Tras convertirse en un rostro popular de la televisión por su trabajo en la ficción ‘Tierra de lobos’, Álex García ha demostrado ser uno de los actores más versátiles del panorama actual abarcando todo tipo de géneros tanto en cine como en la escena teatral. El año pasado le vimos hacer del “otro” en ‘La novia’, una de las películas más aclamadas del 2015 que le valió su primera nominación al Premio Goya. Del drama intenso y la plasticidad de ese personaje pasó a explotar su vis cómica en algunas de las comedias recientes de más éxito como ‘Kiki, el amor se hace’ o ‘No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas’, esta última en cartelera. Mientras tanto, le hemos visto sobre las tablas con la impactante obra ‘El burlador de Sevilla’.
Con ‘Karma’ Álex vuelve a coincidir con Verónica Echegui cinco años después de la recomendable ‘Seis puntos sobre Emma’. También les pudimos ver desplegar su química en ‘Kamikaze’.
En esta última película, ‘No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas’, de María Ripoll, el actor nacido en Tenerife encarna al cantante Aaron Humilde y sorprende con una nueva faceta: la musical. García nos ha hablado de esos cambios drásticos en su carrera, así como de cuestiones como el karma norteamericano o sus futuros proyectos. Os dejamos con nuestra entrevista a Alex García.
Álex, ¿en qué crees que se diferencia Karma del resto de comedias españolas recientes?
Yo creo que principalmente se ha buscado que los personajes sean reales. Que todos, incluso el mío que es el cantante y es el más lejano de la gente de a pie, sean muy normales, como ocurre con los cantantes de hoy en día: todo el mundo sabe cómo se levantan por la mañana, sus gustos… Hace diez años intentaban que los artistas fueran ejemplos a seguir y ahora son todo lo contrario, personas que podrían ser tu primo. Todos los personajes de esta película son así. Además, se ha huido de la carcajada fácil, apuesta por las relaciones reales y por que una secuencia acabes creyéndotela antes de que acabes riéndote y no creyéndote nada. Aunque esta película tiene una tendencia hacia la comedia, en ningún momento se pasa de los límites de la cordura, lo que siempre manda en la película es que sea verosímil todo el rato.
¿Cuál es el mayor reto a la hora de saltar del drama intenso (‘La Novia’) a la comedia ligera (‘Kiki’, ‘Karma’)?
A mí me apetecía mucho eso, porque a veces creen que los actores son sus personajes y yo tengo muchísimo más que ver con “Kiki, el amor se hace” y con “No culpes al karma…” que con Leonardo en “La novia”. Muchas veces también influyen los directores que te toquen, tanto en drama como en comedia, lo que importa es cómo te lleven hacia ese género. He tenido la suerte que tanto Paco León como María han querido trabajar conmigo y tenerme en cuenta y saber qué quiero contar yo y me he sentido muy respaldado. Yo creo que no hay que hacer más esfuerzo que el de hacer equipo y, tanto en esta película y más en “Kiki, el amor se hace”, me dejaban “despendolarme”, es decir, hacer lo que me diera la gana.
¿Crees en el Karma?
Creo mucho en las energías y que todo el mundo da lo que recibe, como decía Jorge Drexler. Sin embargo, creo que el karma como lo utilizamos hoy en día no es más que una excusa para no asumir los problemas que tenemos.
Entonces, ¿qué le pasa al karma estadounidense para elegir a Trump?
A mí me ha parecido que es lo más honesto que ha pasado en política en los últimos años. Se han quitado la máscara un poco. Casi que prefiero un presidente o un político que se le vea lo ingrato y cruel que es desde el principio a otros que tienen una gran campaña social y de marketing y son igual de malos e insensibles que el que van a tener los americanos. Está claro que aparentemente esto va a ser una catástrofe para Occidente y en consecuencia para el mundo. Y lo que nos faltaba ya es tener un líder de Occidente machista, xenófobo… Pero eso es lo que está ocurriendo en Occidente y este es el mejor ejemplo de lo que realmente nos está ocurriendo en la sociedad capitalista y occidental: nos estamos insensibilizando. Así que yo en parte me alegro de que haya salido Trump. Esto iba a petar por algún lado. Con Hillary Clinton íbamos a tener otra vez un velo en los ojos. Obama también parecía el salvador y hemos tenido las mismas guerras que con los presidentes anteriores. Ojalá sea tan radical como lo ha sido en la previa para que esto estalle ya de alguna manera y tengamos que rehacer el sistema.
¿Hubo buen karma en el rodaje?
Hubo buen karma, tuvimos más suerte que desgracias. Había días que parecía que el rodaje se iba al carajo y luego pasaba algo que solucionaba una escena a última hora. Para que te hagas una idea de lo que era rodar con María, un día estábamos en el zoológico a las 5 de la mañana y había una escena en la que Verónica estaba caída en un lago; estábamos agotados y hacía mucho frío. En esa escena entraba el guardián del zoológico que era fundamental para acabar esa escena e ir a la siguientey el pobre hombre llevaba esperando como diez horas. Cuando sale en plano, la directora empieza a gritar: “¿Pero qué hace ese señor en plano? ¡Fuera de ahí!!” Le decíamos que salía en la película, no era nadie que se había colado. Volvimos a rodarla y cuando salió el guardia María volvió a decir que qué pintaba ese hombre ahí. Sacaron al señor y si te fijas no sale, se le oye la voz y se ve una luz, ya que María lo que pretendía es crear una escena solo conmigo y Verónica, un momento de intimidad, así que tenía un sentido. Ella todo el rato lo veía en el combo y si no le gustaba lo repetíamos entero aunque implicara cambiar la secuencia entera. Así que luego tienes una película muy real. El pobre hombre que no llegó a debutar se lo tomó con humor. (Risas)
¿En qué han cambiado profesionalmente los Alex y Vero que hace 5 años rodaron ‘6 puntos sobre Emma‘?
En “No culpes al Karma…” he vuelto a tener la misma inocencia con la que hice “Seis puntos sobre Emma”, pero soy más consciente. Los años pasan y ya no puedes poner como excusa algo que ya te había pasado, pero eso no puede hacerte perder la frescura, no sólo a la hora de interpretar, sino a la hora de tomar decisiones con las películas que haces, los proyectos en que te metes… En “No culpes al karma…” he tenido esa ruptura que ojalá nos ocurra a todos en el mundo, de sentir que todo tu mundo se va al garete, tu profesión deja de tener sentido y rehacerte a ti mismo para ser feliz en los trabajos que haces. Yo creo que en lo que más he evolucionado es eso: ya ser consciente de lo que soy y lo que hago y volver a tener la misma confianza e inocencia que tenía al principio que cuando llegué a Madrid.
La última vez que os vimos juntos fue en “Kamikaze”, para muchos una película no suficientemente reconocida, ¿fue el trabajo más complejo de tu carrera?
Realmente fue el que más me tuve que currar pero no fue el más complejo. Me lo pasé muy bien porque confiaban en mí y me dieron la oportunidad de hacer lo que yo entendía. Para mí el papel más complejo fue el de “La novia”. Fue un trabajo maravilloso pero yo estaba con las manos atadas. Es una película con un poema muy visual, muy estético y con todo lo bonito que me ha dado “La novia” es verdad que interpretativamente tuve que hacer el esfuerzo más grande que he hecho nunca porque había momentos en que yo me sentía perdido. Aun así lo disfruté muchísimo y el equipo era maravilloso y estoy muy contento con el resultado porque es lo máximo que podía hacer. Los que no son de la profesión disfrutan mucho más “La novia” que la gente de la profesión porque, como no se meten tanto a valorar ciertos aspectos, sólo van a ver si la historia les llega, y es lo que ocurre. No hacen juicios individuales de por qué una escena es de una manera determinada, sino se quedan con la sensación intensa que les transmite la película. Esto es como un cuadro. Puede haber cuadros que te transmitan muchas cosas pero dentro de una escuela de pintura dirían que este brochazo está mal dado. Entonces en “La novia” hay brochazos que nos permitimos darlos fuera de lo que está establecido para tener un total. Por eso sí que estoy contento con la película porque es lo que quería Paula. El paso de “La novia” a “Kiki, el amor se hace”” o “No culpes al Karma…” es un regalo porque así puedo demostrar mi versatilidad como actor, con la suerte de que me vean en diferentes registros para que me sigan ofreciendo cosas. Tanto “La novia” como “Kamikaze” me ha dado unas cosas que me hacen ser lo que soy hoy. Todo siempre es por algo positivo.
En “No culpes al Karma…” descubrimos tu sorprendente faceta musical.
Para mí ha sido un sueño porque no considero que cante bien y para mí ha sido todo un reto. Para mí ha sido un regalo. Hice un trabajo muy intenso e incluso fui a clases de voz durante meses como también trabajamos en estudio. De ahí surgieron cuatro temas en Spotify de la banda sonora de la película.
Adelántanos tus futuros proyectos.
Estoy con la obra de teatro “Incendios”. Estamos de gira por San Sebastián, Logroño, Tenerife, Bilbao… También estoy produciendo una obra de teatro llamada “El amante” de Harold Pinter que con suerte en marzo la estrenaremos en Madrid y eso me tiene totalmente colapsado, entregado, absorbe todo mi tiempo y me tiene muy feliz.
La última película española que hayas visto y que recomendarías.
“La reconquista” de Jonás Trueba. Me encantaría trabajar con él algún día. También tengo muchas ganas de ver “Tarde para la ira” y también le tengo muchas ganas la próxima película de Paco Plaza que se estrena el año que viene.
Gabriela Rubio