Bueno, pues ya salió el FIN. Llevaba tiempo diciéndomelo, que ya estaba esperando que le llegara el turno, que prácticamente todos los compañeros con los que había trabajado se habían ido ya, que solo quedaba él… pero yo siempre le respondía que se dejara de historias, que en los casi veinte años que lo conozco siempre soltaba eso en algún momento. La última vez que lo vi hace dos meses me costó llevarle la contraria. Quizás porque noté que esa vez sí lo decía plenamente convencido. Pero aún así nos reímos y nos contamos batallitas mientras insistía en ofrecernos algo de picar para amenizar la charla. Echaré de menos esas largas sesiones de cine y merienda en su casa. No recuerdo ya cuantas veces llegamos a ver algunas de sus películas o las mías (sí, solíamos ver nuestras propias obras, nos gustaba alabarnos mutuamente) e intercambiar chismes y secretos con los diferentes invitados que llenaban su salón y compartían jamón, gambas, vino y cerveza. Como director de cine ya nos había abandonado hace muchos años, pero como contador de historias seguía en activo. Porque las historias que contaba Antonio no tenían precio, y aunque a veces se resistía en terminarlas con más detalle al llegar a ciertos momentos que (decía) se reservaba para sí mismo…Que va, todo era una forma de crear tensión, suspense, de dejarte con la ganas…pero si le apretabas un poco te acababa explicando con pelos y señales sus anécdotas con Klaus Kinski, Horst Buchholz, Stanley Kubrick, Raphael o Paco Rabal… Antonio podía hacerte reír y llorar la misma tarde contándote una historia, así de bien las contaba. Por lo menos dejó dos grandes libros para disfrutar para siempre de ellas.
En fin, todo lo que pueda decir se queda en nada comparado con lo que he compartido y aprendido de este genio al que he tenido la suerte de poder llamar amigo.
Gracias por todo, Antonio. Te echaré mucho de menos.
Estos fragmentos que comparto a continuación pertenecen a una serie de entrevistas que le hice hace diez años para un documental que nunca se consiguió terminar por falta de financiación. Espero que algún día vea la luz.
“Con ‘Las Vegas 500 millones’ me atreví a un desafío muy grande y es muy curioso porque ningún crítico nunca me lo dijo…Es una película que tiene 2350 cortes y está rodada con trípode. No hay una panorámica, no hay una grúa, no hay un zoom…No hay nada. Todo son planos fijos. Una película de acción tremenda rodada con planos fijos. Nunca se dio nadie cuenta.”
“MGM se quedó la distribución de ‘Tierra de todos’. Yo ya me vi en Hollywood, claro, la Metro, la del león… Pues cogieron mi película, les dieron dos permisos de importación y se trajeron dos musicales americanos y dejaron mi película en un cajón (…) Al cabo de mucho tiempo me dices que ya está el estreno, en Cádiz, en pleno verano. Agarro el coche desde Barcelona y al estreno de mi película. Un lunes a las 4 de la tarde en pleno agosto en un cine de segunda de Cádiz. Habían cuatro personas en el cine. Me quise morir.”
“En ‘Tierra de todos’ teníamos un espía en Seu de Urgell porque había un cuartel muy importante que salían a veces de maniobras y el espía nos avisaba cuando salían los camiones en caravana. Yo seguía la columna de vehículos con mi coche, subiendo la montaña y rodando los planos que me hacían falta exponiendome a que me agarraran y me pegaran cuatro tiros.”
“El cine es una profesión un poco de locos…de locos cuerdos. Pero porque unas veces tienes que saber muy bien lo que haces y otras veces tienes que utilizar la locura porque sino no hay manera de acabar una película.”
“Una película es lo que más se parece a lo que has querido hacer, pero nunca es lo que has querido hacer. Se parece muchísimo, pero nunca es exactamente lo que habías pensado.”
“Para ‘Un verano para matar’ me reuní con Kirk Douglas en un restaurante del Soho. Me preguntó cuanto le íbamos a pagar y le dije que 250.000$ por 15 días de rodaje. Se nos quedó mirando y dijo: “Plus what?”…y, me salió del alma, le dije “Plus nothing”. Y no llegamos a un acuerdo.”
David Marqués
tremendo. gracias por compartir esta despedida. Recuerdo su trabajo como el de un valiente que se atrevía a rodar un cine que parecía imposible de hacer en nuestro país.
Una gran pérdida