Ayer, en la noche del cuatro de febrero se celebró la 31ª edición de los premios Goya. Analizamos los puntos más destacados.
Dani Rovira
Ejerciendo como anfitrión por tercera vez consecutiva, Dani Rovira empezó con buen pie su labor en un monólogo enérgico y lleno de ímpetu, excusando de forma divertida su aceptación a la propuesta de presentar los Goya.
En este tercer intento de meterse al público en el bolsillo en su cometido de hacer de maestro de ceremonias en la gala, dio lo mejor de sí mismo, a pesar de haberse arrepentido públicamente de la segunda vez vía Twitter. Esa vehemente impronta, quizás demasiado evidente y algo forzada, tuvo como vehículo de lucimiento un monólogo con los típicos juegos de palabras que a Rovira siempre le funcionan como cómico de “Stand-up Comedy” y su demostrada gracia, enfocada a un público mayoritario de manera acertada y con un humor sin dardos envenenados evitando ser incisivo y crítico con la platea. El Dani Rovira de siempre, con menos entusiasmo que las primeras veces y en preaviso de posibles críticas a posteriori con la capa de Superman ajustada a un Superlópez del que ya conocemos sus defectos y virtudes.
Guión, escenografía y realización
El resto de apariciones del presentador durante la ceremonia no terminaron de funcionar. El gag de los tacones, con firma incluída de Pedro Almodóvar en uno de los zapatos (haciendo referencia a una de sus películas más recordadas: Tacones lejanos), no cuajó como se esperaba, el momento con Antonio de la Torre y su megáfono se vio lastrado por el deficiente sonido que no permitía que entendiéramos bien lo que decía el actor nominado por “Tarde para la ira” y el posterior cara a cara tierno entre Karra Elejalde y el propio Rovira, suegro y yerno respectivos en “Ocho apellidos vascos”, la película más taquillera de la historia del cine español, llegaba algo tarde y no le hizo
gracia a casi nadie del público presente. Además, con muy poca fortuna, el gag daba paso a un in memoriam que destacó de nuevo por su mala realización.
Y es que, el problema principal de una gala que consiguió ser más corta y directa que las precedentes, fue un guión algo rancio, un ritmo confuso y una dirección muy desfasada y anticuada por parte de Juan Luis Iborra, con reiterados planos a figuras de escayola del premio Goya (no sé a quién se le ocurrió que eso podría quedar bien en cámara) y fallos en la realización en demasiadas ocasiones que producían cierto estupor por parte del espectador en casa. Desde luego, hay que exigir un cambio por parte de los responsables, porque este tipo de galas se pueden hacer muchísimo mejor, como hemos podido ver en los premios Feroz, por poner un ejemplo.
Otro de los asuntos más criticables es el escenario que lucía demasiado pequeño, invadido por una orquesta y que dejaba un mínimo espacio a los protagonistas de la noche. La “Film Simphony Orchestra” tuvo un papel muy importante durante toda la gala, que avisaba a los premiados cuando sus discursos se alargaban demasiado y sobre todo pusieron melodía en directo a las bandas sonoras nominadas (algo bueno, por fin) y durante el in memoriam.
En el tramo final de la ceremonia, no nos libramos del número musical, en esta ocasión interpretado por los actores Adrián Lastra y Manuela Vellés, que cantaron una canción escrita por Víctor Manuel: “Porque somos como somos” que tenemos que admitir que como composición fue mucho mejor de lo visto en galas anteriores, con referencias antológicas a grandes clásicos del cine español y al oficio del cine. Se agradece que al menos contaran con dos actores que saben cantar y no tuvieran que hacer un sonrojante número de baile, pero el número volvió a resultar anticlimático, casi esperpéntico, con ambos intérpretes totalmente desconectados (Adrián Lastra engolado y excesivo). Es frustrante la incapacidad de plasmar algo musical decente, teniendo en cuenta el nivel de nuestros artistas y tratándose de un apartado esencial en galas cinematográficas.
Los premiados
Faltó emoción en los discursos de los premiados, algo que por supuesto, los encargados de la gala no podían manejar en la planificación de la misma, pero que lastraron cualquier indicio de emotividad durante el reparto de galardones.
Quizá el mayor problema fue la intención de no levantar la voz demasiado en unos premios mirados con lupa debido al absurdo y ridículo boicot que pretendía una sección del público mediante las redes sociales a la “gran fiesta del cine español”. Y eso que el señor Trueba no estaba nominado, diana clara de los responsables del intento de boicot.
Pese al interesante reparto interpretativo a 6 películas diferentes, la catarata a “Un monstruo viene a verme” de J. A. Bayona, recogiendo todos los premios denominados inmerecidamente menores en las categorías técnicas, puede resultar excesiva. Un reparto más diverso en el que se valore la creatividad más allá del presupuesto -y teniendo en cuenta el enorme nivel de las cintas nominadas- hubiese sido lo deseable en apartados como montaje o dirección de arte.
La gran triunfadora, aunque ganó solamente cuatro premios, fue “Tarde para la ira”, la ópera prima de un Raúl Arévalo muy emocionado que se impuso en la categoría de mejor dirección novel. Perdieron algunos a los que aspiraban con fuerza, como el de Ruth Díaz en la categoría de actriz revelación que fue a parar a manos de una estupenda Anna Castillo en “El olivo”, esta sí, llena de exaltación en su agradecimiento que dio un poco de luz a los discursos algo encorsetados de los premiados. Algunos de ellos muy inspirados, como el de Silvia Pérez Cruz que creó uno de los momentos de la gala al recibir el goya a la mejor canción original por “Ai, ai ai”, y no por “No hay tanto pan” que era la canción que ella quería presentar en la categoría, y que acabó cantándo en directo y a capella, haciendo alusión a la letra que criticaba duramente los desahucios con unas palabras hermosas y sencillas.
Ana Belén, el Goya de honor de la edición salió al escenario con el público en pie, como una estrella indiscutible, y pronunció un discurso largo, que se notaba muy ensayado y estuvo algo intensa, pero muy emocionada y con unas palabras finales perfectas que cerraron de manera brillante su intervención. Fue presentada acertadamente por tres de los directores con los que más ha trabajado en su carrera: José Luis García Sánchez, Fernando Colomo y Manuel Gómez Pereira.
Otro de los discursos más destacables fue el del cortometrajista nominado al Oscar, Juanjo Jiménez, por su corto “Timecode” que estuvo realmente divertido en su ironía sobre la importancia del corto en la industria cinematográfica.
Carlos Santos, premiado como actor revelación por una de las derrotadas de la noche: “El hombre de las mil caras”, tuvo unas palabras conmovedoras en su dedicatoria a su hermana. En otro de los ítems de la noche, recordemos que “Un monstruo viene a verme” es un drama con toques fantásticos en el que el protagonista se enfrenta a la enfermedad de su madre, y que coincidía que ayer era el Día Mundial contra el Cáncer, hubo muchas alusiones directas hacia el tema por parte de premiados y directamente por parte del presentador. “Fuerza para los afectados”, se pronunció y nos sumamos al mensaje impreso en el ánimo de la velada.
Otra de las grandes triunfadoras de la noche fue la actriz Emma Suárez, que consiguió el doblete interpretativo, que sólo antes había logrado Verónica Forqué, en este caso como mejor actriz secundaria por la maravillosa “La próxima piel” de Isaki Lacuesta e Isa Campo y como mejor actriz protagonista, salvando los muebles de una de las películas del año “Julieta” de Pedro Almodóvar. En su agradecimiento, al lado de su director que presentó el premio “dividido entre cuatro actrices a las que admira” no pudo resistir la tentación de resaltar lo difícil que fue su trabajo en Julieta, y lo extenuante de la mano firme de Almodóvar, atándola tan corto que quizá por ello consiguió una interpretación tan abatida y sobresaliente.
Roberto Álamo se alzó para sorpresa de algunos con el Goya al mejor actor protagonista por otra de las “casi” olvidadas de la noche “Que Dios nos perdone”, ante el supuesto favorito Eduard Fernández, y los protagonistas de la película del año: Antonio de la Torre (que vuelve a perder) y Luis Callejo.
J. A. Bayona recogió su tercer premio como director por “Un monstruo viene verme”, aunque ninguna de sus películas ha conseguido poner de acuerdo a la totalidad de la academia y ganar el premio “gordo”, siempre le reconocen su trabajo en la dirección y se le veía visiblemente emocionado en todo momento. Por último, señalar la presencia única en el escenario de la productora de “Tarde para la ira” Beatriz Bodegas, al recoger el goya a la mejor película, en una gala donde la reivindicación femenina tuvo mucha presencia en algunos momentos por parte del presentador, quizá de manera algo tosca viendo a Rovira en tacones o con el vestuario de la actriz Cuca Escribano, que en su chal tenía bordado el mensaje: “Más personajes femeninos”.
Le pese a quien le pese, viva el cine (el español, y el resto).
Chema López.
Gran análisis Chema. Rovira muy bien, el inicio fue muy bueno pero fue cuesta abajo. El escenario impropio de la celebración más importante de cuantas se hacen en España, casi ridículo. Una estética casposa, cutre y anticuada y una realización terrible. Iborra lleva 100 años haciendo lo mismo, creo que toca una renovación, hay gente muy válida para hacer espectáculo y buenos guionistas.
Que buen repaso a una gala que no por más corta, deja de ser peor hecha.
De nuevo, algún plano que no correspondía con el del actor/actriz nominados.
Completamente de acuerdo en que esos planos de “los cabezones” usados hasta la extenuación, no funcionaban.
Enhorabuena, me ha gustado mucho el análisis, Chema.
Muy buena tu visión de la gala.
Yo insistiría en la pésima realización. No se puede hacer un in memoriam como el que se perpetró ayer. A veces la pantalla era enfocada directamente de cerca, otras de lado y de lejos, sin ton ni son. Me pareció una falta de respeto para la gente allí expuesta, para sus familiares y amigos y para los que realmente apreciamos el cine español.
Lo mismo con el lugar por dónde debían salir los ganadores de Goya. Me encantó que Emma Suàrez se equivocara y subiera por las escaleras, demostrando que había algo de antinatural, como tú dices, en ese espacio ínfimo que era el escenario.
Grotesco también que pusieran esa orquesta, que para mi gusto, solo sirvió adecuadamente para (¡por fin!) tocar las bandas sonoras. Supongo que tambien fue puesta adrede para evitar soltar màs números insoportables musicales.
Algunas actitudes irracionales (el estúpido speech de Javier Fesser y su recomendación al “oscarizable” Time Code, dejando al nivel del mayor desinterés a los demàs candidatos, las poses de algunas divas como Castaño, el rollo “no me van a llamar màs porque me salgo del guión” de Daniel Guzmàn, la falta de emoción en algunos discursos de ganadores…) lastraron la gala. Y de acuerdo con el ridículo del megáfono y del momento “amoroso” entre Dani y Karra (química cero).
Hubo quien supo estar en su sitio, aguantando incluso chaparrones. Penélope Cruz tiene màs clase (y glamour) que muchos de su profesión juntos. Pienso, p.e., que Rovira podría haber escogido una canción para dedicarle màs fina que “La bien pagà”.
Otra con una clase tremenda: Ana Belén. Ninguneada por sus compañeros tras impresionantes trabajos y debiendo ahora agradecerles el Goya postizo. Pilar Cuesta, te queremos. Por denunciar a quién se debe (de Luis Lucia al gobierno), por indicar que ser actor es un oficio que debe aprenderse, por hablar de tu evolución, por mencionar con cariño a tus directores, por pedir el botellín de agua que luego te quitaron (¿la marca no debía verse?) y decirlo con gracia, por tus ojos llorosos, tus frases impactantes, tu cuerpo usado como instrumento de tu papel, en mil películas. Por, en ningún momento, hacerte la víctima.
Los Goya dejan momentos delirantes y queremos la vuelta de María Barranco, Guillermo Montesinos, Fernando Chinarro y Kiti Manver a nuestro cine, a Carlos Santos (un caballero al que encima se le entiende cuando habla) en papeles protagonistas, que Emilio Aragón vuelva a cantar en el circo, que Barbara Lennie se quite el vestido de sacerdotisa del Dios Ra, que Dani Rovira deje de utilizar “hijo de puta” al hablar a gente como Coronado, que Geraldine Chaplin sea la próxima presidenta de la Academia, que Emma Suàrez no se prepare tanto el discurso, que “No hay tanto pan” gane póstumamente el Goya a la mejor canción, que Roberto Alamo evite usar “me la suda” o le ponemos el traje de tigretón otra vez…
Y como tú bien dices, Oscar, penoso que, por ejemplo, el montaje no haya ido a parar al que ha hecho un alarde de buen trabajo y con menos presupuesto (impresionantes Tarde para la ira y Que Dios nos perdone).
Penoso tambien que Emma Suàrez fuera la única cara y voz en el escenario para agradecer a Pedro Almodóvar una de sus mejores obras, ninguneada tambien por (los celos de) los compañeros de la Academia. Al menos Rovira habló de su buena salud económica y que P.A. es el próximo Presidente du Festival de Cannes…
Finalemente, a Bayona, como a Amenàbar, me parece que se les mima terriblemente…Ya sabemos cómo acabarà…
Perdón, Chema, me he equivocado.
Gracias a tí por el análisis, genial.
Pues tal cual
A mi el momento bien pagá me gustó. Además de llamarla su Majestad y continuar el running gag de la dos últimas ediciones era la canción que Penélope cantaba a Goebels en La niña se tus ojos. Despidiéndose de la misma manera. Penélope estaba preciosa y con mucha clase sabiendo ir a perder.
Si no me equivoco estos académicos entraron hace unos meses, no? no sé si antes o después del verano. Ahora tienen un año para cambiar más cosas.
Lo mejor fue la duración y a mí me pareció más ligera. Se nota que los ganadores se habían preparado algo.
A todas estas Almodovar vuelve a incrementar recaudacion en la taquilla USA y alli Julieta ya supera el millon de dolares, dobla a Toni Erdman (pero la mitad casi que Elle).
Subrayo hasta la última coma del post de Ques, lo ha clavado punto a punto. La gala fue un desastre pero dentro del despropósito hubo momentos tan surrealistas que hasta hicieron graciosa la gala. Lo de los premiados saliendo por todos los lados que no tocaba fue de sainete (impagable María Barranco diciendo adiós a la Suárez mientras se iba escaleras arriba, me estoy riendo solo de recordarlo), lo de meter una orquesta de cien tíos dejando un espacio ridículo del grosor de una de esas planchas de los barcos piratas, lo de “esa canción” para Penélope -que más bien tendrían que explicarlo-, Bayona en plan Calimero la gala entera, lo de los fallecidos…En fin, que dio la impresión de que lo habían ensayado dos días antes como mucho.
QUES, en el sur, el término hijo de puta, pronunciado ioputa se emplea de forma cariñosa
Hombre, la canción de la bien pagá es la de Penelope. Es Macarena Grana.. No se trata de una elección casual.. Otra cosa es que guste o no,o si es efectiva en la gala.. Pero vamos..
Ya habéis dicho todos lo que hay que decir. Solo una pequeña discrepancia: el premio a Roberto Álamo no fue una sorpresa, era el candidato más firme.
Y que sustituyan a Iborra de una vez. Y que dejen de utilizar presentadores de cuarta. Y que haya al menos 2 ó 3 discursos memorables, que seguro que no es tan difícil.
Sabemos como andaba el premio al mejor actor. Roberto Álamo era al más firme pero era un feroz y Forque contra una concha de plata, Cec y Gaudí. Así que supongo que cualquiera hubiera sorprendido y que el más obvio era la opción Fernández. Pero cierto es que pasaron bastante de El Hombre de las mil caras que por ejemplo en los CEC ganó dirección, actor y en los Goya no tiraron tanto hacia la peli de Rodríguez.
Que se comente lo acertado ( o no) de los premios y se celebren (o no) tras tantos meses elucubrando es estupendo. Pero que todos los años haya que aguantar un millon de comentarios sobre puesta en escena, presentacion, vestuario, numeros musicales, comentarios de los premiados, etc etc etc…es tremendamente cansino. Un poquito de marujoneo vale, pero alargar tanto y todos los años lo mismo…como si de repente pensarais que la Gala se fuera a convertir en un espectaculo de las Vegas…. no se os hace cuesta arriba?
A mi lo de la bien paga me parecio uno de los momentos mas divertidos de la noche, y muy acertado al ser todo un guiño a Pe y su personaje; pues como bien ha dicho Chema era la canción que ella le cantaba a Goebbels en la peli.
muy de acuerdo con el análisis, lo peor sin duda el dudoso ritmo siempre, el número musical que nunca funciona lo hagan como lo hagan y por supuesto, la realización, nefasta, con planos de abajo hacia arriba muy desfavorables, eduard fdez por un momento pareció sufrir la elefantiasis durante la gala
Eso Jorge, es un guiño a Pe. Hasta con un solo zapato puesto como ella.
Yo de la presi british espero cambios( si no la cesan antes)esta empeñada en que entren los jóvenes en la Academia y cambios en la gala, por ejemplo que si no eres académico abonando tu cuota no participes en la gala (salvo nominados, claro)
Willie: si tenemos en cuenta que la Academia, al menos a ojos del público general, parece dedicada sólo a dar los Goya y hacerlo en una gala televisiva, ambas cosas pueden ser objeto de análisis. Premios y Gala.
La Gala fue penosa, como suele desde que se fue Buenafuente. A estas alturas, parecen empecinados en errores que Cadi todos vemos. La realización era de traca, lo que me resulta especialmente inexplicable.
Por no ser cansinos, tanto premio al monstruo parece decir “cuanto más dinero, mejor”. Una obviedad, que a la hora de los premios debiera reformularse en “el mejor trabajo en relación a sus costes”.
Bien por Arévalo, Álamo y Suárez. Bayona maneja bien lis proyectos grandes, pero se lo hubiera dado a Rodríguez.
No Marañon, si yo solo digo que el tema de aburre mucho. Es solo una opinion. Pero vamos me pasa lo mismo con el tema Eurovision por ejemplo y eso que me importa menos. Es que hoy lees la prensa y son mas relevantes los cotilleos de la gala que las peliculas o nominados.
Unicamente quisiera alabar a la Gala y de paso al blog por no dar la mas minima relevancia a los generadores de odio.
Creo que la gran vencedora ha sido Enma Suarez, esta perfecta en Julieta, estoy deseando ver La Seguenda Piel.
No entiendo como Almodovar no asumió una mayor valentía y consecuentemente un mayor riesgo dándole a Enma Suarez el papel completo, interpretando el personaje en ambas estapas, sin rejuvenecimientos. Le hubiese dado al film un tono onirico, trágico, desquiciado y algo buñueliano, etc. Adjetivos que los está pidiendo el film a gritos y que en ocasiones deja entrever. Hubiesemos estado ante una de las grandes películas del cine español.
Que opinais? Sabeis si Almodovar llegó a planteárselo?
Perdón, quería decir “La próxima piel”
La gala que dirigió Alex de la Iglesia fue fantástica. Con los Feroz han demostrado que no es cuestion de presupuesto, un gag como el de Julian Lopez levantan la gala. Que pongan a Cobeaga y compañia de guionistas y preparen numeros musicales con profesionales.
Luego no entiendo que los presidentes no prediquen con el ejemplo y sean mas breves, al igual que el premio de honor (admiro a Ana pero fue interminable)
A lo mejor me equivoco pero otros años se solía hacer publicidad del cine que viene para el año en curs, no?
Yo creo que lo tendrían que hacer ya que los Goya es un buen escaparate para alentar a los espectadores para que ven cine español.
Muy bueno el análisis de la gala.
Los feroz no se televisan en la Primera,
Siempre pasa igual el arranque siempre es bueno como cuando se marcaron el ya mítico Resistiré pero luego pues eso cuesta abajo. A veces remonta al final pero no. Y yo creo que es que es normal, dan 31 premios y solo nos interesan Película, Director, Actores, Actrices, Guiones y puede que Animación y Cortos. El resto, que me perdonen los técnicos, les interesan a ellos pero al gran público me da que no. Podrían intercalar los premios gordos con los técnicos porque al inicio si dieron Director Revelación y luego al poco cayeron Actres Revelación pero es que hasta las doce no empiezan con los premios gordos y los terminaron a la una. Entiendo que dejen Mejor Película al final pero no sé, alguien sabe porqué el orden es este?
A mi las coñas entre Dani y Penélope me molan TODO! Ojalá les veamos en alguna película comedia a poder ser. Ojalá! Es que me flipa que ella le siga la coña cuando Él dijo por la canción, No Te Quiero, ella puso una cara como de enfado / coña que fue la caña! Ya dijo ojalá coincidan en alguna película!
Bayona dirige de puta madre cine americano made in Spain. Es un tipo de cine que si que arrasa pero no nos engañemos no deja de ser palomitero por mucha reflexión que quieran ponerle a las tramas… por eso creo que no gana nunca Mejor Película. Ojalá algún día lo haga pero si sigue haciendo taquillazos me da que no…
Es verdad lo que dices Inés, no hubo un montaje con imágenes de los próximos estrenos como otros años, una pena. Se limitaron a nombrar varios títulos en el discurso y ya. Para mí el mejor discurso fue el de Roberto Alamo, dando aliento a la gente que está en la sombra. La mejor interpretación masculina en mucho tiempo, a pesar de lo irregular de la película. Sigo pensando que las categorías revelación embarullan y abaratan todo el proceso, debería ser como los Oscars
Isabel, yo soy cordobés y sé qué quieres decir. Pero tù tambien sabes, perfectamente, que no se trata de decir hijoputa por ahi delante de millones de personas. Eso lo dices, entre los pasillos, pero ahi, no me vale. El anyo pasado Rovira ya abuso y dijo lo mismo de otro actor, no recuerdo cuàl, y pensé lo mismo (“es necesario?”). Dile monstruo, que ya se ha aceptado en la sociedad sin que parezca un insulto.
Hace mucho tiempo que en la televisión se confundió lo zafio con lo auténtico. Las palabrotas están de más en una fiesta glamourosa emitida por tv. Sonará rancio, pero deberían tenerlo en cuenta todos los intervinientes.
En fin, a Coronado le ha tocado cargar con el personaje que tuvo mucho tiempo Clooney en las galas de la competencia, pero en castizo. Tiene gracia, pero no hace falta lo de hijoputa para que la tenga.
El discurso institucional es interminable. Se puede decir lo mismo en la mitad de tiempo. Y mejor leído (¿porqué no un buen actor en ese trámite,? aunque no sea el presidente, hay mil modos de sortear ese freno con gracia y lógica).
Los in memorian… olvidables, como siempre, en lo que a su tratamiento se refiere.
El principio bien, luego todo se desfonda, incluso los chistes del presentador.
La realización televisiva, horripilante. Y esa es la clave para que un producto televisivo funcione.
El momento de la chavala leyendo el whatsapp del premiado audente, debería convertirse en un gag para la próxima gala. Tremendo.
ausente, no audente
El discurso de la presidenta me gustó, pero fue algo largo, sobre 8 min.
Por otra parte una vez más se olvidan de poner clips: por ejemplo de todas las películas estrenadas , como LOS FEROZ vamos. Del cine que viene y de las cinco nominadas. eso sería 10 min de gala como mucho.
Se olvidan de PUBLICITAR cine.
Y es la esencia del evento.
Los premios, tal y como están montados, solo repercuten en la taquilla del par de títulos que se llevan los principales o el mayor número (aunque esta vez con el monstruo dudo del incremento, ya ha exprimido mucho la taquilla).
Para aprovechar bien la gala, comercialmente hablando, las nominaciones deberían ser ya de por sí un gancho, si no para la taquilla (que también), al menos para la visibilidad de cada película, ganadora o no. Que con lo poco que se mostrase de ellas, apeteciese verlas.
Otro ejemplo sencillo: Cuando escogen presentadores de premios (que cada vez más hacen de floreros repitiendo “los nominados son – el ganador es”), al decir sus nombres en alto podría decirse “protagonista de…”, “director de…”, eligiendo títulos de la cosecha o, al menos, reconocibles y potentes.
La cantidad de detalles en los que la Gala adolece de publicidad del cine español es inacabable. El material en video, bien montado y orquestado, de lo mejor del cine español, de lo mejor del año premiado y de lo mejor que viene, es básico.
Al final, todos los años tenemos la misma charleta. Y refugiarse en que lo importante es debatir sobre si los premios son o no justos (cuando cada cual tiene sus querencias particulares), es a mi juicio un error. Los premios pueden repartirse más, ir a lo pequeño, a la gran producción, pero la Gala debe brillar puesto que lo contiene todo. Si no, podrían dar los premios sin ella. Más del 20 por ciento de la audiencia es mucho público sobre el que influir positivamente y el sector no tiene una oportunidad mejor de hacerlo en todo el año.
Rovira hizo lo que pudo.
No publicitan el cine y punto. Por ejemplo, en las pausas como no pueden publicitar productos publicitan sus series y programas de TV, porqué no incluyen sus películas??? Pueden hacerlo y sería muy positivo, les equipararía a atresmedia y telecinco
TVE tiene lo suyo, no hay duda.
Pero la Academia representa a la marca CINE ESPAÑOL y a todos los productos bajo ella que dan razón de ser a la Gala: No puede desviar siempre los fallos hacia lo que TVE hace o deja de hacer.
Las pausas son del canal al 100×100, pero lo que se publicita en el transcurso del evento…
En fin, se llama responsabilidad compartida.