ENTREVISTA A ENRIQUE RIVERO, DIRECTOR DE ‘POZOAMARGO’: “LA RELIGIÓN CATÓLICA HA ARRAIGADO EN MÍ UN SENTIMIENTO DE CULPA, SOBRE TODO SEXUAL”

rivero

El pasado viernes llegó a nuestras carteleras la película ‘Pozoamargo’, un drama duro e intimista dirigido por el mexicano de origen español Enrique Rivero, que logró hacerse con el Leopardo de Oro de Locarno del año 2008 con el filme ‘Parque Vía’.
Pozoamargo supone la primera producción española -en coproducción con México- de Rivero, que se traslada a los sinuosos paisajes castellanos acompañado de un elenco de actores amateurs encabezado por el sorprendente Jesús Gallego. También está la doblemente ganadora del premio Goya Natalia de Molina.

Hemos tenido el placer de entrevistar a Rivero, que nos da interesantes pistas sobre la película, así como la situación del cine en los márgenes y su sorprendente nuevo proyecto. Os dejamos con nuestra entrevista al director, guionista y productor Enrique Rivero.

Enrique, la Iglesia y la religión están presentes en “Pozoamargo”.  Incluso el hecho de que el protagonista se llame Jesús puede parecer premeditado. Háblanos de esa lectura religiosa.

Sí existe una lectura religiosa en la película en el sentido de yo fui educado en la religión católica en demasía, de manera que eso evidentemente me va a afectar toda la vida en las cosas que haga. No le tengo una particular animadversión, pero sí -creo- que un sentimiento de culpa, y sobre todo sexual, ha sido muy arraigado en mí por culpa de la religión católica. Casualmente el personaje se llama Jesús y el pueblo “Pozoamargo” y estas coincidencias al hablar de estos temas había que aprovecharlas.

¿Qué papel juega el pueblo ‘Pozoamargo’ en la historia?

El nombre fue casualidad, pero no podría haber estado mejor definido lo que es la sensación de culpa como un pozo amargo. Pero al mismo tiempo es un lugar con una crudeza y una belleza muy particular. A mí me gusta a pesar de que mucha gente me decía que por qué tenía que situar la película ahí. Yo le encontraba estas características que apoyaban una historia así: la crudeza, los colores, la naturaleza del manchego… todo apoyaría a la historia a nivel sensorial.

Ahora háblanos de Jesús actor. ¿Cómo se logra que un novel alcance ese nivel interpretativo en un papel tan duro, físico y exigente?

¡Ojalá yo tuviera algo de valor por esto! Pero esto es realmente porque Jesús es una persona increíble. La vez que lo conocí había estado haciendo una obra de teatro a nivel de amateur, y vi que era una persona con una expresividad tremenda. Jesús me causó muchísima inquietud: ¿qué le podría haber llevado hasta ese pueblo?. Y empezó a desarrollarse la historia de mi película a través de él ya conociéndolo. Entonces para mí esto es más fácil. Tenía la certeza de que lo iba a hacer bien porque le fui a tomar muchas fotos, hablé muchas veces con él y también sabía que a nivel expresivo me lo iba a dar todo. Lo que no sabía era que iba a estar tan comprometido, ya que lo pusimos a hacer muchísimas cosas muy duras, desde pasar frío a colgarse de un árbol… Muchas cosas que cualquier otra persona no hubiera hecho. Pero Jesús estaba muy comprometido con el proyecto y con la idea y nos dio muchísimo más. Las personas del equipo estaban fascinados con él, Natalia de Molina estaba muy sorprendida y todos los actores decían que ojalá trabajaran con más gente que tuviera ese nivel de expresividad tan bestial que se come la cámara.

La película destaca por su apartado fotográfico y hay un plano secuencia sobrecogedor. Sin desvelar nada, ¿ha sido una de tus escenas más complicadas?

Sí fue complicada. (Risas) Aunque hay que decir que la toma que se ve es la toma número uno. Se hizo más veces pero la que se escogió a nivel interpretativo es esa. A nivel de fotografía sin embargo no fue la primera toma que escogimos porque fuimos mejorando en cuestiones de movimiento. También hay que aplaudirle al equipo de fotografía que en la primera toma salió también bien a pesar de que era la primera vez que se hacía. Esta toma estaba muy pensada, muy analizada, trabajada y sabíamos muy bien lo que queríamos.

En la explosión del cine autoral latino encontramos nombres como el del también español de origen Diego Quemada-Díez, ¿crees que hay una mayor protección de este tipo de cine en México?

Sí. Sin embargo no es tanto protección sino mas bien la posibilidad de competir con los demás. La ley que han impuesto en México de incentivo fiscal para la industria del cine no se ha quedado en que la industria del cine son las películas comerciales; el cine también incluye otras películas más arriesgadas y entonces sí se destina algo de dinero para esto. No va cambiando de partido político a partido político lo que es la industria del cine. Son necesarias más películas arriesgadas, películas que hablen de la identidad.

¿Nos puedes adelantar futuros proyectos?

Estoy escribiendo un guión y quiero comenzar el camino para conseguir financiación hasta el año que viene. Esta vez se tratará de una comedia. Me apetece después de haber hecho tres dramas intimistas darle una vuelta a las posibilidades narrativas que tiene la comedia para aprender. Estamos viendo la posibilidad de hacerlo Javier Ruiz Caldera, director de “Tres bodas de más”, y yo, mezcla España-México a nivel de dirección. Es una especie de comedia diferente, puede estar interesante…

De las últimas películas españolas que has visto, ¿cuál recomendarías a los lectores?

Recomendaría “Esa sensación” de tres directores, Juan Cavestany, Julián Génisson y Pablo Hernando. Esta película la vi en el festival de Rotterdam y la considero una propuesta diferente, original y auténtica.

Gabriela Rubio

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