El fin de semana de puente (29 de octubre de 2010) se estrenaron en España siete películas españolas, valga la redundancia, demasiadas a mi modo de ver. De todas, solo “Los ojos de Julia” ha sido un éxito de taquilla.
Lo curioso es ver la evolución que han tenido en salas, para ello voy a servirme del ejemplo que conozco, del lugar donde vivo, Barcelona.
“La tropa de trapo” se estrenó con 7 copias y en su segunda semana ha perdido dos. “14 Días con Víctor” se estrenó con dos copias y ya ha perdido una, lo mismo que el thriller gallego “Retornos”.
El caso más sangrante es el de “Vivir para siempre” film interesante y vitalista sobre la leucemia infantil, se estrenó con dos copias en Barcelona y seis días después desapareció de la cartelera, convirtiéndose en un caso más de buen cine español invisible.
Algo está pasando para que películas como esta tengan un recorrido por la cartelera tan sumamente breve, efímero. Hay varios agentes del sector que tienen algo que ver en esto, no solo los exhibidores.
Hay dos ideas que considero interesantes para que esto cambie, una de ellas la comentó un usuario del blog hace unas semanas, en lugar de financiar o subvencionar películas, se podría facilitar publicidad o marketing para que determinados films puedan darse a conocer. Otra solución podría ser crear circuitos para que determinadas películas españolas puedan ser exhibidas, mediante precios de las entradas más bajos, programas dobles, pases para estudiantes y colectivos determinados o cualquier otra consideración.
Está claro que es urgente hacer algo al respecto, ya que en las próximas semanas e incluso meses la situación se repetirá con varias películas.
José López Pérez
La realidad demuestra que, en ocasiones, las especulaciones no son equivocadas y que la lógica de la reflexión se acerca, en muchas ocasiones, a esa realidad. Los datos aportados por José López Pérez sobre la vida de cuatro películas españolas tras su primera semana de estreno confirman las previsiones negativas. Tanta película española estrenada en un mismo fin de semana conlleva la desaparición prematura de muchas de ellas. El caso concreto de “Vivir para siempre”, la honesta película de Gustavo Ron, es un ejemplo de la frágil vida de un cine que no apuesta por géneros trillados, como el terror o la comedia, y que se atreve con historias reales y dolorosas, como es la leucemia infantil. Y lo mismo se puede decir de “Retornos”. ¿Cómo se puede competir con dos copias, con las numerosas que debe haber tenido “Caza a la espía”? Efectivamente, la falta de buenas promociones, los flojos resultados de recaudación en el primer fin de semana y la acumulación de estrenos españoles en un mismo trimestre, así como la subordinación de distribuidores y exhibidores a las majors estadounidenses, son elementos que afectan de forma directa a la vida de un porcentaje muy alto de películas españolas, especialmente las que se estrenan con pocas copias, en pocos cines y con muy poca promoción. Es un círculo vicioso muy difícil de romper. Personalmente y hoy por hoy, no veo soluciones a corto plazo, por lo que mi mirada sobre el tema es más de desolación que de esperanza.
Ruiz de Villalobos
La única opción que tienen estas películas es la boca a boca, pero si no las conceden ni dos fines de semana, ni eso les va a funcionar. Todavía no he visto “Retornos”, pero por lo que cuentan es bastante buena, y mucha gente que la habría gustado nunca va a tener la posibilidad de verla. Y lo que es peor, nunca sabrán ni que ha existido.
¡Hola, Jonathan! estoy totalmente de acuerdo, por eso desde este humildísimo blog siempre apoyamos este tipo de cine.
¡Gracias por tu comentario! ¡Cordiales saludos!
Gustavo Ron se presenta con esta segunda película y logra emocionar a un público ansioso de ver películas de calidad (pero a quienes se las arrebatan en un visto y no visto), tanto en la estética como en la propia historia. De esas que hay que ver antes de morir… El director consigue transmitir con fuerza la filosofía de la vida aun siendo una película que habla de la muerte. Comprobamos cómo la enfermedad, el sufrimiento une, fortalece y logra un ambiente positivo allí donde otros sólo ven dolor y sin sentido. Con un reparto bien elegido disfrutamos de las interpretaciones de dos chicos enfermos de leucemia que te lo hacen pasar bien y disfrutar y llorar con ellos.