A sus 21 años, el actor Àlex Monner es uno de los talentos de mayor proyección de nuestro cine. Recordado por su papel de Lleó en la serie Pulseras rojas, debutó en el mundo del cine en la película Héroes (Herois), también de de Pau Freixas, donde a sus 15 años sorprendió por su madurez interpretativa. Con Los niños salvajes (Patricia Ferreira) logró la Biznaga en Málaga y el Premio Gaudí, así como su primera nominación al Goya, una mención que, si las quinielas no fallan, repetirá con ‘La próxima piel’, una de las películas más estimulantes que nos ha dejado el cine español en los últimos tiempos, dirigida por Isaki Lacuesta e Isa Campos.
Àlex interpreta a Léo/Gabriel, un adolescente desaparecido años atrás que regresa a su hogar envuelto en la incertidumbre y hostilidad de un entorno que cuestionará su identidad. Un personaje introspectivo, lleno de aristas y complejidad al que le dan la réplica actores como Emma Suárez o Sergi López.
Os dejamos con nuestra entrevista a Àlex Monner, protagonista de ‘La próxima piel’.
Àlex, ¿ha sido difícil interpretar a un personaje con tantas capas como el de Leo?
Sí, ha sido uno de los personajes más complejos que he interpretado por todo: la entrada que tiene a ese pueblo, a ese clima hostil donde de ser manipulador y seductor pasa a ser manipulado de alguna forma. Y ambién por la dificultad del idioma, de la confusión a la que está sometido el personaje desde el primer momento.
¿Qué pautas principales te dieron Isaki e Isa?
El personaje tenía tres constantes durante todo el rodaje que eran: seducción, manipulación y fragilidad. Entre estas tres podías dirigir todas las escenas. Siempre había una punta del triángulo que tiraba más en cada escena, pero el personaje para mí se resume en estas tres palabras.
Con respecto a la seducción, llama la atención tu conducta con los amigos, diferente a cuando estás con la familia.
Ahí es donde se ve que mi personaje tiene unas actitudes que con la familia no pero con los amigos sí, y aquí te puedes imaginar más el chico que vino del centro y no tanto el callado que cuando entra en casa no tiene de qué hablar. Con los amigos no ocurre esto. También el lenguaje, cómo se tratan los idiomas. Es donde vemos que para integrarse el chaval utiliza el catalán. La secuencia clave con su madre se resuelve en castellano. Y su casa, aquélla que se trae del centro, está en francés. Él, a nivel emocional va utilizando uno u otro. A parte del idioma, lo suelto que está también es clave. No se comporta igual con la madre y familia que con sus amigos, donde resulta estar mucho más guasón, más chulo, altivo. Con el personaje de Sergi además saca su lado más duro, lado que su madre casi no ve.
¿Por qué eres actor?
¡Porque la vida me lo puso delante! (Risas) Desde que tengo tres años me encanta actuar. Cuando hice “Héroes” dije: ¿pero esto qué es? Tener un lugar dónde volcar todas tus emociones, donde trabajas conociendo al ser humano.
Ya has comentado en otras ocasiones que te atrae la dirección.
A través de enamorarme de mi trabajo, me he dado cuenta de que el cine es una rama artística muy potente con la que te permite ser artista desde muchos lugares diferentes: con la luz, con la música, la puesta en escena, los actores… Así que quería probar, a ver qué hay detrás. Cómo se estructura un rodaje, tanto formalmente como burocráticamente. Siempre lo había visto desde un segundo plano, porque tú como actor tienes un trabajo de creación muy importante, eres un brazo ejecutor. Cuando te das cuenta del trabajo que hay detrás, la energía que tienes que poner en cada parte del proceso es muy interesante.
Ahora voy a enfrentarme a la dirección, concretamente a finales de mes que voy a rodar mi máster de final de carrera aquí, que es otra energía totalmente diferente. A nivel artístico el cine te permite jugar con elementos muy diversos. De hecho, se le llama el séptimo arte porque en él se engloba todo.
Y como actor, ¿tienes ganas de trabajar con algún director en concreto?
Con mucha gente. Me hubiese gustado trabajar con Bigas Luna. También me gustaría trabajar con Alberto Rodríguez, Cesc Gay…
¿Veremos a Àlex Monner en una comedia?
¡Me encantaría! Te lo juro, si me conocieras a fondo yo hago reír, en serio. Mi novia siempre me lo dice: qué desperdicio todo esto… Me encantaría hacer un papel donde pueda hacer reír a la gente. Hice un secundario en la película “Sólo química” de Alfonso Albacete y me lo pasé muy bien.
¿Cómo director, qué historias te gustaría contar?
Los tabús y de qué forma actúan en nosotros puede ser algo muy interesante. Creo que la sociedad nos impone unos tabús que cuando te haces mayor te das cuenta de que la vida se vive de muchas maneras diferentes en muchos lugares del mundo. Al final no hay que hacer mucho caso y cada uno tiene que ser libre de pensar como quiera, es decir como artista. Mi guión de ahora va sobre una relación de amor trágico con una actriz diva venida a menos de 60 años y un chaval de 24 años. Quizás en este proyecto no, pero me veo escribiendo bastante provocativo.
En ‘La próxima piel’ también se esconde algún tipo de tabú, como por ejemplo la escena íntima con el otro chico.
Hay mucha gente que se pregunta mucho por qué esa escena. Mi personaje es un superviviente y seguramente en algún momento se ha tenido que vender. Por eso hay esa escena. Si por alguna razón pudiera fallar esa escena es porque se nos ve muy cómodos, como de medio risita y tal. El momento a lo mejor tendría que haber sido más explosivo sexualmente hablando. Si tuviera que justificar que alguien no entiende el por qué de esa escena sería justamente eso.
¿Qué tienes de ese personaje?
La verdad es que no lo sé. Pero lo que sí me ha emocionado de él es pensar que este chaval antes de llegar a ese pueblo no sabía lo que era la tranquilidad de querer y ser querido. Y eso es lo que me llevo de él. Hay que querer tranquilamente y dejarse querer del mismo modo. Y si es un trabajo que tus padres no han hecho contigo es algo que acarreas durante toda su vida.
Tu personaje impacta también en el momento de las autolesiones…
Es como una redención y sobre todo que él lo lleva por dentro. Lo descubrí una vez vi la película. Lleva los sentimientos por dentro todo el rato, hay una explosión al final pero casi porque le obligan. Al pobre lo han metido en un cacao… Además, te vas dando cuenta que la cosa más turbia que hay en ese pueblo es el propio pueblo en sí. De hecho, de pensar que él manipula, pasa a ser el manipulado.
Madre e hijo en la película buscan amor constantemente. Háblanos de esa relación.
Para mí trata de eso la película, y de hecho se resume en la escena del baile. Ahí vemos que realmente qué más dará si son madre e hijo o no, si al final dos personas se encuentran en un momento de su vida que necesitan quererse y los dos se dan cuenta de que pueden darse ese amor. La necesidad a veces crea unos lazos afectivos mucho más potentes que los vínculos de sangre.
¿Te consideras un actor visceral?
Sí, mucho más pasional y visceral que racional. Hay actores muy técnicos y que transmiten igual aunque no les esté pasando nada por dentro. Pero yo no creo que sea ese tipo de actor. Realmente no lo sé hacer de otra forma. A la hora de actuar soy una persona con un nervio que va muy acorde con mi forma de ser. También me he dado cuenta que el director tiene que ser alguien más bien reflexivo y el actor más explosivo. Los que yo admiro son los que mezclan una buena técnica y saben estar ahí a saco.
¿En qué actor español te fijas?
Eduard Fernández, Bardem, Andrés Herrera… Como actor realmente me pregunto si es útil fijarse en otros actores porque los procesos son tan diferentes de llegar allí… A lo mejor llegamos a la verdad, pero ésta es tan subjetiva… Estuve leyendo un ensayo de Stefan Zweig titulado “El misterio de la creación artística” que habla de los tiempos de proceso de cada uno. Hay actores que llegan a lo mismo con procesos totalmente diferentes.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Tengo la continuación de la serie “Sé quién eres” de Pau Freixas que grabamos el año pasado que todavía no se ha estrenado.
Gabriela Rubio
Interesantísima entrevista. Qué casualidad que Monner nombre a Bardem porque me recuerda a él desde hace años en la fuerza interpretativa que tenía en su juventud. Apunta excelentes maneras y, si elige bien sus próximos proyectos, podría convertirse fácilmente en el actor más importante de su generación.
Que gustazo ver que este tipo de actores jóvenes vienen pegando fuerte , con talento y con una conversación interesante …
A mi me gustaría mucho volver a ver a Bardem trabajando
Miedo me da como no salga nominado y más si es por culpa de Dani Rvoira (y no soy hater)
Sería trágico no sólo que no estuviera no inado, sino que no lo ganara. Llevamos años en los que el premio a mejor actor ha sido tan incontestable como previsible-complaciente. Sería un error premiar a Eduard por un trabajo con piloto puesto.
Me está sorprendiendo hablando con gente el respeto y la fama que tiene Monner en el sector, siendo tan joven. A ver si se plasma, pero todo es posible en los Goya.