese es el ‘top’ como letrista.
-A propósito, la iglesia anglicana, ¿ya la dejó?
-La verdad es que soy bastante atea, pero sí, pasé por el coro de esa iglesia. Cantábamos en el auditorio, no era nada religioso.
-En su armario vital, ¿va reinando el orden o impera aún el caos?
-Vamos ordenándolo… Cada vez está mejor.
-Entonces, dejó el diván…
-No. Yo creo que es buenísimo que el diván esté ahí y que tú vayas a sentarte de vez en cuando.
-No sé si la fama aplaca o amplifica el zumbido existencialista. ¿Qué dice usted?
-En algún sitio leí que la fama es lo que los excrementos a una buena comida. Es duro, pero cierto. El objetivo es comer rico, no ir al baño.
-¿Hay más tontería alrededor de la música o del cine?
-Ruido hay alrededor de los arquitectos, los médicos, los fotógrafos, los abogados… La frivolidad, la droga y el sexo están en todos los lados. ¿Se imagina lo que hay alrededor de los políticos?
-Vagamente. Los desnudos, ¿son fruto de la vanidad, la avaricia o la lujuria?
-Si se refiere a los de las revistas, a menudo, de la vanidad mezclada con el trabajo. Ayudan en la carrera de una actriz.
-Y los atentados terroristas, ¿de qué?
-De una falta de autoestima brutal. Si no, no pegas un tiro. Te pones un traje, vas al Congreso, y montas el ‘pollo’. Como Cataluña, que cree en lo que hace.
-Toma. Usted es dobladora, letrista, actriz, cantante, bailarina… La verdad, me aliviaría saber que hay algo que hace rematadamente mal.
-Hago mal mogollón de cosas. Entrevistas, por ejemplo, fotos, los impuestos, el papeleo, las facturas… Todo eso me da fobia.
-Ha actuado a las órdenes de Almodóvar, Bigas Luna, Isabel Coixet y Alex de la Iglesia, tiene por jefe de prensa al marido de Alaska, y hace música soul-jazz en inglés. Todo en su vida parece tan ‘cool’…
-Buff, ¡qué pereza me da eso! Qué ganas de hacer un culebrón o algo así para romper con eso… Si muchos supieran lo poco ‘cool’ y lo pastueña que soy… Muchas de las cosas que me encantan le gustan a poca gente y eso se etiqueta como ‘cool’, distante, guay. Ya pasará. Espero.
-La crisis, ¿le ha pillado algún dedo?
-Ja, ja. Ya lo creo. ¡Me acabo de comprar una casa!
-Una más. ¿Qué dice su ginecólogo de tanta gira y tanto compromiso profesional?
-Es peor que yo. Es de esos de ‘tú ve y cuando no puedas más, para’. Y yo, voy. Y me hace bien, así no me siento sólo una panza.