¿Cuál ha sido la última producción de Tornasol Films que ha funcionado en taquilla en nuestro país? La mayoría de sus películas no llegan de media a los 50.000 espectadores y eso que estamos hablando de una de las productoras más potentes de nuestro país, que rueda cada año al menos 4 largometrajes. En los últimos 12 meses las únicas producciones de Tornasol Films que han superado el millón de euros de taquilla han sido “La niebla y la doncella”, de Andrés M. Koppel, y “Que Dios nos perdone”, de Rodrigo Sorogoyen.
Así, el pasado fin de semana llegaba a 40 cines “El último traje“, coproducción de Tornasol Films con Argentina, con distribución de Syldavia Cinema, empresa propiedad también de Gerardo Herrero, y debuta con una recaudación aproximada de 35.000 €, con una medida por copia de 875 €. En realidad, su media por sala no está del todo mal teniendo en cuenta que su inversión en publicidad ha sido prácticamente nula, pero “El último traje” aspira a una recaudación de unos 100.000 €, es decir, la recuperación neta de su explotación en cines para Tornasol Films de esta película no llegará ni a los 18.000 €, ¿cómo puede ser esto así? Fácil, el 95 % de las producciones españolas ya son rentables antes de su llegada a los cines.
“El último traje”, escrita y dirigida por Pablo Solarz, está protagonizada por Miguel Ángel Solá, Ángela Molina, Martín Piroyansky, Julia Beerhold y Natalia Verbeke, entre otros. Esta película se rodó el año pasado en diferentes localizaciones de Buenos Aires, Madrid, Las Palmas de Gran Canarias, Lodz y Varsovia.
¿De qué va?
Abraham Bursztein, un sastre judío de 88 años (Miguel Ángel Solá), huye de Buenos Aires rumbo a Polonia, donde se propone encontrar a un amigo que lo salvó de una muerte segura en el final de la ocupación Nazi. Contra todo pronóstico, y después de más de siete décadas sin tener ningún contacto con él, Don Abraham intentará encontrar a su viejo amigo y cumplir su promesa de volver un día y contarle la vida que vivió gracias a él.
Tráiler:
Me ha encantado, tiene una trama y una ternura que no deja de ser interesante , Miguel Sola es un Actor unico.
Al final se me ha hecho un nudo en la garganta y he llorado.
Bellisima
La película es solemnemente mala. Solá pasa olvidándose qué acento se supone que imita. Recurre a todos los lugares comunes imaginables, y tópicos acerca de la comunidad judía. La música de Jusid intenta decirnos cuándo habría que emocionarse y se ceba en las cuerdas de la orquesta, pero nada crea empatía. Una pena, con lo bonito que debe de haber sido viajar por todos esos países. Vaya desperdicio de locaciones!