En general, hay una visión hagiográfica del periodo de la transición española a la democracia, y obviamente hubo cuestiones que no se acabaron de abordar de forma óptima. Se concedieron licencias a televisiones privadas, siempre condicionadas a cumplir determinadas cuestiones y con varias contraprestaciones, una de ellas la obligatoriedad de financiar películas españolas, dedicar dinero a la producción. Las cadenas privadas, en definitiva, tienen una concesión temporal para emitir, lo que quiere decir que no es algo perenne, que puede ser revocado.
El panorama actual nos sitúa en el incumplimiento de cuestiones tan básicas como la emisión en horario infantil protegido de programas poco (o nada) adecuados a los niños. Esto debería ocasionar sanciones cuantiosas que impidieran la reiteración e incluso la retirada de la licencia (algo de lo que no se suele hablar), hay que entender que la televisión es un servicio público y gratuito (en abierto), como todos sabemos la asistencia a salas de cine implica pasar por taquilla.
Las cadenas privadas están en contra de invertir obligatoriamente en cine, curiosamente fue algo que firmaron en su día sin ningún problema. En este contexto muchas de las películas que llegan a la cartelera están diseñadas a imagen y semejanza de la cadena, con castings impuestos y temáticas más televisivas que otra cosa. Se está sustituyendo las inercias habituales de cualquier otro mercado y si esto lo juntamos a la crisis económica nos da como resultado la situación actual.
Creo que se deberían abrir nuevas vías de financiación (leyes de mecenazgo, exenciones fiscales, incentivos a la promoción de los films, creación de fondos destinados a investigación y desarrollo cultural, etc) y abrir nuevas vías de negociación con las televisiones para mejorar el actual panorama del cine en el que todos los sectores implicados se sintieran más cómodos.
José López Pérez
Es muy difícil añadir a todo lo acertado, que apunta y desarrolla el buen amigo José López Pérez, sobre un tema tan delicado como es la intervención de las televisiones (estatales, autonómicas y privadas) en el cine español. Parece, y así lo demuestra un frío razonamiento, alejado de pasiones e interés que no ayudan precisamente a esclarecer la situación que se vive, que la intervención (por ley) de las televisiones en la producción cinematográfica no ha sido precisamente un acierto, ni una medida que haya servido para ayudar y potenciar más al cine español, cuya salud (es decir su calidad) no es precisamente boyante. Y como a veces, sirve más un ejemplo que una teoría, dos producciones bien conocidas como “Lope”, con intervención de Tele 5 y “Pa negre” (“Pan negro”), con intervención de TV3 (la televisión autonómica catalana), son las pruebas palpables de cómo los sistemas televisivos (léase estéticos, narrativos, de reparto, etc) condicionan y esclavizan al producto cinematográfico, porque los estilos de cada una de las películas mencionadas son indiscutiblemente los estilos de las televisiones que han intervenido en su producción. El cine, aunque pueda ser interpretado como una perogrullada, es el cine, y la televisión, es la televisión, dos lenguajes diferentes (nacidos de un mismo tronco, el audiovisual), dos sistemas de producción diferentes, dos formas de interpretación diferentes, dos destinatarios diferentes, en definitiva dos ramas de un mismo árbol pero que están condenadas (o bendecidas) a no juntarse jamás. Y no vale decir que en otros países hay televisiones que si intervienen en el cine, porque la situación del actual cine español no tiene nada que ver con la del cine francés, italiano o británico, y las televisiones de esos países no tienen nada que ver con las de nuestro país.
El cine necesita como afirma, con buen criterio José López Pérez, y que reproduzco al pie de la letra “nuevas vías de financiación (leyes de mecenazgo, exenciones fiscales, incentivos a la promoción de los films, creación de fondos destinados a investigación y desarrollo cultural, etc) y abrir nuevas vías de negociación con las televisiones para mejorar el actual panorama del cine en el que todos los sectores implicados se sintieran más cómodos”, con lo cual está todo dicho. El resto es hablar por hablar.
Ruiz de Villalobos
Lope fue financiada por Antena 3, no por Telecinco.
Y por Intereconomía que se estrenaba en la producción de cine.
Y la transición había acabado casi una década antes de firmar las leyes de la televisión privada.
EN PRIMER LUGAR MI AGRADECIMIENTO A FERNANDO POR CORREGIR MI ERROR DE DAR LA PATERNIDAD DE “LOPE”A TELE 5, QUE COMO MUY BIEN SEÑALA NUESTRO AMABLE BLOGUERO (NO SE SI ES CORRECTO, PERDÓNENME SI NO), PERTENECE A ANTENA 3. EN SEGUNDO LUGAR MIS DISCULPAS A LOS LECTORES DE “RADICALES LIBRES”, POR LA CONFUSIÓN QUE LES PUEDA HABER OCASIONADO MI ERROR. EN TERCER LUGAR, DISCULPAS A LAS DOS TELEVISIONES CITADAS POR TRASTOCAR SUS PRODUCCIONES, AUNQUE EL ESPÍRITU DE LO QUE SEÑALABA EN “RADICALES LIBRES” SIGUE SIENDO MISMO. GRACIAS Y SALUDOS A TODOS