Guillermo García López nos presenta con “Frágil equilibrio” un documental deliberadamente social. Nos cuenta tres historias que nos sirven como ejemplo para representar una sociedad tristemente globalizada, llena de contradicciones y con ansia por una vida mejor. El esclavismo del mercado.
Mientras nos muestra la descarnada vida de una comunidad subsahariana mediante testimonios de necesidad de libertad y de la obligación de partir hacia un lugar incierto porque no poseen nada, marcados por primeros planos y frases demoledoras que remueven la conciencia del espectador de manera aplastante.
También muestra el día a día, el recorrido rutinario de un ejecutivo japonés. Sus reuniones, su falta de tiempo, su desidia ante el éxtasis de trabajo. El agobio que produce dormir poco, porque las preocupaciones por las obligaciones laborales pueden más que el descanso natural. Llevarse el trabajo a casa forma parte de la vida, y es probable que no haya más vida que el trabajo para poder llevar a cabo un nivel que es difícilmente disfrutable, sometiendo a las personas a una presión soportable por la velocidad del tiempo en las grandes urbes.
Por último, también refleja la situación de la sociedad española a través de una familia que lo da por todo por luchar y sostener una situación al borde del abismo. El inevitable desahucio observado por un objetivo visceral y enfurecido. Lleno de rabia ante la impotencia y la incapacidad para asimilar ciertas situaciones de injusticia absoluta. La calle es la realidad a la inestabilidad del mundo occidental. “El santo poder de la propiedad es el jefe de todo esto”, como llegan a pronunciar en algún momento del documental.
Bajo ese telón de fondo, la voz del ex presidente de Uruguay José Mújica ofrece sus opiniones de manera locuaz y honesta, indicando algunos pensamientos muy lúcidos como por ejemplo la evidencia de que algunas afecciones de las grandes sociedades como el estrés, no son más que enfermedades modernas que no existen en otros grupos sociales más perjudicados. El valor de la vida, y los hombres acomodados ante la jurisprudencia de poder decidir por los demás. Lo socialmente correcto es malentendido por gran parte de las naciones del mundo. Quizás estemos lejos de poder cumplirlo pero ojalá estemos todos de acuerdo en entenderlo.
El montaje viajando a través de estas tres historias cruzadas, por distintos lugares del mundo, no hace más que enriquecer el material con el que el director nos ofrece un documental de visionado muy interesante.
Las metas y los objetivos cambian dependiendo de las necesidades básicas o no de cada individuo. La pobreza del primer mundo cada vez más acusada, por la diferenciación cada vez más visible entre las personas. El director ha sabido poner su cámara en la tierra para mirar situaciones desfavorables, pero también denunciar el frágil equilibrio de un mundo que no se sostiene por sí solo. Siempre existe un conflicto de intereses que hace que ese mundo gire, y quizá hacia donde conviene solamente a algunos; más allá de su independencia astrológica.
Hay que aplaudir este tipo de documentales e iniciativas que dejan poso en el público, y que nos deja imágenes y frases para poder pensar sobre ellas.
Nota El Blog de Cine Español: 8
Chema López
Ese viejo HDP cuanto mal ha hecho a mi país, y lo que es peor quiere exportar sus estupideces al mundo. Para el que haya visto eso, pongan atención a las palabras de Mujica, a menos que le hayan escrito el guión, lo cual es posible.
Pero supongamos que sean sus palabras, analicenlas pero analicenlas bien y se darán cuenta que no dice nada, es pura palabraría, es muy hábil decir cosas que todo el mundo conoce como verdades reveladas. El no descubre nada, dice dichos que alguién ya ha dicho.
Está bueno escuchar con atención precisamente para no creer en los políticos, por que como te dicen una cosa, al segundo te dice otra, y al final no dice nada, no concluye nada. Es el puro chamuyo.
En época de la muerte del temible Dictador Castro, no está mal escuchar con atención y tratar de sacar conclusiones a discursos simples y bonitos pero que materialmente no dicen nada, no concluyen en nada, y sólo repiten cosas que tu hijo de 5 años ya sabe.
Muy bien dicho Hugo!