El documental “Frágil equilibrio”, de Guillermo García López, candidato a 8 Premios Goya, suena como favorito para obtener una nominación a mejor documental del año porque, tras participar en numerosos festivales nacionales e internacionales, y ganar varios galardones, como el premio al mejor documental en la Seminci, y disfrutar de excelentes críticas y del favor del público en Madrid y Barcelona, donde no para llenar su aforo desde hace dos semanas, deja huella en todos los espectadores que la han visto.
Por eso, no hemos querido perder la oportunidad de que conocierais un poco más este documental y al propio Guillermo García López con esta entrevista:
– ¿Cuándo y cómo te surgió la idea de esta historia y cuánto tiempo te ha llevado terminar “Frágil equilibrio”?
– La idea surge a comienzos del 2014, cuando viajo a Uruguay y conozco de cerca la figura de José Mujica. Su mensaje, crítico y esperanzador, siempre me había parecido muy relevante, muy útil, con un valor universal. Sentí que hablaba de temas tan urgentes y tan humanos que debía llegar lo más lejos posible, ser ubicado en muchos espacios. Una película, por ejemplo. Su discurso, además, me parecía muy cinematográfico: contiene muchas imágenes y se articula de una forma muy poética. Por otra parte, habla de un mundo que me interesa mucho: ése donde se conectan historias de muchos lugares distintos, con diversas etnias, colores, sonidos, texturas. A mediados del 2014 nos conceden la entrevista con él y desde entonces hasta el otoño del 2016 hemos estado trabajando en el documental, compaginándolo con otros proyectos.
– ¿Fue difícil concertar una entrevista con Mujica? Creo que él ya ha visto el documental, ¿qué le pareció y cuáles fueron sus palabras después de verlo?
– Fue difícil conseguir un hueco para el rodaje en su apretada agenda, puesto que en aquel momento todavía era Presidente de Uruguay, pero no fue difícil obtener un sí después de que hubiera conocido el proyecto. Siempre sentimos que estaba muy a favor de la película y de los temas que queríamos trabajar. Esa accesibilidad dice mucho de una persona como él, siempre cercano a la gente y dispuesto a darlo todo por ella. Y sí, él vio un corte muy cercano al final, en enero de este año. Antes de comenzar la postproducción, fuimos a mostrárselo. Se emocionó y nos dio las gracias, le gustó el camino que estaba tomando la película. Hace unas semanas, en Madrid, pudimos mostrarle la película terminada a él y a su compañera Lucía Topolansky y sus comentarios fueron muy positivos. Mujica alabó el poder del lenguaje cinematográfico para transmitir mensajes, para llegar a la gente, para provocar conversaciones. Le pareció que era un documental necesario, que genera un diálogo, el elemento básico a su modo de ver para comenzar cambios. Y que su discurso estaba articulado de una manera original en la película.
– Parece que el esfuerzo ha merecido la pena, ¿no? Las críticas están siendo muy buenas, acabáis de recibir el premio al mejor documental en la Seminci, y estáis llenando los cines en Madrid y en Barcelona.
– El esfuerzo está mereciendo la pena, todavía hay mucho camino por recorrer y estamos trabajando duro para darle al proyecto la máxima visibilidad. El comienzo en Valladolid fue como un sueño, tener el estreno nacional en Seminci con la sala llena en los pases que tuvimos ya era para nosotros una gran motivación. Cuando nos dieron la noticia de que habíamos ganado el premio fue una explosión de alegría para todo el equipo. Acto seguido nos fuimos al IDFA de Amsterdam, donde estrenamos en el teatro Tuschinski con 700 espectadores y tuvimos otros tres pases muy buenos. También tuvimos el placer de poder proyectar la película en el Festival de Gijón ante una gran cantidad de espectadores y ahora estamos en la cartelera de los Cines Renoir Princesa, en Madrid, con 4 pases diarios y en Floridablanca, Barcelona, con 1 pase diario. Vamos a por la tercera semana en cartelera y las dos primeras han sido prácticamente lleno total. Para nosotros es un auténtico premio. La gente está pudiendo ver la película en pantalla grande y la verdad que su respuesta es maravillosa. Todo esto le está dando sentido tanto al trabajo de mucha gente como al propio mensaje coral de la película.
– Tuve la suerte de ver “Frágil equilibrio” en el Festival de Cine de Gijón y es uno de esos trabajos cinematográficos que te animan a charlar con los amigos después de su proyección, a hacerte pensar, además, te llevas una historia a casa que no olvidas durante semanas. Como en la mayoría de los pases, asistes personalmente, porque hay un debata una vez concluye la proyección de tu documental, ¿cuáles han sido las palabras de los espectadores que más te han marcado sobre tu trabajo?
– Te hablaba antes de la importancia del diálogo para Mujica. De los cambios que comienzan tras una conversación. Nosotros nos lo hemos tomado al pie de la letra y estamos yendo a todos los pases en Madrid y a algunos en Barcelona (la mayor parte del equipo está en Madrid ahora), a presentar el documental y a realizar coloquios posteriores. Está siendo una experiencia enriquecedora conocer de cerca la opinión de los espectadores y en los debates surgen cosas muy interesantes. Es un hecho frecuente que al terminar Frágil Equilibrio la gente nos da las gracias. Creo que es de las cosas más emocionantes que puede haber, es lo que más nos marca. La gente suele salir con ganas de manifestar sus emociones, hay abrazos. Y quiere hablar. Los coloquios, tras todos los pases en festivales y en cines que llevamos hasta ahora, son extensos y comienzan siendo pregunta-respuesta para acabar en puras conversaciones entre todos los que estamos allí. Nos da mucha fuerza escuchar a los espectadores decirnos que es una película necesaria y que les gusta cómo utilizamos los recursos cinematográficos para contar las historias y transmitir el mensaje.
– Debido a las limitaciones presupuestarias, muchas de las imágenes de “Frágil equilibrio” han sido grabadas por amigos y conocidos tuyos que viven en el extranjero y también hay imágenes de archivo, ¿cómo fue posible todo este trabajo en equipo?
– Rodamos las historias principales en Uruguay, en el Monte Gurugú (Marruecos), en Madrid y en Tokyo. En esos países es donde encontramos a los protagonistas y allí es donde nos desplazamos. Por otra parte, queríamos hacer en la película un viaje por ese mundo lleno de contrastes y diversidad que es el de Frágil Equilibrio y contamos con la colaboración de amigos y compañeros de profesión en Hong Kong, Los Ángeles, México, Qatar, Chile y Reino Unido que rodaron imágenes para ayudarnos a ilustrar ese mundo. Con todos ellos hicimos bastante trabajo de preparación mediante muchas horas de Skype y mails en las que hablábamos de lo que queríamos mostrar en cada lugar. Lo interesante de todo este proceso es que todos, con enorme talento y con una alta calidad técnica, aportaron distintas miradas con diferentes perspectivas que en el montaje final tienen una unidad, una identidad común. Nos pareció que el propio proceso tenía una relación directa con ese sentido universal de la película. El archivo que hemos utilizado ha sido cedido por varios videoperiodistas que han documentado los temas que trabajamos y cuyas imágenes hablan por sí solas.
– Pregunta clásica, ¿qué películas españolas has visto últimamente y recomiendas a nuestros lectores?
– Pues, recomiendo, “Ira”, de Jota Aronak, y “El Destierro”, de Arturo Ruiz Serrano.
– Para terminar, ¿qué proyectos tiene en la agenda Guillermo García López para el año 2017?
– Estamos desarrollando un proyecto con historias cruzadas, que comienza en Detroit y espero que nos lleve muy lejos.
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