El pasado lunes tuvimos el placer de entrevistar al conocido actor Ricardo Gómez, al que todos hemos visto crecer en la serie “Cuéntame”, de TVE, tras la rueda de prensa en Mérida de “La Orestíada”, obra que inauguró ayer el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Durante nuestra charla hablamos de Orestes, su personaje en esta obra, de la serie “Cuéntame”, de su debut en el cine con “1898. Los últimos de Filipinas”, de su incorporación a la serie “Vivir sin permiso” y de gusto por la técnica en el cine, lo cual le ha llevado ya a rodar dos cortometrajes.
– Debutas en el teatro como protagonista y encima en un escenario tan mágico como la arena del Teatro Romano de Mérida.
– Sí, la apuesta es grande. Si estuviéramos en una partida de póker, seria “vamos con todo”. Como dices, no es mi primera experiencia en el teatro, pero sí la primera como protagonista, y qué protagonista, porque Orestes es una figura inmensa, creo que la mejor manera de representarlo no es que un actor diga este texto sino que es un personaje que casi se plasmaría mejor en un cuadro abstracto donde se simbolizaran todos los sentimientos y pensamientos del mismo. Orestes es un personaje que está por encima del bien y del mal, y del ser humano, por lo que vamos a intentar presentar una parte de Orestes para plasmar todas las cosas que se le mueven por dentro, y que los dioses estén con nosotros.
– Has comentado en la rueda en la prensa que estás ante el personaje más complicado de tu carrera.
– Sin lugar a dudas. Es un reto mayor, no sólo porque esté en el Teatro Romano de Mérida, donde 6.000 ojos están visibilizando su interés en un sólo punto, y si para colmo esto no es bastante, también está saber que hace 2.500 millones ya se representaba esta obra de teatro. Todo esto me provoca un cúmulo de energías y de sensaciones por lo que tendré que olvidarme de todo y salir hacia adelante. El reto es muy grande, pero el elenco, el resto de actores, me ofrecen la garantía necesaria para confiar plenamente en el espectáculo. Además, tengo la gran suerte de no aparecer en la primera hora de la obra, lo cual me ha permitido ver parte del espectáculo, algo inusual, porque en nuestra profesión nunca podemos ver nuestros trabajos. Todo el equipo está haciendo un trabajo espectacular y yo intentaré aportar mi granito de arena a esta Orestíada.
– Para el gran público eres conocido como el chico de la serie “Cuéntame”, ¿qué ha representado para ti trabajar en esta serie?
– Bueno, no te puedas imaginar el proyecto que llevo haciendo desde los 7 años. Ahora con 23 puedo decir que ha representado muchísimas cosas, tanto a nivel personal y sobre todo a nivel profesional. No me canso de repetir que he tenido la gran suerte de rodearme de los mejores profesionales, todo lo que sé lo he aprendido de ahí. Y ahora sólo me queda la opción de mirar hacia adelante y afrontar nuevos retos, como el año pasado los de “1898. Los últimos de Filipinas” o la obra de teatro “La cocina” y, ahora, aquí en Mérida. Intento elegir proyectos en los que pueda seguir aprendiendo, en esta profesión nunca tienes las tablas suficientes, siempre hay que seguir estudiando y aprendiendo.
– El reto del año pasado fue “1898. Los últimos Filipinas”, reto que no pudo acabar mejor porque lograste la nominación a mejor actor novel en los Goya y en los Premios de la Unión de Actores.
– Así es, fue una experiencia maravillosa. Cuando Salvador Calvo me llamó para ofrecerme esta película fue una gran alegría porque debutar con este personaje en el cine, después de tantos años en televisión, ha sido algo muy especial. Como cinéfilo que soy, amo al cine, y ponerme a las órdenes de Salvador, con el resto del equipo, y con ese brutal reparto fue todo un privilegio. Y con la suerte de que cuando pensaba que el proyecto estaba terminado, me encuentro en la temporada de premios con el apoyo de los Académicos y también de los compañeros de la Unión de Actores.
– También ha aparecido tu nombre hace poco en los medios de comunicación como uno de los protagonistas de la serie “Vivir sin permiso”, ¿qué nos puedes adelantar?
– Bueno, de momento sólo he podido rodar un día, porque llevo un mes dedicándome al 100 % a esta obra de teatro. El domingo 9, después de la función, viajaré toda la noche con destino a Galicia y comenzaré a rodar de nuevo el día 10 de julio. Es un proyecto estupendo, producido por Aitor Gabilondo junto a Telecinco, y con un reparto encabezado por José Coronado y Álex González. En, por ahora, mi único día de rodaje fue un placer trabajar con directores nuevos, equipo nuevo y, bueno, otro gran reto en el que pondré toda mi energía.
– Has dirigido dos cortometrajes, uno de ellos con Miki Esparbé, ¿cómo han sido estas experiencias?
– Bien, muy bien. Me he criado entre cámaras y es un tema que me interesa muchísimo, me encanta la fotografía, me encanta la parte más técnica del cine y, sí, tengo ese gusanillo de querer contar historias, ya no sólo como actor sino querer contar cosas; no sólo tan solemnes porque el corto con Miki es una pequeña historia que surgió hablando un día y dijimos, ostras, por qué no lo rodamos, venga, vamos a hacerlo. Y creo que nos quedó un corto de 30 segundos bastante divertido.
– Hablando de dirección, ¿en qué directores jóvenes te han llamado más la atención en los últimos años?
– A nivel nacional, creo que lo que ha hecho Raúl Arévalo con “Tarde para la ira” ha sido asombroso, cuenta con un magnífico guión de David Pulido y del propio Arévalo, el cual rodó esta historia de manera excepcional. Llevo casi dos meses sin ver películas debido a que el 100 % de mi tiempo lo llevo dedicando a la obra “La Orestíada, pero tengo muchas ganas de ver “Pieles”, de Eduardo Casanova, al que admiro muchísimo. También tengo muchas ganas de ver “Verano 1993”, de la que he escuchado unas críticas muy positivas. Creo que este año el premio a mejor dirección novel va a estar muy reñido, ya lo estuvo el año pasado con Nely Reguera, Salvador Calvo, Raúl Arévalo y Marc Crehuet. Vienen apretando muy fuerte las nuevas generaciones, se puede ver tanto en esta categoría, como en actor/actriz novel, por lo que creo que se tiene que apostar más por los nuevos talentos, las nuevas visiones de nuestro cines, porque así se consigue modernizar de alguna manera la industria. Por supuesto que hay que respetar a los pesos pesados y a los sabios de nuestro cine, de nuestro teatro, de nuestra cultura, pero al igual que a ellos les abrieron la puerta para poder pasar, ellos tienen la responsabilidad de abrirla y en este sentido cada vez se van dando pasos más grandes.
Pues parece una cabeza bien amueblada y con mucha modestia sobre su carrera. Muy simpático.
En las entrevistas que he leído o visto de Ricardo Gómez me da la sensación que tiene bastante los pies en el suelo y eso para un actor es bueno. Estoy contenta que le salgan proyectos más allá de Cuéntame y así a la larga si sabe se podrá mantener en el mundo de la interpretación. Está demostrando que puede ir más allá del personaje que lo ha lanzado a la fama “Carlos Alcántara” y de momento parece que le sale bien la jugada de interpretar otros personajes
De sus personajes en teatro no puedo opinar porque no he visto las obras y en la película “1898: Los Últimos de Filipinas” me gustó mucho su papel. A ver cómo le irá en “Vivir sin permiso” ( ya veremos cuándo Telecinco la estrenará ( que tiene todavía algunas pendientes de estreno) y esta todavía está en fase de rodaje.
Los que lo escogieron en Cuéntame tuvieron buen ojo y con los años lo ha demostrado. Espero que siga así por muchos años más.
Analizando un poco, tal vez estoy equivocado, pero en el cine papeles interesantes para actores jóvenes cada vez hay menos, el último el de Àlex Monner o el reparto coral de Filipinas (Con Cervantes a la cabeza), pero casi todo es a partir de +30 años.